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Ataduras y esposas

Mis pensamientos libidinosos iniciaron al cumplir los 17. Por alguna razón me sentía grande, pero también curiosa, inexperta y con la idea de vivir una vida sexual plena. Así que, si no estoy mal, mi primera fantasía se relacionaba con ser atada a la cama. Es posible que lo haya visto en una película o tal vez solo vi unas esposas, lo cierto es que durante semanas imaginaba una escena en donde un hombre entraba en mi habitación, y sin decir nada me ataba y me follaba. 

No le dije a nadie, creo que aun tenia temor por compartir ese tipo de ideas, pues me preocupaba que se burlaran de mí. Luego de cumplir los 18 y ya con algunas semanas viviendo sola, comencé a salir con alguien, él era casado y solíamos vernos los viernes, iba por mi a la U, e íbamos a algún motel o a tomar algo. 

Fue mi primera experiencia, me atreví a contarle esa fantasía y lo hizo como un experto. Me esposo a la cama, vendo mis ojos y se dio gusto. No se imaginan lo mojada que quedo esa cama. Ahora que lo pienso fue mi primer squirt, moje su pecho, lo que hizo que nuestros cuerpos resbalaran el uno contra el otro. 

Tuve orgasmo tras orgasmo, y él lleno mis tetas y mi vagina con su semen. Fue una relación muy intensa y pude vivir a plenitud mi fantasía. En cierta ocasión tuve curiosidad por atar a un hombre, lo espose a mi cama, se lo chupe y lo cabalgue, no obstante, confieso que me hacia falta sus manos y su tacto con mi cuerpo, así que, no suelo hacerlo.

El año pasado conocí un hombre sumiso, sus fantasías tenían que ver con ser dominado, atado y humillado. No funciono. Me aburría hablar con él, nuestro único encuentro se resume en que lo ate y lo cabalgue muy lentamente, mientras tenia mi celu y escuchaba música. No fue tan malo, pero cuando me acuesto con un hombre siempre espero que todo sea algo más salvaje.

En otra ocasión, un jovencito con poca experiencia me ato, pero fue demasiado tímido, lo que inevitablemente llevo a que le pidiera que me desatara e hiciéramos lo tradicional. Entiendo que hacer esto no es para todo el mundo.

Mi primer par de esposas eran de plástico y tenían un peluche rosado. Solo duraron una noche, estaba con un amigo de la U, con el cual solíamos ser algo salvajes, y el resultado fue que se rompieron. Sin embargo, recuerdo haber reído hasta casi llorar por la situación.     

Hoy en día tengo dos pares: uno de cuerda, que si se ajusta adecuadamente es bastante interesante; otras de metal, que pueden en ocasiones lastimar mis muñecas, pero solo ha sido cuestión de adaptarme. Tal vez, si me conoces, te diste cuenta que las suelo dejar a la vista en mi mesita de noche. No es un mensaje subliminal, es simplemente mi forma de mostrar que estoy dispuesta a jugar. 

    https://pensamientoslibidinosos.blogspot.com/

agave

Soy mujer heterosexual

visitas: 901
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2020-12-02 19:50:20
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1 Comentario

Muy rico tu relato y te cuento que tengo experiencia esposando .

2020-12-13 11:12:38