La pornografía forma parte de nuestra realidad contemporánea. Para algunos es una costumbre diaria; para otros, es algo desagradable y mal visto. Hay gente que considera a la pornografía como un tabú y otros le dan la bienvenida como una parte enriquecedora de su vida sexual. La pornografía representa cosas tan diferentes para las personas (feministas, Iglesia, empresas, hombres y mujeres) que es interesante contestar la pregunta: ¿por qué nos gusta ver pornografía?
Primero hay que entender qué es la pornografía. La pornografía tiene una historia muy larga. Desde los dibujos rupéstres que representaban el acto sexual en las paredes de alguna caverna hasta el día de hoy, hay un camino muy amplio. El famoso Kama Sutra no era más que un libro educativo para preparar a jovencitas hacia el matrimonio y así complacer a su marido. Pero nunca fue pensado para excitar al lector. Durante la época de la Reina Victoria la pornografía dejó de ser simplemente respresentativa del acto sexual para convertirse en herramienta para la excitación sexual. Fue en esta misma época que se le consideró por primera vez como algo prohibido.
La pornografía actual está dirigida principalmente a los hombres aunque en recientes años la pornografía para mujeres se ha hecho cada vez más común. Así que ver actos sexuales nos excita pero ¿por qué? ¿Será que la excitación se contagia como los bostezos?
Ver a personas teniendo sexo nos despierta a todos excitación. La industria de la pornografía lo sabe y se ha vuelto multimillonaria por eso. Hay videos y fotografías para todos los nichos y fetiches. La demanda de pornografía es tan grande que incluso esta industria tuvo mucho que ver en la decisión del desarrollo y cambio al BlueRay. Si la pornografía es tan popular, algo muy básico en nuestra naturaleza debe estar detrás.
En un estudio se descubrió que mientras se masturban, los hombres tienden a fantesear mientras que las mujeres no lo hacen con tanta frecuencia. Esto no significa que la pornografía no excite a las mujeres. Estudios de laboratorio han demostrado que las mujeres casi invariablemente muestran señales de excitación sexual con películas porno. Más interesante aún, esta excitación podía suceder incluso a pesar de que a las mujeres no les gustaran las películas. Otro dato interesante es que las mujeres muestran respuestas sexuales físicas mucho más fuertes a la pornografía que a estímulos románticos eróticos.
Sin embargo, parece ser que las reacciones corporales no son las protagonistas cuando una persona disfruta o no de la pornografía. Resulta que las reacciones emocionales son las que juegan un papel determinante en alguien que disfruta la pornografía. Las reacciones emocionales ocasionadas por la pornografía sí tienen cierta influencia con nuestra biología PERO son más determinantes los factores sociales y culturales. Después de todo, la sociedad actúa de una manera más restringida con la sexualidad de las mujeres y a diferencia de los hombres, no se les fomenta a explorarla.
Además de esta libertad sexual de la que gozan los hombres hablemos de genética. Hace miles de años, para preservar la especie, los hombres tenían más encuentros sexuales que las mujeres. Esto es debido a que las mujeres tienen una limitante al número de hijos que pueden tener, comparada con el número de hijos que puede engendrar un hombre. Por miles de años los hombres estaban programados genéticamente para tener una vida sexual más activa que las mujeres y así asegurar la supervivencia de los humanos. Así que genéticamente, los hombres están programados a tener mayor actividad sexual en su vida. Esto explica por qué los hombres ven más pornografía que las mujeres.
Hay muchas razones por las que vemos pornografía. La mayoría de la gente ve porno de vez en cuando. Algunas veces la gente busca pornografía simplemente porque es agradable la sensación de excitación sexual. Otras veces usan la pornografía para entretenerse o para distraerse del trabajo u otras actividades. Con mayor frecuencia de lo que se cree, la gente no usa pornografía porque se siente bien, sino porque los hace sentir mejor. La diferencia es sutil, pero lo es.
Otra posible razón está basada en los efectos de estados de ánimo negativos, como estrés, ansiedad o depresión. Mientras mucha gente pierde su líbido cuando se siente mal, otras personas no tienen ningún problema e incluso usan el sexo para sentirse mejor, aunque sea de forma temporal. Este paradójico aumento en el interés por actividades sexuales cuando una persona está mal emocionalmente puede ser la razón por la que mucha gente se hace adicta a la pornografía. Ver compulsivamente pornografía es una enfermedad que puede tener consecuencias terribles en el comportamiento de una persona, así que tengan cuidado de mantener controlada la pornografía en momentos difíciles.
Claro que también están las razones obvias: la fantasía y excitación sexual. Muchas personas aseguran que gracias a la pornografía su vida sexual, ya sea como individuo o en pareja, ha mejorado mucho. Compartir fantasías y extender las fronteras en la vida sexual de una pareja es fundamental, hoy en día, para tener una relación sana. Incluso en terapias de pareja algunos psicoterapeutas recomiendan a veces la pornografía para construir una relación que tenga complicidad y libertad sexual.
Así que si usas pornografía, sin importar si es por soledad, aburrimiento o enriquecimiento en pareja, te tengo una buena noticia. Se ha demostrado en estudios alrededor del mundo que la pornografía tiene consecuencias favorables, en contra de la idea general de ver la pornografía como algo malo o incluso criminal. Resulta que en algunos países, como Japón, donde la pornografía se ha vuelto legal el índice de crímenes sexuales ha bajado considerablemente. Resulta que la pornografía permite que todas esas fantasías bizarras que tiene la gente en la cabeza se pueden hacer realidad (aunque sea en sus cabezas) sin hacerle daño a nadie. Un video de pornocrímen, pero seguro mantendrá más tranquila a muchas personas discretamente.
No me queda más que decir que si les gusta la pornografía las razones de ello son básicamente normales y en la mayoría de los casos no deberían sentirse culpables (a menos de que pasen más de 3 horas diarias sentados viendo porno). Si no les gusta, tal vez puedan entender desde un enfoque diferente a la mayoría de los hombres y a algunas mujeres.
