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Nos gozamos al celita...

La verdad, a mí me gusta ser compinche del personal de seguridad. Sea del edificio dónde vivo o de la oficina los muchachos son muy amables y serviciales, me cuentan cosas que nunca me esperaba o simplemente charlamos de sus vidas y compartimos un tinto, algo de comer, nos reímos, no entiendo cómo pueden ignorarlos o tratarlos mal… más cuando hay muchos que están muy ricos y son severos polvos…

Fercho llegó algo tímido, no recibía comida, se ponía rojo si uno le hablaba, era muy serio y se dedicaba solo al trabajo, me averigüé todo del man y supe que tenía 40 años, era electricista y sabía manejar camiones. Reemplazó a Jair que era más extrovertido, más caliente (siempre creí que se había comido a mi mujer, pero ellos nunca lo admitieron, y nunca lo negaron… eso se los cuento después) pero Jair se agarró con la administradora, que era una perra completa (no de las que me gustan) y lo sacaron…

Bueno, Fercho era de estatura media, trigueño, con algo de barriga, pero con unas piernas y un culo muy ricos; una cara muy sexy, ojos cafés, grandes pestañas, una boquita mamadora. Con esa timidez y debajo del tapabocas ocultaba una picardía que le fuimos descubriendo poco a poco…

Primero, con Aleja, una chica que nos ayudaba en el apartamento, Aleja es una chica de contextura promedio, con una carita brusca pero con un cuerpo delicioso. Fercho siempre le ayudaba, era especial con ella, se encontraban en transmi, él le gastaba tinto, ella le bajaba comida. Aleja nos decía que el man tenía las manos grandes y toscas y que se le veía un paquete delicioso. Mi mujer se sonrojó y se hizo la loca, pero yo seguí esculcándole la lengua a Aleja a ver qué, y ella soltó que el man la había apretado en trasmi, cuando iban para la casa, el man se puso rojo y ella le sintió la vergota en la pierna. Yo me hice el loco y le insinué que si no había pasado algo más. Ella me dijo que no, que ojalá, pero que el muchacho se había bajado de afán.

En fín, Fercho seguía serio, callado, monosilábico. Un día íbamos saliendo para el gimnasio, mi mujer iba con la licra apretada y este muchacho cayó, me di cuenta que se había quedado mirándole los senos y el culo de una manera impresionante, estaba de pie y le toco sentarse, le alcancé a ver el pedazo que le crecía entre las piernas, pero estaba con la cara tan sonrojada que no nos pudo mirar. Me dio risa y le conté a mi mujer, que se reía y me decía que igual ese muchacho no le gustaba tanto, aproveché para echarle el vainazo de Jair y sacarle más información, pero nada, solo dijo que cuando quisiera comerse a otro me avisaba.

Un día le bajé desayuno a Fercho, mi mujer se había ido temprano y no quería desayunar solo, la bruja de la administración no estaba y el man se veía aburrido. Empezó a comer, le hice la charla y ahí me di cuenta que era separado, que su mujer se había llevado las niñas para el pueblo y que le había tocado devolverse para donde su hermano, le pregunté porque se había ido la mujer y agacho la cabeza como apenado, pero no dijo más. Yo baje en pantaloneta sin bóxer y me di cuenta que me miraba la verga disimuladamente, le di una palmadita en el hombro, cuando fui a retirarle la loza, me cogí el paquete y me miró muy interesado, me despedí y me subí, el pelado tenía su vaina.

Después de un fin de semana que salimos de la ciudad, llegamos al edificio y nos encontramos a Fercho bajando del ascensor con una residente, le había dado las gracias por un arreglo que le había hecho en el apartamento. Estaba con un jean apretado y una camiseta ajustada que le quedaban muy bien, mi mujer se quedó mirándolo más de la cuenta, la administradora lo regañó y le recordó que estaba prohibido hacer eso. La bruja esa no lo soportaba.

A las semanas, le pillé unos mensajes a Aleja en el celular, era Fercho que la saludaba y le preguntaba cómo estaba, Aleja muy displicente no le contestó y le pregunté por qué, me dijo que ya no le interesaba, y yo quería saber más. Ella me contó que se había ido juntos en el bus y que se habían bajado a tomar cerveza. Se pusieron muy contentos, y mientras bailaban se empezaron a manosear. Aleja se lo llevó a un privado, le manoseó la verga, incluso se la alcanzó a mamar, me dijo que el man si la tenía grande pero perezosa y que la soltó y se fue para el baño. Y que en el baño se demoró más de la cuenta. Y que desde ese día ella le cogió pereza y que el man le escribe a diario

–ni me cogió las tetas. Dijo Aleja muy frustrada. –yo esperaba que me manoseara y me clavara bien rico, pero nada

–pero ni la hora, Aleja? Le pregunté inquieto, se me notaba la erección en la pantaloneta.

–además me busca cada rato, quiere como hablar, pero yo solo quiero comérmelo. O está despechado o le gusta la verga. Sentenció Aleja.

Yo me quedé pensando y me fui a hacerme una paja pensando en como Fercho estaba en el baño del bar borracho y parolo.

Una noche en que mi mujer llegó de malas pulgas, nos agarramos por una pendejada, y me salí del apartamento sin llaves y en pantaloneta y camiseta (obvio sin boxers). Resulté muy enojado en la portería y el celita me empezó a hacer la charla. Me ofreció tinto, y volvió a quedarse mirando la pantaloneta.

–se agarró con su señora? Preguntó.

–sí, le dije, es que joden por unas pendejadas…

–no diga eso, señor, mire que la mía se fue y me hace mucha falta.

–uy sí, le dije, como hace usted para calmar las ganas? Me fui directo.

–eso es lo de menos.

–ni crea, hombre, cuando uno tiene ganas no es lo de menos, por ejemplo, cómo ha hecho estos días?

Se puso rojo, y me quitó la mirada

–nada señor, toca aguantar

–Aguantar? Ferchito? Ni por el putas… jajajajaja, y le dije que sabía lo de Aleja.

Le dio rabia. Pero habló

–es que Alejandra es muy caliente, y yo ando despechado. Por lo menos hubiera sido cariñosa.

–jajajajaja, Alejandra es fogosa, le dije,

–y usted ya le hizo algo, señor?

–nada, quedamos con mi mujer que no, que mejor con otras pero con ella no, y Aleja lo entiende.

–uy que rico, ustedes pueden culear por fuera?

–Sí claro toca con discreción, pero sí. Y usted como ha hecho? Hace cuanto se fue su mujer?

–como seis meses

–y como hace? Solo paja?, porque usted la tiene como grande, y esa verga pide coño. Le dije directo.

Empezó a reírse.

–Fue que aleja le contó algo?

–Nada, pero mi mujer me ha hecho comentarios del paquete que se le ve, jajajajajaja.

–Pues hay una amiguita con la que estuve una vez nada más, pero no me gustó…

–Y eso, fue que no le dio culito?...

Se sonrojó otra vez, yo seguí.

–…Ahhhh pero es que le gusta.

–Pues sí, señor, usted sabe, eso apretadito es rico

–o sea que su mujer si le daba culito?

Suspiró.

–mi mujer es lo más rico que he tenido. Pero se fue.

Tenía una meada increíble y le dije que me prestara el baño.

El cubículo de los celitas es escondido y extrañamente no tiene una cámara que le apunte directamente, es oscuro y tiene un baño y un sitio donde cambiarse, uno siempre se sorprendía de no verlos pero de allá salían y me imaginaba como morboseaban. Entré, no podía encontrar el botón de la luz y lo llamé, estaba oscuro y me alcanzó a rozar la verga que ya me había sacado para orinar. Le dije que tranquilo, que si me ayudaba, se puso más nervioso y me dijo que no podíamos hacer nada ahí, le agarré el paquete y se lo empecé a sobar, le busqué la cara y le di un beso rápido. Como pude se la saqué, me agaché y se la mamé, que verga tan rica, sudada, babosa, se había excitado con la conversación y cuando menos lo imaginó le había bajado el pantalón y mientras se la mamaba le cogía las nalgas. Aproveché para acariciarle el culito, y se dejaba. Ya muy arrechos, bajó y me la mamó con unas ganas y con una experiencia que me dejó soprendido y excitado, luego me giró, me dio lengua en el culo y me rozó la verga empujando, ya me di cuenta que casi me ensarta, bajé, le di lengua y le hice la misma, lo punteé un poquito. Y cuando ese culo estaba soltando, sonó el citófono…

Nos vestimos a la carrera, el salió primero, contestó, era mi mujer, yo estaba con ganas de pajearme y me quedé en lo oscuro oyéndolo. Ella preguntó por mí, si había salido y si sabía dónde andaba yo. Fercho le dijo que me había visto salir, pero que no había vuelto. Ella le preguntó que si sabía porque una luz el apartamento se había apagado y él dijo que iba a mirar en el tablero y luego le avisaba. Colgó, fue al cuartico, me besó otra vez y me dijo que iba al tablero. Me arreglé y fuimos.

Había un taco saltado, lo revisó, lo arregló pero dijo que probablemente había un corto arriba, le dije que si podría arreglarlo y que le pagábamos. Dijo que sí pero que podría hasta tres días después que cambiara de turno y que no estuviera la bruja para evitar problemas. Le dije que fresco. Me lo iba a morbosear pero me mostró la cámara y no pudimos más.

Antes de subir al apartamento le pregunté si sabía porque se había ido su mujer, y me dijo que se había dado cuenta que le gustaban los manes. Pero nunca le había dejado contarle que le gustaban también las mujeres, y no pudo con eso. Me dio vaina y me fui, medio arrecho y con ganas de más.

Me acosté enojado con mi mujer pero contento con Fercho. Que culo, que verga, que forma de mamar. Que embarrada que su mujer no lo entendiera.

A los tres días madrugué mucho y al salir me encontré con Fercho, me dijo que si al fin íbamos a hacer lo del arreglo, yo no me acordaba, le dije que sí, que mi mujer iba a estar, que Aleja no iba, mi mujer estaba durmiendo y no quería despertarla, pero le dije a mi Celita que subiera sin problema.

Como a las 7 de la mañana me llamó mi mujer enojada porque no le había avisado del trato con Fercho, le dije que tranquila, que lo disfrutara y que el man iba a hacer el trabajo para arreglar el corto. Ella aceptó de mala gana y me dijo que lo iba a atender. No me entendió.

Como siempre, había dejado unos papeles para otra reunión en el apartamento y me tocó devolverme a la casa, el otro celita me saludó amablemente, subí, abrí disimuladamente la puerta por si las moscas, y me encontré ropa tirada por el piso. Sería posible? Mi mujer culeandose a Fercho? No dizque no aguantaba vergas muy grandes? No dizque me avisaba?

Pues los encontré en la otra habitación, mi mujer estaba como loca mamándole la verga al celita, se le veía gorda, y mi mujer atorada, pero contenta. Luego le cogía ese culazo, me puse parolo y con ganas de unírmeles, pero el man tenía una cara de alegría que no podía con ella, luego se quitó la camisa y con esa barriga deliciosa empezó a clavarle la boca a mi mujer que ni corta ni perezosa empezó a embutirse toda la verga en la boca. Le lamía la cabeza, el tronco, las bolas, tenía esa verga llena de saliva, el man la cogía del cabello y le daba duro. Ella lo acostó en la cama de las visitas y le dio una lamida de culo, yo quería ese culito para mí, le metió un dedo y lo puso a gemir.

Luego el la levantó le dio lengua y la clavo sin piedad, yo no sé cómo hizo, si Aleja quería comérselo y no pudo, como mi mujer si le sacó jugo.

Luego mi mujer sacó condones, le puso uno, lubricante y empezó a gozar de lo lindo. El man le daba en cuatro, bocarriba, de lado, ella se le sentó en la verga y siguió, gemían juntos, me pareció raro que el man nunca la besó. Pero le daba como loco. Le cogía las tetas, empujaba duro y ella solo gemía y ya. De pronto ella se arrodillo y el man empezó a venirse en el pecho y el cuello. Se entraron a bañar y yo saqué mis papeles y me fui arrecho a mi otra reunión.

Por la noche le pregunté a mi mujer como le había ido con el arreglo, y me dijo que bien, que Fercho era callado, que no le aceptó nada de comer sino un tinto, arregló y se fue callado.

Le pregunté a Fercho y me dijo que había arreglado, se había tomado un tinto y luego…

–Luego qué, dije yo

–la pasé rico, señor, me da pena, pero no quiero mentirle.

–Ah bueno, lo gozó? Le pregunté

–Mucho señor. Aunque quedé con ganas de usted

–Toca cuadrar a ver si nos hacemos arreglos de la luz cuando mi mujer no esté, o vamos a otro lado…

–Bueno, señor, pero no se enojó?

–Nada hombre, me imagino que mi mujer se dio cuenta lo de la otra noche

Se sonrojó otra vez. Pero puso cara de pícaro.

–Bueno la otra estamos los tres, sentenció.

–Ojalá, pero me toca castigarle ese culo, por arrecho.

Se rio, le deje la cena y me subí.

Obvio luego les cuento como comí celita y el celita nos comió.

Seriomorboso

Soy hombre bisexual

visitas: 2246
Categoria: Bisexuales
Fecha de Publicación: 2021-09-01 16:29:04
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1 Comentario

! Que buen relato, me encanta como describes cada momento ¡

2021-09-02 13:14:22