Pasados estos incidentes los siguientes años fueron relativamente tranquilos. Buscando ligar un encuentro busque en los periódicos y vi que el mejor lugar para ello podían ser las cabinas o videos donde se proyectaban películas gay así que fui a algunos de estos lugares, pero en realidad no duraba mucho, en primer lugar porque no lograba conectarme con la película y en segundo lugar porque vi que las personas que estaban allí estaban muy ansiosas por tener sexo, y a pesar de que yo quería lo mismo tenía todavía control de mi instinto. Así que no volví a esos lugares.

Por aquella época empezó el internet a funcionar así que me empecé a meter en latinchat sala gay, donde sostenía conversaciones un poco calientes con mis interlocutores, y aunque con algunos quedábamos en vernos, siempre me arrepentía porque me daba miedo. En una de aquellas conversaciones en un sábado al mediodía, estaba hablando con un joven casado, y de pronto me sorprendió que me invitará a su apartamento, dijo ven rápido que mi esposa se fue donde sus padres y podemos pasarla bien.  Empecé a preguntar que hacía, porque estaba en el chat, así que poco a poco me dió confianza. Me decidí y tomé el bus. No sabía que iba pasar pero tenía que bajar esa tensión sexual que tenía. Cuando llegue cerca a su apartamento lo llamé y él salió a recibirme. Era un tipo joven bajito, nos presentamos y nos dirigimos a un edificio donde subimos a un segundo piso. Mi corazón latía muy fuerte. Cuando entramos me dijo toca hacerlo rápido porque de pronto llega mi esposa, eso me sorprendió porque esperaba otra cosa, volver a mamar y que me lo hicieran a mi, sin  embargo, ya estaba allí,así que me baje los pantalones, él se puso un preservativo , tomo un poco de lubricante para aplicarmelo en mi culito y me dijo arrodillate y me inclinó dejando mi culo en una posición alta. Se puso encima de mi culo y me penetró de arriba hacia abajo, está posición me ayudó a que no me doliera tanto, sumado a esto yo había dilatado mi ano metiendome cuando me bañaba un dedo, luego dos hasta llegar a meterme tres dedos. Él empezó a moverse y se vino, tal vez por el afán dejándome con la sensación de querer más. Terminando nos despedimos, cogí el bus para mi casa y aún no podía creer que lo hubiera hecho. A pesar de que su verga no era gruesa, mi culito sentía como se iba cerrando y está sensación me duró varios días. Sin embargo, quedé con las ganas ya que sentí que todo fue de mucho afán. Lo que sucedió después lo contaré en la próxima parte.