Después de aquella fiesta, el paso siguiente era saber como abordar el tema con mi amigo. Cada vez que lo pensaba me daba mucho miedo contarle, no sabía como lo iba a tomar, pero finalmente era mi única opción en ese momento, así que un día, luego de algunos tragos y con algo de temor, mientras charlábamos le expuse la situación.

-Mi hermano, tenemos que hablar de algo muy importante. – dije.

-¿Ah si? ¿y eso? – respondió.

-Le voy a hacer unas preguntas, pero quiero que me las conteste con total sinceridad.

-Ok. Ya me está asustando, pero cuénteme.

-¿Qué opina de Alejandra? ¿Le cae bien? ¿Le parece atractiva?

-Mmm… y esas preguntas ¿a qué se deben?

-Solo responda, no es por nada malo, fresco.

-Pues, si… me cae bien y si, me parece muy atractiva.

-Ok, lo que le voy a contar tiene que quedar entre nosotros. Sucede que tenemos una fantasía que queremos hacer realidad. Una fantasía que involucra un tercero… y pues yo estaba pensando si a usted le llamaría la atención participar.

-Wow wow wow… un momento, estamos hablando de hacer un trio… pero hermano, yo a usted lo estimo mucho pero no tanto como para tener ese contacto…

-Jajaja… no no, no lo tome por ese lado, cero interacciones hombre-hombre, seríamos cada uno con ella por turnos… o a veces solo usted con ella. ¿Qué opina?

-Uy mi hermano… pues muy loco. ¿Usted está seguro de eso? Yo a usted de verdad lo estimo y lo último que quiero es que después tengamos líos, además ustedes ya llevan tiempo juntos… no le da miedo que eso pueda dañar la relación.

-Claro… es el mismo miedo que tiene ella. Pero no sé, siento que es algo que debo vivir, a ver que tal, es un riesgo que estoy dispuesto a asumir. Entonces… ¿Qué dice? ¿Se le mide?

-Wow, pues primero que todo me halaga saber que soy la primera opción… nunca me imaginé una propuesta de ese calibre, pero claro, claro que me le mido. Pero… y ¿Qué dice ella?

-Al comienzo se negó muchas veces, pero ya accedió. Ahora mi tarea era conseguir el tercero y creo que sería perfecto si fuera usted.

-Pero… ¿ella sabe que sería conmigo?

-Pues se lo planteé y dijo que seria deli… pero luego dijo que no, que le daría mucha vergüenza de lo que pensaras de ella.

-Mmm… ok.

El tema quedó de ese tamaño, pero claro yo estaba contento y excitado por haber hablado con él sobre el asunto, en los días siguientes solo imaginaba como organizar las cosas para que se diera la oportunidad, tampoco quería que las cosas sucedieran forzadas pues pensaba que eso podría causar tensiones y que la experiencia no fuera tan buena para ninguno. Así que a la próxima vez que tuve oportunidad, mientras teníamos relaciones, le conté a Aleja lo que había hecho. Al comienzo se mostró algo ofendida:

-¿Cómo? … nooo, ¿Por qué le dijiste? … ¡Ay no! Qué vergüenza.

-Tranquila, lo tomó muy bien y de hecho dijo que le pareces muy atractiva.

Eso la calmó un poco y claro, se mostró curiosa al respecto mientras terminábamos de tirar. Pero después de venirse, me dijo que no. Que definitivamente a ella le daba mucha pena.

Sin embargo, yo ya estaba decidido a que las cosas sucedieran, solo tenía que alinear los acontecimientos así que ingenié un plan. Llegando las fiestas de diciembre, más específicamente para el día de las velitas, decidimos salir de rumba con varios amigos de ella, así que se me ocurrió el plan maestro: Mi idea, era invitar a mi amigo a la farra y luego en la madrugada al salir del rumbeadero, invitarlo a quedarse en mi casa pues quedaba un poco más cerca que la suya, irnos los 3 para mi casa y así tendría la excusa perfecta para que sucedieran las cosas, ella había dicho que le daba mucha pena, pero yo sabía que solo faltaba un pequeño empujón.

El plan empezó funcionando muy bien, con lo que no contaba es que, al decidir irnos a casa sobre las 2 am, él dijo que listo, que el se quedaba en mi casa pero que el iba a seguir rumbeando un rato más. Yo no me quejé mucho pues igual, el resultado podría ser el mismo. Con tan mala suerte que se demoró un poco más de lo esperado y siendo ya las 5 am, yo debía alistarme para ir a trabajar (si, en ese entonces tenía que trabajar algunos días festivos). Mientras me alistaba solo pensaba… ¿y ahora? Si no llega pues el plan habrá sido un fracaso, pero inmediatamente pensé… ok, pero… si llega y yo me tengo que ir, pues puede ser hasta más positivo el encuentro, no va a haber tanta tensión por sentirnos observados el uno al otro… y mientras pensaba eso, tocaron el timbre.

Bajé, le abrí… estaba algo prendido, lo invité a seguir hacía el cuarto de huéspedes y mientras el se acostaba me despedí:

-Mi hermano, tengo que ir a trabajar. Espero que recuerde lo que hablamos hace un tiempo, sobre Aleja… queda en la otra habitación… hay condones en la mesa de noche.

-Jajaja… ¿qué? … usted de verdad está loco mi hermano… pero oookey.

Enseguida fui a mi habitación y dándole un beso la desperté para decirle que ya debía arrancar hacía el trabajo:

-Amor, ya me tengo que ir… acaba de llegar Gabriel. Ya sabes que tienes mi permiso para portarte mal… si quieres.

Ella entre dormida y despierta solo refunfuñó:

-Y sigues con ese cuento… no molestes más. Chao.

Yo salí y me fui a trabajar… con el corazón a mil revoluciones por minuto.

La mañana se me hizo eterna, no lograba concentrarme en el trabajo hasta que más o menos sobre las 11:00 de la mañana recibí su llamada. Con la voz algo entrecortada y con un claro tono de nerviosismo escuché al otro lado de la línea:

-Lo hice. ¿Estás contento? Acabo de hacer lo que querías y tanto insististe. – dijo.

-¿Qué?

-Me acabo de comer con tu mejor amigo.

En ese momento sentí como si me quitaran el suelo, fue una sensación muy potente pero contradictoria frente a lo que imaginaba que iba a ser, pues una vez más regresaron los celos enfermizos del pasado con una intensidad asfixiante; no pude hablar, me dio mareo, nauseas… fue un momento demasiado sobrecogedor; no sabía que mi cuerpo y mi mente iban a reaccionar así y simplemente dije:

-Mira, estoy algo ocupado aquí. Hablamos esta tarde cuando salga de trabajar. ¿ok? Y colgué.

Cuando logré retomar el aliento y recomponerme, una sensación de calor intenso me invadió y empecé a pensar en toda la situación y con el pasar de las horas, esa sensación de celos empezó a disminuir e inmediatamente fue reemplazada por una sensación de excitación muy fuerte. Por supuesto cuando terminé de trabajar lo único en que pensaba era en verla y que me contara todo con lujo de detalles.

Cuando llegué a su casa, ella estaba con la mirada sombría y se notaba que había estado llorando. Me saludo:

-Hola… antes de que hables solo quiero que sepas que me siento mal. Ahora entiendo que todo esto fue una prueba y me rajé. Lo siento de verdad… yo te amo, pero pues insististe tanto… y pues yo no soy de palo.

Yo no dije nada, simplemente la abracé con todas mis fuerzas y:

-Está bien… todo está bien. Así es, yo insistí y no, esto no era ninguna prueba. Era en efecto una fantasía que yo tenía y aunque admito que me dieron muchos celos cuando me llamaste en la mañana… pues debo decirte que con el pasar de las horas esos celos desaparecieron por completo… ahora solo siento más ganas de ti.

Eso fue como un chorro de agua fría, ella quedó en shock:

-Q…¿Qué?

-Si… yo también te amo y siento que ahora te amo más por haber hecho realidad mi fantasía, se que suena horrible… que para muchos será visto como un acto de infidelidad, pero para mí no lo es… y me encanta. Ahora solo quiero que me cuentes toco lo que sucedió.

Ella empezó a contarme y a medida que lo hacía más y más excitación sentía yo, así que inevitablemente nos acostamos a tirar mientras ella me relataba lo sucedido:

-“No sé cuanto tiempo pasó desde que te fuiste, pero entre sueños sentí que algo había movido la cama, enseguida me di cuenta que era tu amigo que se había recostado a mi lado y me desperté. Yo estaba dándole la espalda y no podía mover ni un músculo, intenté hacerme la dormida pues estaba muy nerviosa, pero él se acercó y me “arrunchó”. - ¿Qué haces? – le dije.

-Quiero hacerte mía.

-¿De qué estás hablando?

-No te hagas la loca, el ya me contó todo y pues debo admitir que me llama mucho la atención esta situación. Entiéndeme, la carne es débil… y tú no eres precisamente una mujer fea… al contrario eres una mujer demasiado atractiva, aun no entiendo por qué él quiere compartirte.

Yo me di la vuelta para verlo a la cara y le dije:

-Ok… está bien, si… yo también quiero. Pero tengo miedo, siento que todo esto puede ser una simple prueba que él me está poniendo.

-Si, yo también pienso que esa es una posibilidad, pero en cierto modo yo lo conozco muy bien desde niños y siento que habla en serio.

No sé que me pasó en ese momento, pero simplemente me dejé llevar y nos besamos. El me hizo voltear nuevamente y darle la espalda, me cuchareo y empezó a tocarme por todas partes sobre la pijama… yo tenía el corazón a mil, sentía muchísimos nervios, pero también tenía muchísimas ganas. Mientras me tocaba me besaba el cuello, cada vez se me pegaba más y poco a poco sentí como se le endurecía el miembro, no aguanté las ganas y lancé mi mano hacía atrás en busca de eso que estaba creciendo contra mi cola, al tocarlo noté que estaba en ropa interior así que deslicé mi mano dentro del boxer y lo agarré… se sentía muy extraño tocar el pene de otro hombre y más aún… el del mejor amigo de mi novio, me inundaba una sensación de morbo, excitación, miedo, nervios… pero seguí, y empecé a masturbarlo, en ese momento el hizo lo mismo conmigo, deslizó su mano bajo mi pijama (tu sabes que yo duermo sin ropa interior) así que enseguida empezó a tocarme la pelvis y poco a poco bajó la mano hasta tocar mi vagina. Yo ya estaba hecha un mar de fluidos y así, en cucharita, yo dándole la espalda… nos empezamos a masturbar mutuamente.

No sé cuánto tiempo estuvimos masturbándonos, pero llegó un punto en que yo no aguantaba las ganas, así que me di la vuelta y lo empecé a besar mientras el me quitaba la pijama. Una vez estuve totalmente desnuda… el se incorporó y se arrodilló sobre la cama… se quitó la camiseta quedando únicamente en ropa interior y así, yo no aguanté las ganas y también me incorporé, poniéndome en cuatro dándole la cara a él. Le bajé el boxer y ahí estaba ante mí, el pene del mejor amigo de mi novio completamente rasurado, completamente erecto, grueso, grande y me derretí… sin perder tiempo me lo llevé a la boca.

El empezó a gemir mientras se lo chupaba, pero no me dejó hacerlo por mucho tiempo:

-Por favor detente. Estoy demasiado excitado con esta situación… si sigues me vas a hacer venir demasiado rápido.

Y me empujó haciéndome caer de espaldas sobre la cama, me abrió las piernas y bajó a hacerme sexo oral. Yo estaba muy excitada y sentí lo mismo que él… así que tuve que hacerlo detener:

-No aguanto más, por favor penétrame.

El se estiró, abrió la mesa de noche y sacó un condón. Se lo puso rápidamente y se subió encima de mí, yo boca arriba con las piernas bien abiertas. En ese instante pensé en ti y me dio aun más excitación… estaba a punto de ser penetrada por otro hombre… y no cualquier hombre, tu mejor amigo.

El se acomodó y suavemente empezó a entrar dentro de mí… fue una sensación demasiado deliciosa. Una vez adentro y bien a fondo, empezó a moverse y a incrementar la fuerza con la que me penetraba, me empezó a besar con fuerza y entre más me besaba, más duro me penetraba, esto hizo que yo me calentara más y alcancé un orgasmo muy intenso. Estuvimos en esa posición un buen rato hasta que el se apartó y me hizo poner en 4.

Yo me acomodé, abrí bien las piernas, levanté la cola lo más alto posible, bajé mis hombros al nivel de la cama y apoyé mi rostro de medio lado contra la almohada. me sentía como una cualquiera a punto de ser follada en posición como una perrita, pero estaba en estado de trance, no pensaba, solo quería sentirlo. El se acomodó tras de mí y sin aviso alguno me penetró fuertemente. Yo lo sentí llenándome por completo, pude sentir algo de dolor pues entró muy profundo, pero no me importó, estaba poseída. Y así empezó a follarme muy duro, me agarraba y halaba el cabello, luego me cogía de los hombros y me halaba hacia el como si no fuera suficiente solo con su gran tamaño para partirme en dos.

Empecé a sentir como sus testículos golpeaban contra mi clítoris y el concentrarme en esa sensación hizo que me volviera a inundar un calor muy fuerte y tuve un segundo orgasmo:

-Espera… ahhh… ahhh… para por favor, me vine muy duro… paraaaa estoy muy sensible.

Pero entre más le pedía que se detuviera, más duro me follaba… así que tuve que pedirle que cambiáramos de posición.

El se acostó boca arriba y yo lo monté. Empecé a cabalgarlo suave, mientras me bajaba un poco la sensibilidad y cuando ya me sentí menos sensible empecé a cabalgarlo con fuerza. El me agarraba los senos y solo exclamaba "Eres una mujer deliciosa... eres un polvazo" y en un arrebato de excitación me haló hacia él y nos besamos. Yo me quedé quieta y el empezó a follarme así, empujando su pelvis hacia arriba con mucha fuerza. Luego de unos minutos así, sentí como su cuerpo se tensaba y lo supe… se iba a venir.

Pensar en que el mejor amigo de mi novio estaba apunto de venirse follándome me hizo sentir como una diosa, estaba en el punto máximo… en ese momento el lanzó un grito ahogado y empezó a venirse. Sentirlo así: duro, tenso, sudando debajo de mí, gimiendo… me hizo venir por tercera vez”

Bueno, como podrán imaginarse, en ese punto ya habíamos tirado varias veces, yo no paraba de venirme. A pesar de que me venía, el escucharla narrar los acontecimientos me hacía endurecer nuevamente con mucha facilidad. Al final nos besamos muchísimo y nos quedamos dormidos.

Así fue como sucedió, aquella primera vez que me ponían los cuernos… y si, habíamos destapado la cajita de pandora.

Continuará…