Guía Cereza
Publica tu Experiencia

Relatos & Experiencias

Relato Caliente de la Viuda Necesitada

El Relato de la Viuda Caliente

Soy una ejecutiva y como tal tengo una carrera profesional. No me puedo dar el lujo de mostrar lo que muchas veces siento: necesidad de hombre, de hombres, de manifestar lo que soy, una hembra muchas veces en celo, muchas veces caliente, muchas veces con necesidad de ser montada.

Eso no sería procedente, ni se ve profesional. Además, debo soportar todo el machismo, por todos lados.Pero confieso que en muchas ocasiones me siento más que en celo como ahora, en la oficina. Y pienso en lo que en alguna ocasión dijo una amiga expresó, al haber perdido a su esposo en un fatal accidente de tránsito. Sí fue triste, muy triste, una tragedia.Sin embargo luego de un tiempo y las hormonas haciendo su trabajo, sintió deseo de hombre. Siempre había sido muy caliente y ahora ya no tenía la barrera de la fidelidad. Ya no tenía eso, al menos era un poco de consuelo lo de evitar ese problema.Sabía que los hombres la cortejaban.

Le gustaba sentirse deseada, asediada.

Le gustaba como provocar a los hombres en la calle. Se percataba, se daba cuenta, que había hombres interesados; que se le quedaban viendo, que parecían desnudarla con la mirada.  Aunque ella en todo caso siempre trataba de ser recatada, pero poniéndole alguna pizca -no en el extremo vulgar- de provocación.

Muchos de ellos tenían plena conciencia de su situación.  De que tarde o temprano caería, que tendría que entregarse y reconocer su necesidad de hombre, de macho.Ella con su viudez tenía claro lo que los machos asediantes también sabían: en algún momento, sea como fuere, abriría sus piernas, entregaría su sumisión al macho seleccionado para que la poseyera. 

Todos lo saben, toda mujer tiene su estilo y su tiempo, pero al final sí puede ceder con seguridad, puede ceder y entregarse.Ella sabía que los machos tenían presente cómo la viudez la hacía vulnerable. Que esa entrega caliente, estaba latente.

Que tendría en algún momento, la necesidad de sentirse como una puta, como perra, que tendría que entregarse a uno, a varios hombres, a una, a varias vergas duras, para que la tomaran, la ensartaran, la hicieran gemir con esa mezcla de fuerza y ternura.  Esa combinación era la que ansiaba.A pesar de toda su tristeza, iba teniendo cada vez más necesidad de entregarse a otro macho, a otros machos, ahora más libremente.A pesar del dolor que con el tiempo se atenuaba, iba sintiendo más necesidad de ser asediada, tomada, de ser poseída y hasta si se quiere, en determinado contexto: abusada.Que inicialmente la trataran con ternura y romanticismo, para luego poseerla caliente en una cama, en una playa, en la noche, en un bosque, en un auto, en donde la discreción pudiese garantizar el dar soltura a la entrega, a los aullidos que deseaba emitir al ser montada, como loba en celo.  O quizá también en un lugar donde supiera que otros la veían.

Luego de ese trato con ternura y romanticismo, poder sentir que era posesión de alguien más, sintiendo como la verga de un macho penetraba su raja salvaje, la que llevaba entre las piernas.

O que luego de procesos de preparación, le poseyeran su lugar más íntimo.  El sexo anal era toda una delicia, aunque al inicio de la posesión implicara esa combinación de delicia y dolor, mientras el huésped de turno se iba alojando en el esfínter, con el placer de ser sodomizada. 

Su mente albergaba en sus recuerdos la primera vez teniendo la más íntima y prohibida posesión por la entrada trasera.  En esa ocasión, el macho de turno le había preguntado a mitad de la faena, si le dolía. 

Ella había respondido:

- Sí, sí, duele papito, pero se va sintiendo rico, el dolor va cediendo poco a poco. No la saques, no la saques por favor, espera un momento, espérame un momento. Pero no me saques esa verga que me estás metiendo.  No la saques.

La tensión y la necesidad iban en aumento.  Tenía hambre de que la lava humana, la leche de verga inundara sus espacios golosos, su raja, su culo abierto plenamente, su boca sedienta de amor y de sexo.Ella tenía presente que los machos que la cortejaban sabían que en un momento dado ya no podría poner resistencia y que finalmente cedería y sería montada como lo que era, como una hembra en celo.Ella lo sentía cada vez más frecuentemente. Quería sentir verga y dureza, amor animal de un macho que ya no sería su marido.Para entonces, tendría libertad de gozar plenamente. Ya no habría ni miedo ni remordimientos.Me siento así, como esa viuda, necesitada de posesión. Siempre quiero más y más, como un vicio, como la ninfómana que soy. Deseo de sexo desenfrenado. Sentirme viva. De sentirme frágil, domada y tomada, de sentirme que entrego mi sumisión, sin ninguna resistencia.Siempre que primero me hayan tratado como una dama frente a otros, que me hayan insinuado cosas, con sigilo, discretamente, eso me calienta, me pone a hervir.  Vivir el proceso de la conquista.  Todos sabemos hacia donde va a parar todo, pero ese continuo de acciones y reacciones calienta aún más el desfogue final.Que hagan de mí, los machos elegidos, lo que les satisfaga. Quiero estar así entregando la boca sedienta, la cuca ardiente, el culo insaciable. 

Estar de rodillas, en pleno acto de adoración de mi boca hacia una verga, lamiendo los testículos del amo de turno, del amante que se tenga. 

Que pueda decir que el número de novios que he tenido ha sido reducido.  Pero que me he acostado con gran número de hombres, los que me han enseñado, domado, poseído, ensartado. 

Quisiera estar así, con mi cabeza en las sábanas y el culo bien empinado.  Para que me tomen por donde quiera mi amo, sin barreras, ayudando yo con mis manos, que la posesión se lleve a cabo teniendo un mejor acceso.  Abriendo bien mis orificios con ambas manos.  Así, suplicando ser poseída, usada en los conductos del placer, con toda esa estrechez caliente e íntima, que se muere por tener verga.-

gerox647

Soy hombre heterosexual

visitas: 3256
Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2021-02-15 20:49:51
Más Relatos Por gerox647
Compartir en:

1 Comentario

Me encantó tu relato. Qué rico conocerte!

2021-02-16 00:18:10