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Todos estamos en este sitio para dar rienda suelta a todas esas cosas e ideas que en la vida real no se nos permite, porque no tenemos con quien compartirlas o no se nos permite hacerlas, en fin, cada quien tiene su historia, por eso me parece injusto ese tipo de calificativos, el de perra, el de puta, nosotras también tenemos derecho a disfrutar de nuestra sexualidad sin importar nuestra orientación sexual; como me van a decir perra o puta por desear encontrar a alguien que recorra cada poro de mi cuerpo, cubriendo cada pedazo de piel de besos, que se hinque a acariciar mis piernas, de los pies a las rodillas, que toque sutilmente mi clítoris con roces fugaces y ocasionales desatando tanta excitación que me cueste mantener los ojos abiertos, que toque mis nalgas y las manipule y bese mi pubis, no acepto el puta o perra por querer encontrar un hombre especial que saque su lengua y empiece a bajar lentamente y cuando llegue al clítoris me complazca con una suave pero intensa presión que se apodere de mi cuerpo, haciéndome temblar y gemir , poder abrirle mis piernas para darle un mayor acceso a mi interior, que introduzca su lengua y juegue con ella un rato, que la saque y luego meta un par de dedos, que los mueva como si estuviera penetrándome, mmm, gemir tan fuerte, obtener orgasmos, sentir su erección amenazando con entrar, eso no es ser perra ni puta, son actos que nos hacen más humanos, es algo que nos hace mucha falta, reconocer en el otro a un ser con necesidades que merecen ser satisfechas