Continuo con mis historias, esta es basada en una experiencia real, sucedió mientras me encontraba estudiando una de mis especializaciones médicas con una compañera enfermera jefe del servicio de urgencias en donde me encontraba rotando en ese momento.

La jefe de urgencias se llama Carolina

Recuerdo estar sentado en el stand de enfermería en el servicio de observación de urgencias, una tarde como cualquier otra, la sala sin capacidad para un alma más, todos concentrados en nuestras labores médicas, por mi parte escribía la historia clínica de un paciente que acababa de revisar, el servicio de observación es un cuadrado con el stand de enfermería en el medio, con la puerta de entrada en frente de este, las habitaciones rodean dicho stand.

Me encontraba escribiendo en el computador, noté que la puerta se abría e ingresaba una enfermera jefe, fue su cara lo que me llamo la atención inicialmente, rasgos delicados, nariz respingada, pero sobre todo ese cabello y ojos castaños claros, de momento no note otras rasgos de su cuerpo. Se dirigió directo al stand de enfermería, sentándose al lado mío para iniciar sus notas de enfermería en el computador, - Hola jefe ¿cómo estas? – dije, ella sonriendo respondió que se encontraba bien, -¿Cómo te llamas?- dije seguidamente, - me llamo Carolina – respondió, sin perder el tiempo y aprovechando que acababa de terminar mis notas, busque su nombre en mi Facebook, para mi sorpresa encontrándola a la primera, así que alargue mi celular y le dije – jefe ¿esta eres tú?- ella miro la pantalla respondiendo de forma afirmativa, aclaro que si en persona lucía hermosa, en la foto del Facebook relucía sensual, debo aceptar que por un momento pensé que no era ella, definitivamente el uniforme de enfermería oculta muchas cosas decimos con frecuencia entre médicos. La agregué de inmediato, y no pude evitar invitarla a salir de una vez, ese mismo día tal ves al ver su actitud abierta frente a mis preguntas me atreví a hacerlo.

Quedamos de salir en la noche, 7:00pm, nos encontramos en un BBC cerca de la zona G, pedí cocteles (en esa época todavía había cocteles decentes en la carta de BBC), realmente estaba asombrado por su belleza, ella llego vestida de manera casual, un jean ajustado que dejaba ver un poco su cola, no muy grande pero proporcionada al resto de su cuerpo, una chaqueta tipo jean y una blusa negra debajo que me permitió por primera vez imaginar sus senos, estos de tamaño mediano acorde al resto de su cuerpo, fue una noche agradable, la conversación fluía de forma natural, como si nos conociéramos de toda la vida, y ya cuando sentía el efecto del licor no podía evitar tener pensamientos libidinosos, alrededor de las 11pm decidimos salir, caminamos a mi apartamento cerca a la zona G, y cuando me propuse invitarla a pasar, su respuesta fue un rotundo no, dejándome sorprendido pues no esperada dicha respuesta, su excusa fue que quería esperar un poco, tras lo cual me regalo un beso delicioso, largo, lento, sentí su lengua recorriendo mi boca, no pude evitar presionarla firmemente contra mi cuerpo mientras nos besábamos, y luego se fue.

Seguimos hablando por WhatsApp, y por fin aceptó venir a mi apto para “ver una película”, por supuesto es la mejor excusa para insinuar a una mujer de manera sutil que deseo tener sexo con ella. Llego a mi apto en la noche, yo la esperaba con ansias, la invite a comer una pizza y le dije -vamos ahora a ver la peli- ella seguidamente respondió – dale, ¿dónde tienes el TV?- no pude evitar sonreír de forma traviesa respondiendo – en mi habitación, nos acostamos en la cama un rato y vemos la peli- dije, ella accedió. Por fin los dos juntos, en mi cama, “viendo una película” pensé.

Una ves en mi habitación, no recuerdo la película, no me interesaba, pues mi atención estaba centrada en Carolina, esta jefe de enfermería de 1,70m, cabello y ojos castaños me tenía anonadado, ella se recostó sobre mi pecho mientras mirábamos el TV, yo empecé a pasar mi mano derecha lentamente por uno de sus brazos, consintiendo delicadamente su piel, luego su cuello, y me atreví a pasar mis dedos por la superficie de sus labios, - no me vas a dejar ver la película- dijo Carolina, yo reí y le dije que se quitara su chaqueta pues hacia un poco de calor en la habitación, ella accedió y posteriormente se recostó boca arriba dejando todo su cuerpo a mi merced, yo continua con mi mano acariciando la piel de sus brazos, lentamente mis dedos llegaron a su cuello y decidí acariciar su pecho, pasaba mis dedos por la piel en medio de sus senos, delicadamente, despacio, luego baje hacia su abdomen, levante su blusa un poco y metí mi mano debajo de esta continuando con mis delicadas caricias en todo su abdomen, en ese momento y sin dejar de tocarla, la bese, nuevamente su lengua recorría mi lengua, mi boca, ella mientras tanto intentaba acercar su cuerpo contra el mío, yo ya no podía disimular mi erección, de repente mi mano bajo a sus muslo los acariciaba ya no con delicadeza sino con firmeza, pasaba mi mano sobre sus muslos, su entre pierna hasta llega a su región genital, pasaba fuertemente mi mano sobre su pelvis, su cola, ella a su ves me tocaba mi espalda.

Decidí de pronto abandonar su boca, y comencé a besar su cuello, cada centímetro, lentamente pasando mis labios y mi lengua por su cuello, hasta que decidí retirar su blusa, su brasier negro, dejando sus senos por fin a la vista, debo decir que eran perfectos, tamaño mediano, un poco caídos y puntudos, pero perfectos, pezones pequeños simétricos y duros por la excitación, sin pensarlo los bese, ahora me encontraba pasando mi lengua por sus pezones mientras mi mano pasaba con firmeza sobre sus jeans en su entrepierna, así estuvimos un rato así, hasta que olvidé sus senos, era hora de conocer su sexo, me baje hacia su pelvis pasando mi lengua por su abdomen hasta llegar al botón de su jean le cual rápidamente desabroché, baje el cierre y retire su jean, dejando ver un tatuaje en su región inguinal derecha de un compás de navegación, y una tanga negra, me pareció excitante empecé a besar su tatuaje, y poco a poco fui bajando hacía su vagina, corriendo hacia un lado su tanga dejando al descubierto su vagina, depilada en su totalidad, mi lengua no perdió el tiempo y empecé a pasarla por su clítoris, movía mi lengua de arriba hacia abajo despacio, pero firme sobre su clítoris, ella gemía de placer un gemido intenso de placer, después de unos minutos de sexo oral, me puse de pie, me quite mi ropa rápidamente y me dispuse a penetrarla, ella boca arriba piernas abiertas, yo encima de ella cogí sus piernas y la puse sobre mis hombros y la penetre, profundo, despacio, sacaba despacio mi pene, y lo metía despacio lo mas profundo lo cual la posición me lo facilitaba, poco a poco mis movimientos era más bruscos, más fuerte, rápidos y rítmicos, Carolina seguía gimiendo de placer mientras yo la penetraba cada ves mas fuerte, y minutos después sentí la necesidad de eyacular, pero todavía no quería que acabara aquello, así que saque mi pene, y me dispuse a continuar una corta pero intensa sesión de sexo oral, pasando ahora mi lengua no solo por su clítoris sino por toda su vagina, luego por su clítoris mientras metía mi dedo índice en su vagina, Carolina continua gimiendo ahora mas que nunca, decidí entonces terminar de una vez e inicie de nuevo con la penetración pero esta vez la penetraba duro y rápido desde el comienzo, metía y sacaba mi pene rápidamente en la vagina de Carolina estábamos en una posición básica de misionero pero no por esto aburrida, ambos disfrutábamos hasta que nuevamente la sensación de eyaculación vino a mí, saque mi pene rápidamente y subí un poco estaba sobre ella con mi pene a la altura de sus senos, y eyacule todo mi semen sobre sus senos, ella cogió mi pene con su mano y lo masturbaba sacando hasta la última gota de semen de mi pene, luego de esto estuvimos un rato desnudos, jadeando por el cansancio, juntos en uno al otro, hasta que llego el momento para ella de irse a su casa.

Después de esta ocasión estuve saliendo varias semanas con Carolina, tuvimos varias experiencias, incluida el sexo anal, que después les contaré en otra historia.

Espero les guste, me encanta escribir pues revivo mis recuerdos, me ponen caliente, y me pone mas caliente pensar en las personas que están leyendo mis relatos.