Me desperté con un fuerte dolor de cabeza, estaba tirada en el piso, era un piso de madera, la pieza olía a alcohol y mucho cigarrillo (y otras cositas), había una luz amarillenta de un bombillito en una lámpara de mesa de noche, me senté, hacía un poco de frío, estaba totalmente desnuda, al incorporarme me dolían las caderas, mi vagina olía a semen, creo que empecé a recordar, al ponerme de pie casi me caigo del malestar que tenía, me sostuve en una pared, había tomado trago, recordé que Sergio me había llevado a esa fiesta, pero él no estaba allí; sobre la cama había una mujer, no sabía quién era pero la había visto en la fiesta con otro hombre, ella estaba desnuda también, era voluptuosa, tetona y culona, rubia de cabello tinturado, la cama totalmente revuelta y la sábana tenía olor a semen y estaba húmeda. Era obvio lo que había ocurrido con nosotras.

Abrí la puerta, no había nadie por ahí, caminé a una habitación que estaba cerca y abrí la puerta, mi ropa y la de la otra mujer estaba tirada en el piso, no recordaba porqué estaba allí la ropa pero no la recogí, fui al baño que estaba junto a esa habitación, tenía muchas ganas de orinar, caminé desnuda, el piso del baño era demasiado frío, me miré al espejo y tenía mi cabello revuelto, mi maquillaje era horrible, estaba demacrada, me veía horrible y oriné.

Salí del baño y caminé hacia la sala, al llegar había dos hombres que no conocía, estaban semidesnudos, solo en pantaloncillos y medias, bebían y miraban porno en TV, me miraron, me devolví a la habitación donde estaba mi ropa pero uno de ellos me alcanzó, “espere mamacita no corra, venga mi amor”, me dijo el hombre agarrándome por la cintura, “quién es usted?”, le pregunté, “jajajaja no te acuerdas?”, dijo llevándome a la sala, me apretaba la cintura. Me hizo sentar con él en un sillón mientras el otro hombre se fue a la habitación donde estaba la otra mujer y cerró la puerta.

“En dónde está Sergio?”, le pregunté, “Sergio?... jajajaja… no te acuerdas? él se fue temprano… pero dijo que volvería por ti más tarde”, respondió mientras le quitaba el volumen al TV, “Dónde está Sergio… tengo dolor de cabeza… estoy cansada… quiero irme…”, dije, “No mi amor, debes esperar a Sergio que vendrá más tarde”, dijo, “qué hora es?”, pregunté, “no importa, todavía es temprano mi amor…”, respondió, “Voy a llamarlo… dónde está mi celular”, traté de levantarme a buscar mi celular en mi bolso en aquella habitación, pero el hombre no me dejó me abrazó apretándome contra él, “venga mi amor, no se ponga necia”, dijo, “nooo déjame, quiero llamar a Sergio”, dije y traté de levantarme pero no me dejó, en la habitación dónde estaba la otra mujer y el otro hombre oímos que ella empezó a gritar: “déjeme, déjeme” y el hombre la cacheteaba y la insultaba, “cállese perra”, le decía varías veces y la cacheteaba. “Quién es ella?”, le pregunté al hombre, “otra puta mi amor, así que usted pórtese bien para no castigarla” y me dio una par de cachetaditas en la cara.

El hombre se quitó el pantaloncillo y me obligó a darle mamada hasta que quiso y que su miembro se le endureciera completamente y después me llevó a la habitación donde estaba mi ropa y me arrodilló para darle más sexo oral. Mientras se la mamaba me dijo que el que me había follado en la otra habitación había sido Sergio y él se había follado a la rubia de la otra habitación, pero que le faltaba follarme a mí antes de dejarme ir si yo quería. Me dijo que Sergio se había ido a llevar a otra mujer al apartamento de un amigo, “un favorcito para un amigo”, me dijo.

Me dolía la cabeza y me daba vueltas, mientras ese hombre me follaba tirada en el piso entró Sergio a la habitación. “huy que bien amigo te follas a la rica Karol”, le dijo y salió de la habitación dejando la puerta abierta. Cuando el hombre terminó y salió de la habitación me empecé a vestir decidida a irme de allí, pero entró Sergio y me dijo “qué te crees Karol, todavía no te puedes ir”, le dije que estaba muy borracha y cansada y me quería ir, le pregunté por qué no me podía ir y me dijo “Quiero follarte otra vez”.

Sergio se empezó a quitar la ropa y cerró la puerta con seguro, se dirigió a mí y me empujó para hacerme acostar sobre el piso. No recuerdo más.

Al otro día me desperté en mi cama con un terrible dolor de cabeza.

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