Guía Cereza
Publica tu Experiencia

Relatos & Experiencias

PENSAMIENTOS FANTASIOSOS

Es de mañana, estoy muy ociosa, fin de semana y mi cama se me hace un buen lugar para seguir mirando estupideces, como el buscar un punto específico en el techo de mi habitación. Mi mente dibuja miles de imágenes y la muy desquiciada, me pone a indagar: ¿En qué momento sentí la necesidad de disfrutar del sexo? Muy buena pregunta, casi tan profunda y filosofal como aquel interrogante existencial que nos permite preguntarnos “¿Para qué vinimos a este mundo?”

Me parecía fácil responder aquel cuestionamiento, simplemente bastaba con decir que sentí esa necesidad en el momento en que opté por perder mi virginidad. Sin embargo aquella “mente inquisidora” que me acompaña al interior de mi cráneo, me hace dudar y recapitulo aquella sentencia que acabo de dar ¿Acaso el haber decidido ser penetrada era necesariamente el inicio de mi deseo sexual? ¿Acaso olvidé las veces en que en el colegio, aun siendo virgen, pedía permiso para ir al baño, en plena clase, a mi profesor de religión, para encerrarme y tocarme debajo de la falda mientras pensaba en aquel apuesto maestro? A pesar que disfrutara fantasear con un sinnúmero de personajes, recordé, a esos 16 años de edad y muy contrariamente a lo obvio, que la sola idea de tener un pene dentro de mí, me parecía un acontecimiento que iba en contra de las leyes de la física y el espacio.

De pronto, ese rechazo nació en aquella época con las historias de mis compañeras de clase que ya habían perdido su castidad. Relatos resumidos en palabras como “dolor” y “sangrado”. Aberturas tratando de hacer espacio para que un amigo, en forma de obelisco, pudiera hacer de las suyas. De sólo imaginarme ese tortuoso espectáculo, los ánimos de querer estar por primera vez con alguien se me esfumaban. Sin embargo, recuerdo bien, que en esa etapa de la adolescencia, imaginaba el sexo de una forma muy particular. No me importaba el miembro del hombre, sólo me excitaban las miradas que me quisieran devorar; brazos fuertes y varoniles que desearan hacerme suya; y pervertidos susurros en mis oídos que humedecieran mi ropa interior.

Mi cubrelecho aún me abriga, aquel mismo que simboliza el secreto de dos amantes dispuestos a saciar su sed de pasión. Trato de olvidar aquel último pensamiento, rápidamente me descobijo y veo mis piernas, aquellas que tanto me han gustado, por las cuales he recibido decenas de admiraciones masculinas… y hasta femeninas. Aún recuerdo cómo en el colegio jugaba a ser esa “Lolita” que narraba la canción de la orquesta Mondragón: “un dulce regalo de sátanas…perversa piel de melocotón...adolescente sin corazón…bajo la falda de colegial, cruzas las piernas con intención…”. Aún no tenía la dicha de conocer un pene cara a cara, desconocía el sonido de la cama con la pared o el sentir la tibia esperma en mi rostro, pero en esa adolescencia, era una entendida en el placer silencioso de desconcentrar a alguien que me gustara, ya sea con un simple carrizo de piernas o el sólo hecho de sentirme observada con la puerta entreabierta y en ropa interior.

Estoy de pie, ante el espejo de mi habitación, observo mi cuerpo que está debajo de la pijama y sigo intentando formar las fichas que den como resultado la solución del inicio de mi deseo sexual. Descubro que el ser un poco narcisista podría ser la respuesta adecuada para tal acertijo. Me desnudo, aún con el espejo como testigo. Al detallar mis piernas, mis manos, mis senos, mi abdomen y hasta mi culo, va despertando ese deseo de la adolescencia. Aquel con el que pude tener diversos orgasmos, tarde en la noche, mirando cuerpos torneados en revistas pornográficas, guardadas sigilosamente, fuera del alcance de mis padres, puestas en libertad en momentos íntimos. Sí, entendía que en esa etapa de mi vida, sentía deseos de mis propios dedos, de mi propio aliento, de mi propia imaginación, de ser violada por mis propios instintos. Qué tan lejos se hallaba un otro cuerpo a mi lado, tratando de lograr lo que yo hasta ese momento había alcanzado: el éxtasis mismo.

Lilo-Devil666

Soy mujer heterosexual

visitas: 1142
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2021-04-01 05:07:48
Más Relatos Por Lilo-Devil666
Compartir en:

5 Comentarios

Delicioso relatos, pero más deliciosa te ves tú.

2022-01-28 06:32:28

Hola me gusto todo el relato y si... somos hijos del pecado, la lujuria y el deseo, que mas podemos hacer sino dejarnos caer en sus redes y que nos lleva donde le de la gana... total es vivir como dices, y sin arrepentimientos de nada, y de tanto éxtasis juvenil de que hablas, guardas bastante¡¡ y de aquellos órganos aquietados tan dentro, a lo cual quisiera preguntar, de esa lluvia dorada y exquisita, de ese placer de bañar al otro con todo tu ser... podria ser yo uno de esos afortunados y bautizados por tu cosita?....eres genial en la forma como lo expresas y como lo vivies.... seria genial poder conocerte y saber mas de ti en un encuentro placentero.... si lo lees y puedes respoderme; waooo agragame y charlamos mejor. 3213101331

2022-01-20 05:16:31

Wuao que relato, te felicito, por un momento pare de leer, cerré mis ojos y recordé aquellas travesuras del ayer ,,,??

2021-04-29 07:05:46

Hola!! Me gusto!! Ademas excitas con tus palabras .. muy rico!!

2021-04-02 22:24:00

Un relato miy fantasioso, excelente

2021-04-01 23:52:10