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Como es de lógica paso a presentarnos formalmente, aunque como es de obvia razón nuestros nombres y de los que intervienen aquí serán cambiados.
A mi mujer la conocí casualmente en uno de los balnearios de la ciudad(Cali-Colombia), Una rubia preciosa, de 24 años, de ojos grandes y verdes, cabello lacio, labios carnosos; pero lo mejor era su cuerpo...
Que aunque de tamaño mas bien bajo (1.57), se veía muy sensual, por sus curvas, su abdomen plano, sus piernas gruesas, blancas y tonificadas, sus Nalgotas paradas muy blancas y carnosas la hacían verse totalmente apetecible para todas las miradas cuando la veían pasar, sus pies eran divinos, blancos como de porcelana y su cara de niña-mujer despertaban el morbo en los Hombres, más cuando estaba empezando su preparatoria para la universidad.
En este relato a mi Mujer la llamaré "Vanesa", por obvias razones.Yo soy un profesional de 37 años de edad, técnico en sistemas, tengo una figura atlética porque voy casualmente al gym, aunque mi físico es delgado, alto y de ojos y cabello castaños.El hecho que relataré, ocurrió un sábado como cualquiera, como muchos de los fines de semana en los que a veces pasábamos juntos: mi mujer, mi hijo de dos años y yo.
Esa noche sabatina andábamos en motocicleta, a las 8 de la noche recibiendo el frescor de la ciudad SIN el niño ya que lo habíamos dejado donde la suegra, la mamá, de ella.
Llegamos a nuestro apartamento a eso de las 9 de la noche y mi joven mujer se había puesto una ropa de dormir, unos shorts rosados, que aquí (Colombia) se les dice "cacheteros", porque dejan ver la mitad de sus Nalgas al aire y un topcito en la parte de arriba Sin brasieres marcando muy sensualmente sus grandes aureolas cafés y las puntas gruesas de sus pezones invitando al erotismo.
Yo me quede en pantaloneta y en chanclas o (sandalias) Al rato mas o menos las
10: 30 de la noche llegaron dos amigos de mi mujer (Vanessa), cabe decir que como ella estaba en la Universidad tenia algunos amigos recién egresados de la preparatoria, Todos muy jóvenes de entre 19 y 20 años, menores que Vanessa mi mujer.
Nuestros visitantes eran dos, chico y chica, ella de 19 y el de 20 años.
El, un chico blanco, fornido y bien parecido y ella alta y trigueña, mas bien rellenita pero de agradables curvas, llamados "Carlos" y "Ándrea" respectivamente.
Nos Preguntaron si haríamos algo por ser sábado en la noche, es decir si tomaríamos licor, si saldríamos a alguna taberna, etc., pero de común acuerdo preferimos poner algo de música y ¿porque no? bailar un rato en nuestro apartamento.
No nos cambiamos de ropa, los atendimos así, solo yo me puse una camiseta y mi mujer en su sexy pijama.
Nos dispusimos a charlar, a reírnos y luego a bailar, mi esposa conmigo y Carlos y Ándrea, así empezamos la mini fiesta, pero era obvio que con el cambio de temas y canciones también cambiábamos de pareja continuamente.
Entonces pusimos algo de salsa y merengue, el repertorio tradicional latino.
Conforme pasaban las horas, la alegría del licor nos iba desinhibiendo cada vez mas, ya bailábamos regueton y mientras yo bailaba con Ándrea, mi mujer bailaba animada y porque no decirlo sensualmente con Carlos.
Cabe decir que "Vanessa (mi mujer) lucía muy provocativa en sus shorcitos de pijama y en el vaivén del regueton le contoneaba sus caderas a Carlos en un erotismo frenético que El en sus miradas no podía disimular ya que fijaba sus ojos en las Nalgotas de" Vanessa", esas Nalgas que casi se le salían de entre esos shores, pero además su cuerpo en general invitaban y excitaban a Carlos de tal manera que enervado por el licor y su juventud lo hacían enloquecer.
Las horas pasaban, la noche cada vez más alocada y tarde en horas (12 o 1 de la mañana), las luces semi-apagadas, las risas, el licor, bastante cerveza para ser exactos y todo lo demás, habían hecho que cada uno estuviera muy entretenido con sus parejas de baile, es decir Ándrea conmigo y mi mujer con su amigo en un bailoteo incesante de abrazos y modorreos por parte del chico hacia mi mujer, era algo que la adrenalina y la excitación me hacían tuntunear el corazón aceleradamente.
Como era de esperarse nuestro joven amigo dijo sentirse muy cansado del baile además que era mal bailarín entonces propuso que mejor nos sentáramos y que jugáramos algo así como penitencias, (en juego de cartas), algo que casi siempre aflora en estos casos.
El hecho fue que la primera en pagar penitencias fue la amiga de ambos, Ándrea, la cual le toco hacerme un strip tease completo delante de mi mujer y de Carlos, y fue así que se fue desvistiendo y bailaba rítmicamente al compás de la música del equipo de sonido.
Se desnudó completamente para mi y mientras se quitaba la última prenda, sus calzones blancos de encaje me mostró su pubis con unos vellos incipientes que rodeaban su vagina de oscuros labios.
Mientras les daba la espalda (a mi mujer y a Carlos), ellos solo atinaban a verla bailar desnuda y a mirar el contoneo de su cuerpo y de sus nalgas desnudas.
Luego entre penitencia y penitencia, resultó que "Vanessa" mi mujer tenia que darle un beso a Carlos, a lo cual ambos mirándose a los ojos se trenzaron en un beso de lenguas y labios como si quisieran devorarse mutuamente.
Fue excitante ver a Vanessa besándose con El a estas alturas toda arrecha y complaciente.
Luego alguien sugirió que podríamos cumplir las penitencias siempre y cuando nos tocara a solas con la pareja que nos tocará, a lo cual me fui con Ándrea y yo a una habitación y Vanessa mi chica con Carlos a otra, recuerdo haber desnudado a Ándrea, la puse primero a que me lo mamara y luego me acosté sobre ella a lo misionero, fue algo complicado porque era estrecha y me costó hacerla abrir de piernas para penetrarla y en cada gemido yo la embestía con más fuerza y algo de rudeza.
No me resistí y a los 10 min. De jadeo de la chica, me incorporé y las ganas de saber que hacía mí casta y celosa mujer con Carlos en la otra habitación me mataban de curiosidad.
Entreabrí la puerta con cautela y pude ver a Vanessa desnuda, con su pubis medio rasurado, dejándose algo de vello de unos días, sobre sus labios vaginales, con sus tetas blancas, bamboleándose en el aire por el movimiento de su cuerpo y su boca al mamar con desespero la verga y área genital de Carlos algo peludo por cierto.
Ella sentada en la cama y El de pie y mientras Ella se lo mamaba con todo el pene en la boca y succionando frenéticamente El le decía: "Mámelo nena, Mámelo, métetelo todo en esa boquita" a lo cual ella sin hacerse esperar se lo chupaba como a un preciado caramelo.
Al fin un rato después estuvimos todos juntos de nuevo quedando en una misma habitación, allí nos reímos y seguimos tomando hasta al filo de las 2:00 A. M.
Luego como si se hubieran puesto de acuerdo, Ellas se abalanzaron sobre nosotros.
Ándrea se puso en cuclillas sobre mi y me lo empezó a mamar con gusto y se lo metía todo propinandome una mamada fenomenal, mientras que Vanessa hacia lo propio con Carlos, pero esas mamadas debíeron ser alucinantes porque nuestro amigo blanqueaba los ojos de placer ya que Vanessa chupaba esa verga peluda y de mediana envergadura, de manera tal que le sonaban los labios, la saliva y ese pene que se perdía entre su boca, sonando un: "Slurp Slurp" por las mamadas propinadas por Ella.
A los 15 o 20 minutos de mamadas de ellas hacia nosotros, mi mujer se puso de pie y se sentó sobre el erecto pene de Carlos que apuntaba al techo como un palo de escoba.
Ella se sentó sobre El y su verga dándose fuertes y desesperados Sentones, mientras este trataba de chuparle las blancas tetas de grandes aureolas cafés que brincaban como locas frente a El.
Resolvimos Ándrea y yo acostarnos para penetrarla a lo misionero y en ese vaivén estabamos, cuando de reojo pude ver a mi mujer y su amigo besándose enloquecidos mientras nos ignoraban totalmente y se murmuran cosas aun audibles para nosotros, cosas como: culeame papi, culeame, y El le decía: eres tan rica, te ves toda arrecha y puta, me encantas.
Era obvio que había una fuerte atracción entre ellos, por lo menos esa noche se gustaban, diría que se encantaban el uno al otro y eso me hacía pensar que tal deseo era de tiempo atrás, por la forma en que se se Miraban el uno al Otro, se devoraban desnudos, eran tal para cual.
Yo aproveché esa oportunidad para que mi mujer y El desfogaran todo ese deseo reprimido que tenían y a la vez poder excitarme con una corneada para mí esa noche.
Luego ella se puso en 4 patas parando ese Culote blanco, enorme y excitante mientras nos miraban a ver que hacíamos y pensando que estábamos entre tenidos Ándrea y Yo y si lo estábamos, pero no lo suficiente como para no alcanzar a ver en la penumbra de la habitación todo el ardor en que desembocaban mi mujer y nuestro amigo.
El se arrodilló tras de Ella que ya estaba en cuatro patas y empezó a poseerla frenéticamente, mientras ella gemía y en el escaso sonido de la música que no lograba ahogar los gemidos de Vanessa y sus continuos: "culéame, papi, culéame" a lo que Carlos agarrándola con una mano del pelo con brusquedad y dominio y con la otra la tomaba de la cintura y le decía arrecho y dominante: "Goza perra, goza" y le cacheteaba sus blancas y redondas nalgas en pompa haciendo un sonido de palmadas: TAS TAS, que la hacían gemir y enloquecer.
No usábamos condones y yo solo pensaba que El que se veía un joven sano y deportista podía preñar a mi mujer y mis temores se hicieron mas evidentes cuando lejos de soltarla para venirse afuera, la tomó mas fuerte de la cintura y la penetró con brusquedad para descargar todo su semen adentro, mientras le susurraba jadeante y cerca a los oídos de Ella: "me vengo perra, me vengo", mientras "Vanessa" le contestaba: "síiiiiiii, siiii échamelo todo dentro de mi chocha amor, ahhhhh, ahhhhh.
Mi mujer en vez de quitarse, más se relajó, abrió sus nalgotas blancas y sus provocativas piernas para recibir su sémen que en cada embestida más le descargaba adentro.
Luego y para rematar como Ella tenía sus Nalgotas paradas, blancas y redondas, Carlos no pudo contener el deseo de hacer suyo ese precioso Ano que muchos hombres deseaban poseer y que ella en el fragor de la arrechera no se lo impediría,
así entonces Carlos ni corto ni perezoso la embistió en 4 patas a Vanessa, primero le escupió el ano y luego se echó saliva en su verga, luego le introdujo un dedo y luego la cabeza de su verga despacito, mientras ella apretaba sus labios y hacía muecas de dolor.
Después ambos trenzados en un mete y saca rítmico dentro de su oscuro ano que apenas medio asomaba unos incipientes pelitos anales, mientras su amigo la embestía ebrio de placer y ganas le aplicaba unas fuertes arremetidas que ella trataba de contener diciendole:
"despacio, más despacio mi vida" ;
Mientras El con mas bríos exclamaba: culea perra, culea."
Finalmente se acostaron después de esa fenomenal culeada, El la acariciaba y le decía cosas como: "te dejé abierta tu chocha y tu culo mamacita, eres una perra muy rica" a lo que ella contestó con ternura en un apasionado beso francés y se acostaron agotados, sudorosos y entrelazados con sus piernas y brazos.
Ya a eso de las 4 de la mañana, Ella me buscó para amanecer conmigo y luego de propinarme un beso con el sabor salado del semen de Carlos y de decirme al oído muy suave y somnolienta: si te gustó verme culear con otro?
finalmente lo hicimos esa madrugada, ella sentada cabalgándo sobre mí, mientras yo le chupaba sus blancas pero coloradas tetas aún con el olor de la saliva de Carlos por las chupadas que le había dado, ya luego nos acostámos abrazados.
En la mañana siguiente, no pude despedirme de ellos porque con tragos soy mal madrugador, mientras que nuestros visitantes ya se habían marchado y "Vanessa" mi mujer aun yacía dormida y agotada junto a Mí con las marcas de chupadas, colorados y señas de manos y azotes en su desnudo y blanco cuerpo.