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Desde hace unos meses me había interesado por conocer una pareja madura a través de guia cereza lo cual inicialmente hice constantemente pero al no recibir respuesta se volvió ocasional; cierta mañana y en un pequeño descanso de las actividades laborales ingresé a la página y ví el perfil de una pareja que estaba en línea ante lo cual les escribí un mensaje y vaya sorpresa cuando me contestaron a los pocos minutos. Fué el mejor sexo de mi vida.
Empiezo por decir que si bien el perfil que tenían en guia no estaba lleno de fotos ni descripciones detalladas de qué buscaban si decía que eran pareja madura, estable en busca de un amigo para nuevas experiencias. Les escribí hablando de mi interés por conocerlos y describiendome, no soy fisicoculturista ni el tipo con el pene gigante como los actores porno, pero si describí con detalle qué me gustaría hacer con ellos considerando que ambos se describían como personas bisexuales atraídas por el voyerismo, la masturbación en grupo y los intercambios.
Como dije antes, Luisa y Andrés (como los llamaré porque la discreción es un pilar del mundo sw) contetaron a mi mensaje y me enviaron su número de teléfono, pasada más o menos una hora de recbido su mensaje y después de imaginar qúe decir, tomé la desición de escribir por whatsapp y Luisa respondió. Los formalismos de ¿como estás? ¿qué haces? etc... y todo el parafraseo de quien habla por primera vez con una persona. La conversación fluía y fué entonces cuando pregunté si podiamos hablar telefónicamente, a eso Luisa me dijo que esperara unos minutos porque estaba en medio de una reunión super aburrida pero al medio día estaría en su carro de camino a una cita en compañía de su esposo quién también quería conocer a quien les había escrito luego de unos dos años de estar en la página y no haber recibido antes mensaje alguno.
Trascurrió el tiempo y espectante hice la llamada, a la cual contestó Andrés diciendo: Hola, somos Luisa y Andrés, ¿como estás? - queremos conocerte. Vamos a una cita, pero la pregunta es, ¿tienes tiempo hoy?. Queda uno gratamente sorprendido al pasar todo tan rápido, y dado que trabajo como indpenediente y manejo mi tiempo, dije que tenía toda la tarde.
Por unos 15 minutos los tres hablamos telefónicamente con el tráfico de Bogotá como fondo. Luisa describíó detalladamente sus gustos sexuales, sus fascinación por dar y recibir sexo oral, la excitación que le causaba que le chupen y apreten las tetas, que podía alcanzar multiples orgamos en una misma relación cuando recibía los estímuos adecuados y su inclinación por los hombres pero también un cierto gusto por las mujeres, a lo cual Andrés también añadió que le escantaba la idea de hacerle sexo oral a un hombre delante de su esposa e incluso ser penetrado delante de ella y como el sólo hablar con alguien más de sus fantasías los estaba excitando, al punto que Luisa se pasó a la parte trasera de carro y empezó a consentir sus pechos sobre la blusa y el clítoris directamente... Yo del otro lado del teléfono contaba algunas experiencias previas y cuales eran mis gustos; súbitamente Andrés me dijo que cambiaban de día su cita y propuso encontrarnos en una hora en un restaurante dentro del un conocido centro comercial.
A las dos de la tarde llegué al lugar acordado, fui recibido por el anfitrión del restaurante y cuando mandé la mano a mi bolsillo para sacar el teléfono entró un mensaje que whatsapp que decía: Hola, ya te vemos. Estamos en la mesa 16.
Entré al restaurante y me dirigí a la mesa, la cual estaba preparada para un grupo de unas seis o ocho personas (por efectos de la pandemia) y al llegar a saludar Luisa se levantó para abrazarme y darme un beso en la mejilla como quien saluda a alguien muy cercano o conocido de toda la vida; en su abrazo pude percibir un olor delicioso y casi embriagante de su perfume que aún recuerdo. Después Andrés se levantó de su silla, nos saludamos de mano y me dió una palmadas en la espalda miesntras me decía al oído: ¡que agradable sorpresa¡.
Ella es una mujer de unos 55 años, estatura media, nalgas grandes y redondas, cabello entre rubio y castaño, largo, muy bien cuidado, de senos grandes con hermosos persones rosados, test blanca y delicada, manos perfectamente arregladas y en general muy bien presentada, toda una dama; toda una dama. Andrés es un hombre de 1,75 m de 59 años, test blanca, de contexto media, ojos negros y cabello con algunas canas, su piel algo roja en las zonas que no cubre su camisa por su trabajo en el campo, pero también muy bien presentado.
Ordenamos unas entradas, pedimos una botella de vino que a ella particularmente le gustaba y mientras comíamos tuvimos una conversación de lo más amena, hablamos de forma distendida, el sitio estaba solo y casi nos olvidabamos de en dónde estabamos ya que ellos habían pedido una mesa cerca a la terrasa donde se sientan los fumadores y para nuestra fortuna esa tarde estaba sola.
En medio del almuerzo Luisa me enviaba al celular fotos y videos de ella acariciandose, otros juagando con sus medias veladas e incluso de su coleccion de vibradores con los cuales amenizaba los encuentros sexuales que hasta entonces sólo había sostenido con Andrés. Como efecto de sus fotos y videos me excité y tube una erección la cual no se podía ocultar y ella notó porque empezó a pasar delicadamente su mano sobre mi bragueta y en forma jocosa le dijo a Andrés: -Vez que también se lo paro a un hombre más joven que tu.
Salimos del restaurante rumbo al parqueadero, al llegar al ascensor y mientras este llegaba Luisa dijo que necesitaba ir al baño y pidió que la acompañaramos. Allí vemos con sorpresa que el lugar estaba sólo, ella entró al baño de las damas y allí a uno de los pequeños cubículos que con su piso negro brillante nos dejó ver a Andrés y a mi que se introdujo un dedo en la vagina el cual movió vigorosamente y se quitó su ropa interior. Salió, se lavó las manos y mordiendose el labio nos miró con una sonrisa pícara que denotaba la complicidad que esa tarde viviríamos.
Al estar en el parqueadero propusieron que nos fuéramos en mi carro, esa tarde no tenía pico y placa y los vidrios negros resultaba ideales para hacer pilatunas mientras ellos indicaban a donde dirigirnos. Una vez estuvimos en el carro Luisa abrió su bolso y pasó por mi cara sus tangas, las cuales sentí tibias y expelian un aroma delicioso que alimentaba el morbo y la excitación.
Al salir cogimos calle 26 hasta la carrera 50 para hacer el retorno con rumbo al occidente teniendo como destino uno de los famosos moteles del aeropuerto. No habiamos llegado a la carrera 50 y ya Luisa y Andrés que se habían sentado atrás se besaban y tocaban de forma desenfrenada como una pareja de adolescentes que lo hacen a escondidas. Mientras veía por el retrovisor me excitaba y pedía cosas que ellos iban haciendo.
Entramos al motel, nos ofrecieron diferentes tipos de habitaciones, elegimos una y con Luisa y Andrés con sus torsos desnudos nos parqueamos frente a la habtación, una mujer cerró la puerta, me bajé, recibí una llave, jabones, toallas y me ofrecieron el servicio a la habitación en el cual Luisa pidió una botella de Whisky, chicles, preservativos y un buen lubricante .
Ya en la habitación puse musica, Luisa nos acostó en la cama y al ritmo de la música y utilizando un tubo en la habitación, se desnudó... saltó a la cama se subió sobre Andrés y me pidió que la besara; mientras se movía sobre su esposo, emitiía unos suaves gemidos, despues me dpidió que me cogiera las tetas. Empecé a hacerlo delicadamente pero ella sijetando mi mano, la apretó con firmeza y me dijo: apretame las tetas que ellas no se rompen...
Durante varios minutos nos besamos, la acariciamos, apretamos sus tetas y Andres se escurrió por debajo de ella y con su lengua recorria desde su vagina hasta el ano, todo eso hizo que ella se mojara y gimiera de forma descomunal.
Luisa pidió que nos pusieramos de pié a un lado de la cama, se arrodilló ante nosotros y nos bajó los pantalones exponiendo ambos penes los cuales empezó primero a lamber y luego a chupar alternando uno y otro mientras con una mano masturbaba el pene que no tenía en la boca y con la otra se cogía las tetas o masajeaba su clítoris, nos mantuvo así hasta que alcanzó su primer orgasmo de la tarde dejando un fluido ransparente y viscoso sobre sus piernas; mísmo fluído con el que impregnó si dedo anular izquierdo y mientras me daba sexo oral introdujo en el ano de Andrés a quien le encanta recibir estimulación prostática.
Tomamos unos tragos de whisky y Andrés se dirigió a activar el jacuzzi, ella me pidió acostarme sobre la cama y empezamos a hacer un 69; lentamente me lo mamaba y presionaba su sexo contra mi cara, un aroma dulce y delicioso, a hembra llenaba el ambiente y ponía mi verga cada vez más dura, sin darme cuanta ella tomó lubricante, lo aplicó en las llemas de sus dedos y los llevo a la zona de mi ano aplicandola suavemente y sentí un calor y cierto cosquilleo que me hizo pedirle que introdujera su dedo.
Con el jacuzzi ya preparado por Andrés nos dirigimos a él, de camino Luisa señaló la silla Kamasutra del motel la cual dijo que nunca había usado y que por supuesto no iba a dejar pasar. Al entrar al jacuzzi el erotismo, morbo y la excitación sumado a las copas de vino del restaurante y whisky en el motel Andrés me pidió sentarme en una de las esquinas donde había algo como una " silla" para darle una mamada a un hombre por primera vez en sus más de 50 años de edad. Luisa asintió con la cabeza y repuso: te lo voy a recompensar...
Mientras el me lo mamaba ella sentada cerca a mi se masturbaba, se lamía las tetas y pasaba su pié sobre las nalgas de Andrés... nunca había vivido una escena como esa pero la verdad me agradaba... Luisa trajo dos preservativos, habilmete usando su boca puso uno en la verga de cada uno y embragada por la arrechera pidió que la penetraramos, untó libricante sobre mi pene y me dijo: tu eres el invitado y vas a ser el primero en clavarme por el ano. Aunque el jacuzzi genera cierto fetiche, no era lo más cómodo por lo cual nos secamos rápidamente y nos dirigimos a la silla del kamasutra, alli nos acomodamos quedando Andrés debajo ella en medio y yo encima y procedimos a penetrarla mientras ella movía las caderas a un ritmo que pronto los tres llevabamos y moviendonos al unisono, me pidió que le jalara el pelo y a Andrés que le chupara las tetas, pasados apenas sólo unos cinco minutos ella tuvo un nuevo orgásmo que finalizaba diciendome: nunca me imaginé que darte el culo iba a ser tan rico. Ni Andrés ni yo habíamos eyaculado por lo cual nos dirigimos a la cama ella se subió sobre mi y de empezó a cabalgar con movimientos lentos pero constantes mientras Andres con sus piernas abiertas al ancho de mis hombros ofrecía su pene para que ella se lo mamara. Él la tomo por el pelo con fuerza y acelró sus movimientos dandole embestidas que de vez en cuando la atoraban, ella sacaba su pene y se lo fortaba por toda su cara, le quitó el condón cuando la respiración de Andrés de agitó y mirandome a mi y morandolo a él recibió sobre su cara, lengua y entre su boca toda una gran eyaculación que su marido le daba.
Siguió moviendose sobre mi, Andrés se recostó sobre la cama y lentamente cogió mi pierna, acercó su cara a nuestros sexos y empezó a lamer mis testicuos, su lengua recorría de mi ano a las huevas y ella apretaba la cara de Andrés contra su vagina y contra mis huevas. De la mujer elegante y perfumada del almuerzo, había pasado a ser una fiera dominada por el deseo que quería sexo en todas sus formas. Luisa detuvo su cabalgata y le dijo a Andrés: ahora ven para acá, así vas a saber que se siente que te lo metan.
Ella preparó el culo de Andrés frotando el ano con lubricante y metiendo uno de los dedos, su verga ya flácida se negaba a pararse aunque ella la agarraba con su mano y movía rápidamente pero no le reaccionaba. Luisa me cambió el preservativo y con el de frente a mi actuó como guía para que mi pene entrara en el culo de Andrés quien mo miraba y decía que le dolía pero le gustaba. Una vez entró toda mi verga empezó a moverse y aunque era para mi algo "raro" no niego que se sintió bien, más cuando Luisa acostada a mi lado me masturbaba y usando los dedos llevaba sus jugos a mi boca. En un par de minutos Andrés tenía de nuevo su pene erecto, y Luisa se lo empezó a mamar y masturbar utilizando su mano, empezé a sentir en la cabeza de mi pene una sensación cálida y ambos eyaculamos simultaneamente, yo entre su culo y él en la boca de Luisa.
Nos acostamos sobre la cama, descansamos por una media hora mientras nos acariciabamos, hablamos que lo bien que la pasamos y tuvimos de nuevo un poco de sexo donde Luisa alcanzó varios orgamos de nuevo, finalmente nos duchamos y salimos del motel; los llevé a la entrada del centro comercial donde esa misma tarde nos habiamos conocido y hemos mantenido en contacto para tener otros encuentros los cuales relataré en otra oportunidad.
Gracias por leer y comentar ;)