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magnetismo

Podría traducir en la siguiente ecuación; su magnetismo lo trajo a mí y nos dejó atados el uno al otro instantáneamente.Su tez morena, ojos cafés. Su cuerpo era grueso y sus brazos… eran los brazos que debían tener los dioses. Paso por mi lado, pregunto cómo estaba; yo no pude responder con fluidez. Sentía un hormigueo en todo mi cuerpo y no podía dejar de ver sus labios, para  fueron los segundos más largos, quería botarme en sus brazos y sentir sus besos en mi piel.Algo me llevaba hacia él, algo quería que mis piernas siempre fueran tras su cuerpo.Esa noche soñé con él, imagine su pícara sonrisa viéndome, esa lujuria de su mirada quedo grabada en un instante, un flash back que hoy muchos años después recuerdo y ese mismo hormigueo invade mi piel y me causa escalofrío.Quisiera pensar que fue amor a primera vista, pero no lo fue. Era la química sexual más poderosa que jamás nadie podría sentir o interpretar.En la noche fría me abrigué bajo las cobijas era increíble que su rostro tenue me produjera tantas sensaciones, empecé a fantasear, el lugar al fondo del encuentro se desdibujó y mi atención solo permanecía en sus labios, en sus ojos… no  si alguna persona haya sentido alguna vez un orgasmo con el simple sentimiento de calidez de alguien.Bajo las cobijas pensaba en su rostro y en ese efecto de haber cruzado su alma con la mía en un instante que aún es eterno. Lo pensaba y mis pezones se ponían duros y eran el epicentro de múltiples corrientazos que me invadían el cuerpo, de un momento a otro su imagen estaba sobre mí, empecé a sentir como pasaba suavemente sus manos por ellos, sus dedos casi que sin tocarme iban y venían por mis pezones, mi vagina comenzó a humedecerse él me miraba fijamente y su sonrisa épica de lujuria viendo como estaba a punto de ocasionar en  un orgasmo. Sus manos ahora se ajustaron a mi nuca justo en el nacimiento de mi cabello apretándolo fuertemente, su cabeza bajo directamente a la altura de mi pecho y ahora era la punta de su lengua lamiendo mis pezones. Mi vagina comenzó a arder y mi clítoris se tornó duro, deje caer mis manos hacia ella imaginando que eran esas fuertes manos de aquel sujeto, con mis dedos toque mi clítoris suavemente, ¡qué sensación tan deliciosa! La cavidad de mi vagina estaba caliente y se estrechaba cada vez más al imaginarse que mis dedos eran su pene entrando en mí, sentía su glande penetrándome suavemente abriendo espacio para entrar profundamente. Ahora tenía mis dedos mojados entrando y saliendo, sentía su verga adentro, profundo. La sentía toda y eso solo me excitaba aún más. Su cuerpo estaba tumbado sobre el mío, él me poseía con fuerza, sus caderas estaban en medio de mis piernas empujando su pene duro y halando mi cabello en cada estocada. Estaba agitada, pero en cada penetración sentía como su verga crecía y se ponía cada vez más dura, lo mire fijamente y él mordía sus labios reteniendo un eminente orgasmo, de pronto sentí el medio de mis piernas mojado, estaba llegando al clímax, ahora ese sentimiento paso de mi vagina a invadir todo mi cuerpo y me estremecí, sentía como expulsaba su semen adentro de mí, y yo solo apretaba cada vez más mis piernas y contraía mi espalda teniendo un prolongado y fuerte orgasmo. Abrí mis ojos, no estaba él; Pero mis piernas temblaban y mis fluidos corrían por ellas.

Nemesis9224

Soy mujer heterosexual

visitas: 936
Categoria: Autosatisfacción
Fecha de Publicación: 2020-11-10 06:08:15
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1 Comentario

Me encanta cuando mi amante me escribe asi... Como me cuenta de sus rondas de masturbacion pensando en mi cuerpo sobre ella dandole placer como nadie mas sabe hacerlo

2020-11-11 16:24:40