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Relatos & Experiencias

Nos conocimos en 1993 y somos felices

La conocí un miércoles como a las 10 am en un pasillo de la universidad. Ella me coqueteó de frente y por eso la invite a tomar algo en la cafetería 

Hacia las tres PM nos volvimos a encontrar, fuimos a un salón solitario y nos besamos. Al besarnos por segunda vez la sentí muy agitada en su respiración y eso es signo de excitación, así que acaricié su pelvis con mi mano sobre el pantalón. No se opuso a ello. 

Entonces le dije: nos vamos a comer todo esto, y me contestó, soy virgen! Nunca lo he hecho. 

Le contesté con otro beso apasionado y le dije que no se preocupara porque iríamos poco a poco. Ella tenía 19 años, yo 23.  

Me encantaban sus nalgas. Era delgadita y besaba muy rico. Al salir del salón volví a decirle que se preparara mentalmente porque iba a dejar de ser virgen conmigo. 

Me encantaba mucho que fuera virgen, pero a la vez tan decidida. Normalmente a esa edad se hacen las indecisas 

Nos volvimos a ver el viernes en la noche temprano y fuimos a un bar con cabinas separadas, allí bailamos y esta vez mis dedos se metieron entre sus panties. Era impresionante sentir tanta humedad con los besos.

Saque mi pene y la invité a acariciarlo, ahora era ella la que sentía mi verga en sus manos mientras nos seguíamos besando apasionadamente. 

Y obviamente le pedí que lo chupara. Era la primera vez en la vida que ella veía un pene, que tocaba un pene y que lo chupaba. Yo disfrutaba todo y en especial que ella estuviera debutando. 

Le chupé las tetas, bastante pequeñitas, todo ahí en la complicidad de la oscura cabina y en algún momento decidí reclamar el premio mayor, sin consultarle: me derramé en su boca. 

No se lo tomó, tosió un poco, escupió y se pasó el sabor con un trago de aguardiente. 

Le pregunté que si le había gustado y me dijo que sí. Entonces le dije que me encantaba que fuera tan mujer y que ya estaba lista para el siguiente paso. 

En eso quedó todo esa noche. 

El sábado volvimos a hablar y quedamos de vernos el domingo temprano, en mi casa. Yo sabía que estaría solo y se lo dije. "mañana estaré solo" en casa de mis padres. 

Cuándo ella llegó yo estaba en pantaloneta y sin calzoncillos. Prácticamente de saludo nos besamos, la manoseé, se agitó y se volvió a mojar muy rápidamente, bajé mi pantaloneta y me volvió a chupar la verga. Le dije que chupara las bolitas y no dejara un milímetro sin saborear. Le expliqué cómo se mamaba una verga, pero la verdad ella lo hacía muy bien 

Y empecé a desnudarla también, la hice acostar en el sofá para darle lengua y la recorrí en todo su cuerpo. La besé desde los dedos de sus pies hasta su rostro.  Estaba húmeda y relajada, me abría sus piernas con toda confianza para que la lamiera toda.  Entonces, empecé a penetrarla suavemente, hasta que se le metió todo, iba sin condón y lo disfrutamos los dos; al momento de llegar lo saqué y me derramé sobre su vientre. 

Habían pasado menos de cinco días desde que nos conocimos y así empezó nuestra caliente historia sexual. Hace 28 años. 

Por todo supuse que ella iba a ser la cómplice ideal porque en cinco días estuvimos en dos sitios públicos, en un salón, en una discoteca y en la intimidad de mi casa. Nunca dijo que no a nada. Todo era saberla calentar y eso era bastante fácil.

Después de eso nuestro noviazgo se hacía cada vez más sólido en el sexo, aún después de casarnos.

Hoy en día buscamos a un corneador estable, que sea alto, culto, discreto y alfa

calientica

Somos pareja swinger

visitas: 1822
Categoria: Hetero: Primera vez
Fecha de Publicación: 2021-11-30 13:44:55
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2 Comentarios

umm interesante relato es algo de ustedes que comparten deli poder ser ese complice saludos

2023-05-15 17:25:41

Hola me gusto su relato, yo vivi algo parecido hace muchos años con una mujer que ya no es mi pareja, vi su relato y me gusto lo que buscan, alto, culto y estable y si me dan la oportunidad me gustaria ocnocerlos y ver que pasa.

2022-02-07 21:54:30