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El hombre maduro me ofreció un masaje

Hola chicos! Seguí hablando con el hombre maduro de la otra historia, y esta semana me escribió y me dijo que me quería hacer un masaje. Que a las siete me esperaba en su apartamento. “Debes salir muy cansada de trabajar y yo te voy a ayudar para que te relajes”. Eran las 11 de la mañana y desde ese momento empecé a calentarme pensando en el “masaje”. Ya a las siete de la noche lo llamé para que me abriera la puerta y estaba ajustada. Me estaba esperando deliciosamente perfumado. Me imagino que excitado de pensar que me volvería a tener. Entré y me di un baño. (Por la pandemia es mejor prevenir). Y salí en toalla a su habitación. Me dijo que me acostara en su cama y me entregó dos tangas para que eligiera una y me la pusiera. Dos tangas usadas que le habían dejado dos amantes del pasado. Que locura! Pensar en ponerme unas tangas de otra mujer. Limpias pero usadas. Sin embargo elegí las más bonitas, me las puse y me acosté boca abajo. En ese momento comenzó la delicia. Era imposible no excitarme al sentir esas manos expertas en mi espalda, en mis hombros, en mis brazos, bajando a mis nalgas...A mis piernas. Me las abrió un poco y me masajeaba entre ellas alcanzando a tocar mis labios, y subía sus manos entre mis nalgas. Yo me movía acomodándome para sentir mejor su mano sobre las tangas que tenía puestas. Luego me volteó boca arriba y comenzó a masajearme los senos. Yo respiraba rápidamente y lo miraba deseándolo. Mientras  el continuaba su trabajo hacia abajo, pasando sus manos sobre las tangas y tocándome descaradamente los labios. Hasta que me quitó las tangas y empezó a masturbarme metiéndome los dedos. Yo gemía de placer, de ganas. Y me volteó nuevamente para masajearme las nalgas y entre ellas... y el ano, hasta que sentí su boca sobre mi cuerpo. Su barba bien cuidada entre mi ano y mi vagina y alternaba la lengua con el dedo introduciéndolo en mi ano también. Que delicia de hombre. Llegó el momento en que me puso de frente y me mostró su miembro y se lo chupé por primera vez como si fuera un helado. Del tamaño, la forma y el sabor perfectos para mi gusto. Que morbo causaba en mi el hecho de tener su pene en mi boca, en mi poder. Y el se retorcía de placer con mis lamidas. Hasta que me penetró y me hizo venir con las primeras envestidas moviéndose dentro de mi y chupandome los pezones. Qué compenetrada tan rica! Y cuando él estaba a punto de eyacular me dijo: “quiero venirme en tu culito” y sacó un gel lubricante para penetrarme con más facilidad. Era tanta mi excitación que ni siquiera me dolió. Y mientras tanto, por indicación suya yo pasaba mis dedos por mi clitoris masturbándome llena de placer. Así, penetrándome anal se vino y yo también con él. Esperamos un momento mientras volvíamos a nuestro estado normal,     Me vestí y me llevó a mi casa.

Quedamos pendientes por si hay un nuevo encuentro.  

paulitacereza

Soy mujer heterosexual

visitas: 2192
Categoria: Sexo con maduros
Fecha de Publicación: 2021-02-25 15:33:39
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3 Comentarios

Me encantas Paulita... Yo soy mayor y quiero contigo

2021-04-28 23:39:37

Yo Si te penetraria, hay o me se reducen al sexo oral y pagan hotel y todo

2021-04-07 22:13:17

Es como asqueroso ese viejo, unas tangas de otra vieja huy NOOO¡¡¡¡

2021-04-07 22:10:33