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Taxista, la yerba. Parte 2 - 5

Parte2

Estaba con la Cajera en un motel del centro. Llevábamos mucho rato ya, y yo no sentía nada. La voltee y le miraba el culo. Se lo traté de meter, al principio se resistió y luego simplemente accedió. Intenté e intenté. Pero no fue capaz. Eso pareció gustarle, o ya no quería más, pero dijo que se iba a venir.

Yo quería, pero no estaba ni cerca. Entonces en mi mente cruzó el olor de ese chamo. Le imaginé ese culo todo grande velludo en frente mío y mi verga entrando y saliendo. Y pidiendo que se la metiera. ¿Cómo tendrá ese culo?, me lo imaginé peludo. Y me dio vergüenza pensar eso, luego pensé en chupárselo y me arreché, mientras la penetraba.Ese chamo con esa voz, pidiendo que se la hundiera, y yo chocando contra ese culo. Esa imagen me destruyó. Le di duro y hondo. Me subí a la cama y se la hundía más y más adentro. Me imaginaba esa espalda de hombre sudando.-Dame suave que me duele- dijo la cajera.

Pero en mi mente el chamo decía, deme bien duro que me vengo, y yo se la hundía.

-Ay pasito- chilló.

Y en mi mente el chamo se llevaba las manos al culo y se abría ante mí.

-Ay ya, no más que me duele, ¡ay, yaaaaaa!- gritó

yo me imaginaba llenarle ese culo como una bomba. Y embestía duro hasta ver como mi verga se perdía adentro.

Me estaba viniendo cuando siento brincar esa mujer. Me palmoteó el pecho y la cara, me dijo que ya. Se vistió furiosa y callada.

Quedó en mi mente un sin sabor.

A mi me gustan las mujeres, siempre he comido mujer. Ando es arrecho.

Estaba en la ruta en bicicleta mirando viejas en trusa. Les miraba el culito. Y apenas terminamos le dije a la compañera.

-Que delicia ese culo, se lo quiero chupar bien rico, ¿cuándo nos volamos? -

-Óigalo, no ve que mi esposo está por la tarde-.

Malas y buenas noticias, si me da el culo, pero me toca esperar que rote de turno el marido.

Al chamo no le fue bien en la entrevista, no lo quería matar, pero indocumentado, chamo. Bueno eso se cuenta sólo también.

Le lavé la pantaloneta y se la fui a entregar.

Estuve dando vueltas y entre carrera y carrera terminamos viéndonos como a las once se la entregué y salí tranquilo.

Las cosas se calmaron, me di cuenta que era cuestión de estar arrecho. Y cuando menos pensé, estaba esperando a la ciclista en el apartamento.

Vivo sólo así que ahí andaba.

Llegó nos desnudamos, me la comenzó a mamar. Lo de siempre.

Le estaba chupando los pezones cuando le pedí que se girara. Volteó y comencé a chuparle el culo, un poco acre el sabor. No me agradó así que no seguí.

-¿Intentamos?- le dije.

-No le prometo nada-

Comencé a tratar de meterle la verga, pero no entraba. Se quejaba, chillaba, luego que sí, que no, y yo quería y se quitaba.

Se la traté de hundir de nuevo, pero no le pasaba.

-Así no, écheme cremita-

Busqué por todo lado, la verga se me estaba cayendo, y cuando encontré algo eso le ardió.

La verga se me cayó, la hice venir sufriendo, le di dedo, lengua y oré por esa “chocha”. De todo y nada, al final como siempre no sé si sí o si no, ella dijo que sí… yo pienso que no.

Me dijo que le comprara lubricante o algo, y que yo tenía que entender que mi verga no se la tragaba cualquiera. Que eso dolía mucho. Y un montón de cosas más.

En fin, suerte.

Hablábamos por WhatsApp el chamo y yo, ya quedó así bautizado.

De alguna manera siempre terminábamos hablando de viejas. Me dijo un martes en la tarde que estaba de descanso que fuéramos a tomar algo. Si, los taxistas descansamos así, un martes, para hacer vueltas e ir al taller.

Nos encontramos en un parque en Bello, estábamos tomando cervezas cuando sacó un cigarro de aquellos. Fumó y me dio curiosidad, fumé un poco, y otro, y el tercero. Y así, estaba tomando cervezas.

-No me hizo nada- le dije.

Seguimos hablando y entonces como siempre terminé contándole como me había ido mal con el culo. Nos reímos y fumé más, pero no seguí porque no sentía nada.

Entonces me comenzó a contar.

Allá en Venezuela, tengo una amiguita que la caraja es Dios.

Y cómo no sé más como imitarlo. Mejor lo cuento como lo diría yo.

Era una vecina, con un culo grande, muy degenerada, muy necia. Estaban en unas escalas que daban a una terraza y ella muy descarada, le decía que tenía la vagina muy dilatada ahora porque estaba en sus días. Según ella. Muy hinchada. Pero que eso la colocaba muy arrecha.

Así como yo me iba colocando y cómo a él en ese momento, apenas escuchó eso. Yo me relamía mientras le ponía atención.

La Caraja le dijo que no le gustaba porque se le marcaba mucho y no podía usar leggins, acto seguido se levantó una faldita y le mostró. El chamo le señaló que él también. Y ella le dijo que se subieran a la terraza. Allá la morboseó, y el chamo detalló todo lo que pasó. Los pezones de la mujer, como se quejaba y como la agarraba. Mientras que yo no podía ni respirar; bajo el pantalón yo tenía la verga dura chorreando lubricante, sentía como todo se me ponía húmedo e incómodo.

Hubo un momento que al respirar me recorría un vacío en el estómago, quería que me dijera él como tenía la verga, a que olía, que me dijera si olía como le olía la pantaloneta. Quería ver si se le marcaba el bulto en el pantalón, si la tenía tan dura como yo, quería chuparle las tetillas, y él decía, le chupé los senos, y esa palabra me retumbó, quería verlo de espaldas así todo ancho parándome él culo. Y él dijo, esa caraja se me puso de espaldas y me paraba ese culo.

La puso de frente y le chupó el “coñito”, la muchacha se retorcía y yo me enderezaba la espalda hacia atrás tratando de aligerar la tensión.Él se relamía los labios, hablaba sin parar, por cierto, hablan mucho… para mi fortuna y la de mi fantasía.

Yo me le imaginé esa verga dura, ese culo apretado grande seguido de las piernas gruesas bordeando la foma de la pantaloneta llenandola perfectamente y esa verga gorda adelante. Le quería apretar la espalda con los dedos y apoyarle la verga contra el culo mientras le agarro el pecho con fuerza.

Sentía un dolor agudo en el pene y una tensión fuerte en los testículos.

El chamo dijo que le lamió entre los labios de la vagina, muerto de susto que alguien los viera. Oía el ruido al alrededor y se espantaba.

Se la trató de meter, pero dijo que no, que no se la metiera por ahí porque no podía, que la clavara por atrás. A punta de saliva, y enfatizó; con un poco de saliva y con eso tuvo.

Esa caraja se estremecía contra la pared, yo contra el borde de ese suelo en ese parque en Bello y este chamo contra ella en aquella terraza.

Yo le miraba esos labios y le imaginaba la boca atragantada con mi glande, relamiéndose y escupiendo para humedecerme la verga. Y entonces me estalló la yerba y lo vi con esos labios húmedos, mojados entre mi lubricación y su saliva, lo vi de frente… parado…, mirándome y le quería meter la lengua en la boca, él me miró se quedó callado, y yo igual. Oí esa noche en el estómago, como si me apretaran el vientre, caí por una pendiente hasta el culo de ese man y se lo agarraba mientras le relamía esa boca. Le empujaba el culo y le sentía esa verga contra la mía mientras las dos vergas saltaban una sobre la otra. Le ví la cara y no quise seguir. Y me di cuenta, que, a lo bien, ese no era yo era esa yerba.

-Vos si hablás mucha mierda- le dije en paisa.

-No es mierda, mira es ella- me dijo en chamo, mientras sacaba el celular.

-Vámonos más bien-

Yo estoy mal, esperé un rato que se me calmara el pene, pero en la casa me lo retorcí. Me arrepentí y pensé cuando se me había calmado la cabeza, se me tiene que acabar esta pendejada.

Tw: @JReyParches420

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Si quieren ver mis fotos están allá. 

Ëxitos.

JReyParches

Soy hombre homosexual

visitas: 1169
Categoria: Gay
Fecha de Publicación: 2021-04-15 05:25:15
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2 Comentarios

Y yo de leer ese comentario!

2021-04-15 20:51:35

Hola, que rico como describes cada momento., Me han gustado mucho tus relatos.

2021-04-15 20:08:19