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Roces calientes con mi cuñada (2)

La cosa estaba fría. Ya había entendido que todo era un asunto de un juego y todo estaba como antes. Ella (mi cuñada) y su esposo, terminaron por lograr lo que habitualmente ocurre: un hijo. Tal vez esto generó este distanciamiento. Todo normal, en lo aparente. En el fondo termine por pensar en lo que debe pensarse en esos casos: "exageré", "solo fueron cosas de mi invención", "interprete mal" o incluso llegue a pensar "me estaba evaluando, menos mal no hice nada". En todo caso, el recuerdo alimentaba mi morbo.Fue un año después del nacimiento de su hijo que ocurrió algo maravilloso. Todo comenzó con un chat normal, como siempre, ella me pedía un favor. Por mi profesión incluso no podía decir que no, sencillamente actué como era necesario hacerlo. Lo siguiente que ocurrió permitirá entender mejor como transcurrieron los demás eventos.Llegué a su casa, evidentemente con cierto nerviosismo. La vi, hermosa, imponente, acababa de llegar de su trabaja y seguía con su atuendo de ejecutiva, imponente, en pocas palabras, sencillamente hermosa y con el aura de poder que hace sexy a una mujer. Nos dimos un saludo (normal) pero en seguida note que estaba sola:-Estoy sola, dijo-reafirmó mi sospecha.-Uy ¿qué paso?, le contesté- luego vino un momento de silencio incómodo.-Él trabaja mucho y no ha llegado-terminó por contestar.La revisé. Los motivos por los cuales me hizo ir no parecían ser. Luego me indicó que tenía algo de dolor en el cuello. De forma inocente (en serio, bastante inocente) le dije que sería bueno un masaje en ese sitio, mi idea no era que fuera yo quien lo hiciera, al contrario, lo dije como consejo para que fuera su pareja quien lo realizara… pero en breve me pidió que se lo hiciera.Poco después de iniciado el masaje movía sus espalda con cada movimiento. También hizo gemidos de intensidad muy leve, pero perceptibles, excitantes. Estaba preparado para todo pero no para eso. No pude evitar excitarme completamente y, aunque era casi imposible, intentaba que ella no lo notará. Y no era sólo la excitación que probablemente cualquier lector sentirá en estos casos. Tampoco era sólo el hecho de que su hermana (osea mi pareja) lo hace conmigo cuando quiere. Estaban los sentimientos, los pensamientos y las ideas que revivieron en ese momento…Intente ser profesional hasta donde pude, pero confieso que disfrute cada momento de ese masaje. De pronto, sobrevino un momento mas comprometedor:-mira que tengo una cosa rara, por aca- señaló en el cuadrante inferior del seno izquierdo.Temeroso no dije nada, solo le explique porque podría ocurrir esto y empezó lo bueno…Tomo mi mano con firmeza y la llevo hasta su seno, la dejó ahí, y mientras tanto fue quitando los botones de su camisa, desabrochó su brasier. Sus senos firmes, una aureola grande y oscura, pezones erectos. Comencé a darle muchos besos en sus senos. Sus gemidos eran el indicador de seguir, de dejar explotar toda la pasión. Nos besamos con pasión, besé todo su cuello y volví a perderme en su pecho.Lentamente baje por todo su abdomen. Los bese con cariño y pasión mientras ella emitía gemidos y movía sensualmente todo su cuerpo. Su pasión era el combustible para seguir, para incrementar la intensidad.Quité lentamente su pantalón, lo bajé lentamente descubriendo su intimidad, sus piernas, sus pies. Besé los dedos de sus pies, subí a su pierna y luego a sus muslos: hermosos, blancos, tonificados. Una tanga de encaje cubría su vagina, la comí por encima, mientras comenzaba a quitarla lentamente. Luego, disfrutándola, sentí como incrementaba su calor, su lubricación y la intensidad de todos sus movimientos.Pasé de sus muslos a su vagina, de su vagina a los muslos. Comencé poco a poco a acariciar con mis manos su ano. Le gustó, no hizo ni dijo nada, al contrario, empezó a disfrutarlo. Besé su cola alternando una baja y alta intensidad. Nuevamente me comí literalmente su vagina.Subí hasta su boca disfrutando sus labios, mientras tanto ella tomó sus manos para tomar mi verga, me acarició suavemente mientras nos besábamos. Con sus manos puso mi verga en la entrada de su vagina, estaba tan lubricada que sólo con las caricias que nos dábamos entré dentro de ella. Sus gemidos se hicieron mas intensos, su pasión estaba al máximo de la expresión posible. Al principio era ella quien mandaba que hacer, que posición tomar. De pronto le dije:-En cuatro-Como perrita, contestó-Si, como una perra- le dije mientras le tomaba fuertemente sus nalgas.Mientras le daba, comencé lentamente a meter mi dedo a través de su ano. Gemía más duro, gozaba más, sudaba más. Se orinó mientras le daba, creo que fue su forma de expresar su orgasmo, y me pidió que llegará en su cara. Al final nos besamos y vestimos. Cuando llegó su esposo, estábamos comiendo e incluso ella ya tenía preparado su plato, todo muy normal. Lo que pasó después será objeto de otra narración.

curregin

Soy hombre heterosexual

visitas: 1907
Categoria: Hetero: Infidelidad
Fecha de Publicación: 2020-11-30 04:12:04
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