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Mi primera vez con una prepago

Hoy me decidí a tener sexo a toda costa, hace más de un mes que una boca no besaba mis labios con pasión. Y sabiendo que enloqueceria pronto me arriesgué a lanzarme al vacío una vez más.

Así que busque una prepago en una página web, y encontré una que me gustó bastante, sus proporciones eran bastante interesantes y su voz era tierna, tal cual como la tuya.

Y sin pensar más en todo lo que esto implica, realice el negocio con ella, pensando, que son 100 mil al lado de mi salud mental.

Salí a las 10 y 30 de la finca rumbo a su apartamento.

Llegue pronto, era en manzanillos, un conjunto de apartamentos con cierta mística de cuento de hadas a su alrededor. Su bosque tenía esa niebla esquicita, y los árboles aparentemente guardaban seres mágicos en sus ramas.

Al fin llegué, donde ella, luego de ser anunciado por el portero.

Ella me recibió en ropa interior muy sensual dos segundos después de tocar su timbre.

Y al verla, me sentí anonadado, perdido, al parecer mi cuerpo había borrado la parte donde dice como se debe tratar a una mujer cuando te recibe así.

Pero ella me saludo muy amable, me miró de pies a cabeza y  al parecer le guste, se notaba por el manoseo en su cabello y por el mordisquear de sus labios.

Al fin estando en su pieza, nos besamos desenfrenadamente, aunque los dos primeros besos fueron algo tímidos de mi parte.

Luego todo entro en calor, ella me quito la ropa, me beso por todas partes y yo, amante de los besos, las caricias y los masajes. La sumergí en un sueño erótico del cual creo que no podrá despertar fácilmente.

Me comí sus senos como un rico helado de vainilla, lamidas largas y con su pezón dentro de mi boca, me deleite con su humedad vagina de universitaria y la penetre como si mi vida dependiera de ello.

Pasaron unos 20 minutos para ser sincero y después de correrme dentro de una dama después de tanto tiempo mi cuerpo se sintio libre, completo, fuerte y radiante.

Ame, ame a esa mujer durante esos miles de segundos, y después de aquella batalla por conquistar el orgasmo, me hizo un masaje que aunque carecía de técnica supo relajarme.

Luego yo le hice uno a ella y haciendo gala de mis cualidades como amante de Afrodita, le hice cosas que no te puedo contar hasta que llegó la media noche y ella había dejado todo el cuarto mojado.

Al fin hablé un poco con ella y me vestí para irme.

No sin antes, despedirme de mi amante con un fuerte y largo abrazo.

Salí de allí, como nuevo, revitalizado. Y sí, te quise contar porque eres mi confidente, mi amiga y de alguna manera mi amor.?

Dejametocarte12

Soy hombre heterosexual

visitas: 1047
Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2020-12-01 16:32:01
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