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EL SEXO NECESITA PENETRACIÓN, EL AMOR NO

Mi esposa llevaba varios días renuente a tener a hacer el amor, o a tener sexo. Son muchos los factores que la invaden, principalmente el estrés de dirigir una compañía, haciendo que en lo que menos piense sea en satisfacer el cuerpo y generar endorfinas. Yo soy todo lo contrario y al primer problema recurro a mi mejor amiga para satisfacer mi instinto. Era la tarde de un domingo hermoso, en la mañana salimos a rodar en el carro disfrutando el paisaje y llegamos cansados del sol que nos acompañó durante todo el recorrido, los últimos rayos naranja se colaban por los bloques de vidrio del baño dándole una tonalidad especial a todo el cuarto, nos quitamos la ropa transpirada, puse música y nos entramos a la ducha.

Minutos antes me había tomado un Marihuandolo para refrescarme y los efectos de esta mágica bebida empezaban a hacerme efecto. Dañarse en pareja es un acto hermoso, recorrer la piel de la otra persona con el jabón en las manos contando lunares y besando puntos es una sensación indescriptible. Después de haberla enjabonado completamente, el turno era para mi ella me enjabonó y mi verga terminó de llegar a su punto máximo, se estalló en risa y me dijo tu siempre estás así, en tono de reclamación. - Llevábamos varios días tensos debido a su poco apetito sexual a lo que se le suma que ella un día mi portátil y en lugar de ver la película que se suponía iba a ver, revisó mis conversaciones y se enteró que me quiero comer a más de medio mundo -. Mi reacción fue guardar silencio ante el reclamo y de inmediato sentarme en el suelo de la ducha y empezar a besar su cuca, el agua se mezclaba con sus sabores y después de un trabajo rítmico con mi lengua y mis manos apretando su culo, sus músculos respondieron contrayéndose, lo estaba disfrutando tanto como yo que además me masturbaba sin apartar mi boca de su cuca. 

El ritmo era intenso yo estaba sediento de su cuca, la nalgueaba mientras bebía del elixir de en medio de sus piernas, levanté mi mirada y ella cerraba los ojos disfrutando, arqueando su cuerpo hacia atrás mientras se le escapaban algunos gemidos. Estos iban in crecendo con la misma intensidad con la cual yo movía mi lengua y bebía de sus jugos, su pelvis respondía a mi estímulo y tal como hago yo cuando la tengo en cuatro, ella con unos movimientos torpes empezó a envestir mi boca con toda la fuerza de su pelvis, me encantó escucharla gritar y sus bruscos movimientos a los que les sumó coger con fuerza mi cabeza y apretarla contra su cuca, como quien dice no te suelto y sigue chupando. 

La música y la poca luz acompañan el momento a la perfección, mis dedos curiosos empezaron a buscar su culo, sin embargo, me encontré con ella cerrándolo, por lo que inmediatamente fueron a su cuca y con la misma intensidad que se movía mi lengua, mis dedos acompañaron el rítmico movimiento. Estando cercanos al éxtasis, ella abrió los ojos como platos y me dijo -¿Quieres quedar como un payaso?- Sí son constantes nuestros juegos de palabras y nuestras bromas, antes que marido y mujer somos parceros. Le respondí que no había sentido nada extraño, ningún sabor maluco, ella volvió con su humor negro y dijo -¿Quién crees que soy?... No tampoco es una película Gore- Reímos, pero como estaba tan concentrado con mi acto volví y esta vez con más intensidad, todos sus músculos se contrajeron, su pelvis tiraba hacia adelante con fuerza en un movimiento desmedido, mientras gritaba sí, sí, sí, sí. ¡Sí! Cuando ella explotó, yo lo hice también quedando agotado en el suelo del baño, sus piernas empezaron a temblar y se sentó frente a mi recostando su espalda en mi pecho. Después de recobrar el aliento me dijo -Tenemos que volver a tener la tina-. 

Hace unos años tuvimos tina en el baño, pero por unos daños de emergencia nos tocó remodelar el baño y en esta remodelación infortunadamente no hubo presupuesto para la tina. Sentados en el suelo de la ducha recordamos con nostalgia los buenos días de nuestra tina y cómo esta fue cómplice de largas jornadas de acicalamiento, espuma y amor. 

Hicimos el amor sin penetración, pero con toda la fuerza e intensidad de nuestros cuerpos, sentimos orgasmos intensos como hace días no teníamos. Salimos de la ducha y frente al espejo casi en medio de la oscuridad nos contemplamos antes de salir con rumbo a la cama a darle un segundo capítulo a lo que habíamos empezado hace unos minutos.  

Si llegaron hasta aquí, es es el final, gracias por leerme

e-boi

Soy hombre heterosexual

visitas: 876
Categoria: Sexo oral
Fecha de Publicación: 2022-01-24 14:59:04
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