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Noche de sexo

 Aprovechando que la madrugada aún me abraza con su misteriosa tranquilidad me tomare el tiempo para contarte con unos cuantos detalles reveladores como fue mi velada del miércoles 31 de octubre del 2019.

Todo comenzó cuando mi ser sintió la necesidad de arrepentirse por algo que hizo, y no por algo que tuvo temor de hacer.

Así que prendo la moto a eso de las 6, me dirijo con pasión a la Débora Arango, y aprendo la premisa más importante para escribir literatura erótica.

"El erotismo por sí solo no funciona, debe estar sumergido en una historia que incluya otros elementos que insisten a seguir leyendo como el amor, el suspenso, el miedo o hasta la propia muerte".

Además me reí aprendí. conocí de primera mano fuentes que llenarán mi ser erótico y sexual de nuevas experiencias.

Sali de allí, satisfecho, realizado, único. Tal cual como no me sentía desde que era un universitario lleno de sueños.

Así que para premiar mi acción de no haber temido, me abrí paso en medio del tráfico en búsqueda de una delicia gastronómica.

Y mientras devoraba la comida, pensé, que más puedo hacer para inyectar más placer, satisfacción, deseo, y lujuria a la noche.

Lo que me llevo media hora después a un bar swinger ubicado por barrio Colombia en Medellín.

Entre, me quite toda la ropa, sonreí al reflejo de mi ser en el espejo, me puse una toalla para cubrir mi desnudes.

Prendo el jacuzzi, me relajo y siento como lentamente mi ser se desvanece en medio del agua tibia. Más tarde llega una pareja, interactuó con ellos, percibiendo como ella desea algo en mí.

La indago, la embisto con preguntas contundentes. Despierto su deseo.

Y 15 minutos después, mi carne se sumergía en la suya llenándome del primer órgasmo netamente sexual de la noche.

Solo diré que fue un encuentro furtivo, salvaje y animal.

Tan cual como la cacería animal de un leopardo a una llena, rápido, fuerte, excitante, satisfactorio y sin duda lleno de dopamina.

Me bañé, deje a solas su pareja para que hablaran de sus fetiches sexuales.

Avanzó la noche, viendo que al fondo del segundo piso estaban las dos protagonistas de la noche 

Dos mujeres super sensuales, algo así como dos animales majestuosos en palabras de Gonzalo Arango.

Me senté a observarlas e instintivamente, o por trabajo.

Ambas se acercaron a este cuerpo para ser tocadas, deseadas, idolatradas.

Jugue con sus senos, con la húmeda de sus vaginas, con la cárnocida de sus labios y estando muy excitado.

Mis ojos se dejaron deslumbrar por una morena majestuosa de un metro ochenta con senos de hembra y con un trasero que solo pueden poseer las de su raza.

Deje a mis dos animales majestuosos atrás.

Y presentandome ante ese nuevo placer andante, supe utilizar una estrategia para llevar a esta nueva fascinación al lugar donde mi cuerpo deseaba interactuar con el de ella.

Tomamos algo, acaricie su cuerpo, bese sus lugares erógenos con más pasión que sutileza

Y mientras todos los asistentes observaban como dos mujeres se comían a besos en búsqueda de un órgasmo.

Yo andaba en un cuarto tocando el cielo de la mano de un ser que sexualmente me lleno por completo.

En este caso, la bese, me beso, nos tocamos con deseo y cada penetración se sentía profunda, húmeda, sonora.

Su sexo era grande como me gusta, y sin duda su clitoris es de esos que sabe dar placer a las mujeres.

No me equivoco al decir que cada lamida despertaba gemidos en ella y satisfacción en mí.

Termine mi noche sexual con ella a eso de la 1 y 30  am.

 Mientras los otros hombres se ocupaban de las chicas del gang bang.

Y luego de una pequeña ducha emprendi para mi casa con dos premisas.

"El sexo por sí solo es puro placer y pasión, es algo salvaje e instintivo"

"No me quiero arrepentir de no haberlo hecho, quiero seguir siendo atrevido, como está noche".

Dejametocarte12

Soy hombre heterosexual

visitas: 2511
Categoria: Orgías
Fecha de Publicación: 2020-11-29 12:33:03
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