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Hace un tiempo viajamos con nuestro hijo de 6 años a la isla de margarita, venezuela a pasar unas vacaciones geniales.
Mi esposa una mujer muy atrevida, mide 1,50 de cuerpo bien definido, cabello largo liso y castaño, ojos redondos, piel clara y suave, grandes senos con pezones pequeños y rosados y un hermoso culo redondo y firme.
Ella es de usar trajes de baño de 2 piezas con un tanga tipo hilo muy pequeño dejando todo su culo a la vista de todos y un brassier triangular que tampoco dejaba mucho a la imaginación. Ya teníamos varios días en la isla, y me dice que su fantasía es hacerlo en la piscina a lo que le respondí que no podíamos hacerlo por la cantidad de gente. Nos bañabamos en la piscina de eso como a las 6 pm casi oscureciendo por la noche, era una piscina grande con diferentes áreas y con cascada y bar en el centro. Hablábamos de su fantasía y de lo mucho que otros hombres la observaban por lo sexy que se veía entre risas me dijo "Pero tú eres el único que me come".
En ese momento nos dimos un beso largo y apasionado el cual nos excito mucho, miré a mi alrededor y por la hora habían muy pocas personas las cuales estaban dispersas en todas las áreas fuera de la piscina. Con el sonido de la música y el caer de la cascada seguimos besándonos cada vez más excitados, nuestras manos se volvieron traviesas le tocaba sus senos y apretaba su clítoris sobre el traje de baño mientras ella sobre el short me tocaba mi pene muy erecto. Decidí hacer realidad su fantasía puse a un lado su tanga eso hace que se le escape un pequeño gemido y se aprieta más a mi. Uno de mis dedos busca su clítoris mientras el otro busca su hendidura, ella abre un poco las piernas para facilitar el paso comienzo a masturbarla cosa que me encanta, nos besamos, ella gime de placer, abre el short y mete la mano dentro de mi boxer agarra con muchas ganas mi pene y comienza a masturbarme. La calentura era tanta que me dice "quiero que me cojas aquí mismo".
Sin hacerla esperar me baje un poco el short y mi boxer para dar salida a mi pene grande y muy duro que estaba a punto de explotar, le aparte aún más su tanga y la penetre ella soltó un gemido comenzamos con el vaivén una y otra vez lentamente. Vemos como alguien se acercaba y paramos los movimientos pero no le saque mi pene de su vagina en lo que se alejaron un poco la agarre de la cintura y me hundí en ella de un empujón muy duro lo que la hizo gemir de nuevo así le encanta y a mí me encanta escuchar sus gemidos. Continúe penetrándola cada vez mas duró hasta que no aguantamos más y tuvimos un orgasmo explosivo... nos besamos nuevamente y nos reimos cómplices de haber cumplido una nueva fantasía juntos.
Luego les cuento lo exhibicionista que se puso mi esposa en la habitación.