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La mejor fantasía parte 8

Salí de aquel apartamento con miles de pensamientos en mi mente y muchas emociones encontradas. Ya en el bus, me puse a pensar en las 4 condiciones que me había puesto Eduardo. La primera, el examen de VIH. Me pareció muy razonable y segura tanto para él como para mí, dejándonos más en libertad para expresarnos sexualmente, es decir, podríamos superar algunos límites. La segunda, el aseo e higiene también me pareció lógica. En la número 3, me ponía un poco nervioso, la de no tener límites, pues me imaginaba en un trío, una orgía y me ponía a pensar. La número 4 dedicar tiempo al sexo, hacerlo sin afanes también era bastante sensata. Los siguientes días estuve en conflicto interior, pero al final me decidí y me mande tomar el examen de VIH, por supuesto que yo estaba tranquilo porque siempre he sido responsable con mi sexualidad. Pasadas ya casi dos semanas, llamé a Eduardo, comunicándole el resultado negativo  de mi prueba, aunque él ya lo sabía porque su amigo ya se lo había contado. Se alegró mucho de que me hubiera decidido y me citó al día siguiente en la mañana. Esa noche fue una de las más largas de mi vida. Siendo las 9 am llegué a su apartamento y Eduardo me hizo seguir a la sala. Me preguntó que cómo estaba y me dijo, en el baño encontrarás una toalla, un cepillo de dientes y un enjuage bucal. Ya en el baño me imaginaba miles de cosas. Al terminar mi baño, Eduardo me tenía una pantaloneta y una camiseta esqueleto, de color negro. También tenía él la misma ropa, la cual dejaba ver sus excelentes pectorales y piernas. Me dijo siéntate. Hoy vamos a trabajar un bloqueo tuyo, sin el cual, las cosas pueden fluir mejor en el sexo. Ese bloqueo tuyo son los besos. Acuérdate que un beso es un beso, ya sea entre hombres, mujeres o hombres y mujeres. Es el deleite de saborear unos labios, una lengua, es el preámbulo de una relación sexual. La verdad me sentí un poco incómodo por toda está situación, pero yo ya había llegado hasta allí y debía continuar. Lo primero que debes hacer es cerrar tus ojos, y vas a imaginar que soy otra persona, al no verme solo vas a sentir mis labios. Así lo hice y acercó su cara a la mía, se tocaban los dos cachetes, así que empezó a tocar su nariz con la mía, y siguió dándome pequeños besos en toda la cara, así me dio un pico. Luego continuo besándome el labio superior, cambiando al inferior, sacó su lengua y empezó a lamer mis labios, dijo saca tu lengua y empezaron a moverse las dos lenguas, estando en esas, me atrapó la lengua con sus labios, luego yo hice lo mismo hasta que terminamos en un beso francés apasionado. Ahí estaba yo, dando besos apasionados a Eduardo, en su cuello, y mis manos comenzaron a tocar su pecho y su abdomen. Mi pene estaba a mil y sentía también el gran bulto de él, grueso y largo. Quería tocarlo pero Eduardo me detuvo y dejó de besarme y se apartó. En ese momento me sentí mal y pregunté que había pasado a lo que me respondió, debes aprender a controlarte, a dar pequeños adelantos de tu postre, y no todo el postre de una vez. Si quieres estar más íntimamente conmigo tendrás que venir otra vez. Quieres hacerlo? Me preguntó. Estaba tan excitado que no dude en responder que SI. Allí quedó todo, no sin antes despedirse con un beso apasionado, quedamos de vernos la próxima semana. Me vestí, y le pedí prestado el baño un momento. Allí, me masturbe hasta llegar al clímax, la verdad no podía irme así de excitado. Fue así como nos volvimos a despedir, pero está vez fue con un beso. Lo que pasó después será el tema de otro relato.

David459

Soy hombre bisexual

visitas: 1574
Categoria: Bisexuales
Fecha de Publicación: 2021-10-16 02:03:37
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1 Comentario

Me encantan los besos

2021-11-06 14:05:05