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Mi primer anal con La Coste

Conocí a la Coste en un chat. En esa época los dos estábamos en la universidad. Ella estaba recién llegada a Bogotá, tenía pocos amigos y un novio que la ignoraba. 

Al principio hablábamos de cualquier cosa. Con el paso del tiempo la confianza creció, pasamos al messenger y de ahí al celular. No recuerdo cómo empezamos a hablar de sexo. En realidad hablaba más ella. Yo estaba pasando por una sequía terrible producto de haber terminado con quien fue mi novia de colegio. 

Un día mencioné el sexo anal. Su tono de voz cambió, se hizo más profundo y empezó a preguntar cosas. Si bien tomé debida nota de su interés lo tomé con calma y respondí sus preguntas con el tono más "profesional" y experimentado que pude lograr. En verdad, mi experiencia se reducía a un dedo que le metía a mi ex en el culo mientras ella me cabalgaba. Aunque le fascinaba y se venía casi de inmediato, no permitió que le metiera nada más.

La Coste se entusiasmó con mis explicaciones, le mentí. Le dije que tenía experiencia y que con seguridad podría lograr que cualquier mujer disfrutara del sexo anal. Lamentablemente calenté la sopa para que otro se la tomara. La Coste le propuso a su novio que se la comiera por el culo. El tipo, un idiota, se negó.

Una noche, la Coste me llamó. Borracha, aburrida de que el novio la ignorara. Me dijo que yo sería el primero en su culo. Aunque me calenté, no le creí. Estaba borracha. El martes siguiente por msn me recordó su ofrecimiento. Cuadramos todo para el jueves siguiente. Esos dos días me dediqué a leer todo lo que encontré en internet sobre sexo anal. Compré un tarro de ky y reuní toda mi fuerza de voluntad para no masturbarme como loco.

La cita era en la salida del túnel de la Javeriana. Era la primera vez que nos veíamos en la vida real. Mientras atrevezaba el túnel rezaba para que se me quitara el temblor de piernas y sobre todo para que llegado el momento se me parara. La vi. Linda, más gordita de lo que se veia en sus fotos. Su culo no era nada del otro mundo pero estaba tan rico como puede estarlo el culo de una mujer de dieciocho años.

Antes de ir al motel nos tomamos dos cervezas cada uno. Las necesitábamos. Cuando entramos al cuarto ella se sentó en la cama y miraba al piso.

-Tengo miedo- reconoció.

Me senté a su lado y le acaricié la cabeza, el pelo, la cara. Ella se acercó y me besó. Beso a beso nos fuimos quitando el miedo y encendiendo las ganas. Chupé sus tetas con toda la gana de mis diecinueve años, la Coste gemía y me apretaba contra su cuerpo. Le bajé el jean y descubrí un hilo negro que se perdía entre sus nalgas color canela. Lo moví hacia un lado, a ella le calentaba tirar con el hilo puesto, y le pasé la lengua por su vagina. Sabía delicioso, me dediqué a dibujar el abecedario sobre su clítoris. Creo que se vino, en verdad no lo sé.

-Ojo, es solo por el culo. La cuca es de mi novio.

 Le dije que se bajara el hilo y me mostrara el culo. Así lo hizo, se puso en cuatro, me miraba desde su hombro y me preguntaba si me gustaba su culo. Hundí mi cara entre sus nalgas y pasé mi lengua desde su cuca hasta su culo. Me quedé en su ano un buen rato, pasándole la lengua, con calma, abriéndolo para lo que se venía. Su ano empezó a ceder y pronto pude meter mi lengua como si le diera un beso francés. Era el primer beso negro para los dos, sus gemidos me calentaban aun más, escucharla decir "me estás comiendo el culo, chúpame más el culo" me calentaba casi hasta la locura. Pocas veces he tenido la verga tan dura como ese día.

Saqué el ky y lo unté en mi índice. Con lentitud empecé a meterlo, solo la punta, hacía movimientos en círculo para dilatar su esfínter. La Coste gemía y me decía que le metiera más. Su ano cedió de un momento a otro y se tragó mi dedo por completo. Estimulé su culo un poco más mientras me las arreglaba para doblarme y pasarle mi lengua por su cuca. Saqué mi dedo de su culo, puse ky en dos dedos y volví al ataque. El segundo dedo le dolió, así que le dije que se masturbara para mitigar el dolor.

-Clávame por el culo.

Tenía la mirada perdida, la voz ronca y la cara muy roja. Acomodé mi verga en su ano y empecé a presionar, con suavidad pero con firmeza. Centímetro a centímetro empezó a entrar. Cuando íbamos por la mitad me dijo que parara. Nos quedamos quietos y ella sola movió las caderas hacia los lados y lanzó su culo hacia atrás clavándose ella misma toda mi verga. La saqué con cuidado y volví a clavarla. Sus gemidos se hicieron gritos, no sé en qué momento empezó a gritar "¡duro, duro!" la clavé como si fuera por su vagina.

No sé si nos vinimos al tiempo, me gusta pensar que sí, me vine en su culo y me dijo que sentía delicioso mi semen rebotando en sus intestinos. Caímos muertos, adoloridos, encalambrados y satisfechos. Después me dijo que el culo le había dolido tres días seguidos pero que estaba lista para repetir.

Repetimos tres veces más, siempre por el culo y solo por el culo. Terminó con el novio y se cuadró con alguien que sí le daba toda la atención que se merecía y dejamos de vernos y hablarnos.

Ella en este momento tiene treinta y un años, regresó a Santa Marta y se casó. A veces nos escribimos. Me gustaría repetir la experiencia, se lo he dicho y me dice que a ella también. Tal vez ella lea este relato, si es así un beso a ese culo tan rico.

(Hace muchos años subí este relato, se había perdido en las inmensidades de Guía.)

dan80

Soy hombre heterosexual

visitas: 2384
Categoria: Sexo anal
Fecha de Publicación: 2021-06-19 00:05:55
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