Un consolador me convirtió en hotwife

Teníamos sexo usando un consolador, hacía poco habíamos empezado a usarlo, otra cosa que agregamos fue ver porno mientras lo usábamos.

Tengo 32 años, mi esposo 46 y tenemos 14 años de casados, pero estoy con mi esposo desde los 13 y lo manteníamos en secreto por obvias razones. En toda mi vida sólo me lo he comido con mi esposo, al terminar la universidad, graduada como ingeniera química, me casé con él y tuvimos dos hijos, luego la crianza, la casa, el carro, el sexo desapareció, además ya mi esposo tenía problemas de erección y de deseo sexual, así que una forma de avivar la pasión fue usar un consolador que mi esposo usaba como su pene.

No sé de dónde sacó la idea mi esposo, o si yo di pie para eso, pero una vez me preguntó que si me gustaría comérmelo con otro hombre. Luego de superar la sorpresa y para resumir le dije que sí, por una o mejor dos razones: uno, me dio gusto su confianza en mí, y dos lo seguro que debe estar de mí como para proponerme algo así. Como mi esposo tiene un pene pequeño o micropene de 7 cm erecto y no habiendo tenido sexo con ningún hombre más que con mi esposo, decidí que fuera algo diferente.

Comencé a tener ciber con hombres negros, quería uno grandote entre mis piernas, pues mi esposo tiene micropene de 7 cm erecto y quería probar otro diferente, ya que en toda mi vida solo he tenido sexo con mi esposo, me desnudaba a los hombres con buenas dotaciones, claro ocultando mi caray ellos se masturbaban, en ocasiones les daba mi celu y teníamos el más rico sexo telefónico, mientras mi esposo dormía, pero sabiendo lo que yo hacía. A veces llegaba a la cama desnuda y mojada, y me esposo me hacía un oral riquísimo y si se le paraba me lo hacía, pero me quedaba faltando mucho para terminar.

A pesar de la arrechera de mi esposo y de lo mucho que lo excitaba la idea, le expuse mis temores, le dije amor tengo dudas, qué pasa si me queda gustando la verga de un hombre, qué pasa si no te puedo avisar y me gusta un hombre pa’ montarlo, y, por último, qué pasa si llegas a casa y me encuentras con otro. Amor, le dije, todo eso puede suceder. Y me respondió: hagamos una promesa de poner primero el matrimonio, ante todo. Y esa fue la razón final para decir que sí.

Para evitar líos y rollos raros contraté a un profesional. Soy Blanca, rubia, de ojos azules, 163 cm, 63 kilos, medidas 34C 65 94 cm. Me en la agencia de “modelos” me dijeron que yo podía elegir al hombre a mi gusto, el costo y los cuidados de bioseguridad, eso me gustó, el tipo que me atrajo tenía exámenes médicos de todo, 25 años y parece que el pene le había crecido un centímetro por año, ja ja ja. El vientre le parecía una chocolatina y sus manos muy grande, un negro que me erotizó, no pude evitar mojarme en ese instante.

Iba vestida con un crop top blanco hecho de una playera y una falda a medio muslo negra, sin ropa interior. Acordamos que filmaríamos el encuentro y protegeríamos su identidad, en el hotel nos esperaba mi esposo y al entrar a la habitación, me di media vuelta y lo comencé a besar con fuerza, mientras le saca el pene del pantalón, estaba muy mojada, y mi esposo veía como se la mamaba y solo me entraba a la boca su gran glande, púrpura, su su enormes bobas me golpeaban los senos, le dije, ven métemela toda, y no sé qué se me hizo el condón, como no llevaba ropa interior, solo me separó las piernas y me la metió de un golpe qué dolor tan hp pero no deje nada, me fui acomodando, moviendo mis caderas, mi pelvis, mi cuca para acostumbrarme a aquel inmenso pene y que no me doliera tanto, le dije, muérdeme los senos, hazme chupones, márcame como a tu puta, dame una bofetada, trátame como la zorra que soy. Me dio una fuerte cachetada, tanto que mi esposo se escandalizó, pero yo lo vi fijamente y me sonreí y le dije “amor está bien”, yo estaba en posición misionero, las piernas muy separadas y una penetración que me llegaba hasta el estómago, me quedaba viendo al negro, que me embestía duro diciendo, eres muy puta, pero rica. Le decía, por favor dame más, no me la vayas a sacar, dale duro papi, deme todo adentro, y comenzó como a estrangularme al tiempo que me lo metía tan duro que ya el dolor era muy fuerte y comencé a llorar, el negro no se condolió y me decía, eso hacen las putas cuando las coge un negro y me dio otra bofetada… y tuve el más impresionante, maravilloso y escandaloso orgasmo de mi vida, debieron ser unas 30 contracciones vaginales y me prendé de los labios del negro, él metió toda su lengua en miboca, al tiempo que me bombeaba y me bombeaba, como queriendo partirme, como queriendo hacerme daño. Apartó sus labios de los mío y comenzó a hacerme chupones sobre mis senos, eran escandalosos, chupones en mi cuello, en la parte inferior de mis senos (dure un mes yendo a trabajar con suéteres cuello de tortuga, para ocultar los moretones que me dejó), le dije “papi démela dentro, toda, déjamela toda dentro”, pero el negro me respondió, “las putas se comen toda la leche, que el árido las vea comer y tragar la leche de un negro”. Mi esposo estaba molesto por el trato que me daba el negro Jonas, yo tampoco lo esperaba, se dio en medio del sexo, pero me gustaba, no sé algo morboso o sado se despertó en mi y le dije “está bien esposo, me gusta”. Jonas sacó su pene de mi cuca, me tomó del cuello y me introdujo su pene duro en mi boca, hasta atrás que rozó la “campanita”, me dieron arcadas, pero no se detuvo, comenzó a comerme la boca y a correrse en ella, me tragué hasta la última gota de semen.

Le dije, Jonas, aun lo tienes duro, vuelve a metérmela toda.

Queda pendiente la segunda entrega.