Con ambas piernas

Como cada fin de año la empresa organizaba su reunión de despedida, de esa en las que te llevan a un balneario en Melgar (bueno una finca con piscina) y dejan que te vuelvas loca bebiendo y haciendo el oso. La verdad es que yo siempre disfrutaba esos paseos, era chévere ver como algunos compañeros se portaban de manera diferente cuando estaban todos bebidos. Pero el saber que una ingeniera, que de por si muy pocas veces nos habíamos cruzado en la empresa, terminaría dejándome el gallo colorado, la cuquita babosita y las ganas de volver a sentir el deseo de una mujer.

Era como Las 8 y media de la noche, ya para estas horas el trago había causado estragos en mas de uno, otros los animaba a bailar y disfrutar mas relajados el ambiente, otros por su lado beben y se les moja la canoa, o como en caso de la Inge se le encharca la canoa, durante la hora loca bailamos todos en trencito, yo sentía como ella por detrás me apretujaba las caderas, y me cogía el culo de una manera bastante atrevida, yo aun con algo de lucidez( en medio de mis tragos) me hacia la boba para ir corriéndome y sacarle el cuerpo; pensaba, esta vieja esta muy borracha y se puso mal o esta muy arrecha la gran puta y quiere verga. Aunque debo confesar que para ese momento la que estaba bastante arrecha y con ganas de que me dieran pipí hasta por el culo era yo.

Seguimos tomando y ya entrada la media noche me sentí lo bastante borracha como para irme a acostar, total, ya no había aparecido alguien que me quisiera hacer la vuelta, pensé; voy me consiento el gallito un ratico y a dormir. Pero cuando me dirigía a mi pieza para acostarme escuché como a mi compañera de pieza le estaban dando una faena de verga; se escuchaba como le daban duro, las nalgadas tan salvajes que le estaban dando, y esa perra gemía como puta en película porno, la estaba pasando del putas. Pensé en hacerla la pendeja y entrar y ver quien era el que la tenia gritando como loca, pero la verdad a mí no me gustaría que me dañaron el polvo de esa manera. Me regresé con la intención de quedarme por ahí, mientras ella terminaba, pero cuando iba por el pasillo de salida me encontré con la Inge. Hola- me dijo; ¿ya te vas a dormir?, yo no sabia que decirle, así que dije, voy por una cerveza y hay si me vengo a dormir, “si quieres en mi cuarto yo tengo nevera y te doy un de las mías”. La verdad entre quedarme vagando por ahí y tomarme una pola fría, la respuesta era obvia. De una, le contesté. Fuimos a su habitación, era grande, tenía balcón, aire acondicionado, una cama como para 4, y un jacuzzi; sacó dos polas de marca fina de la nevera que tenía, y hablamos mierda un rato, así pasaron varias rondas; y le pedí que me prestara el baño, fui me senté y cuando terminé y levanté la cabeza la vi ahí parada viéndome como me secaba la cuca, me sorprendió y la dije salgase, que le pasa. Ella solo me miró y me dijo tienes una cosita muy linda (la verdad no estoy acostumbrada a que le digan cosita a la cucota que me gasto, que no solo es grande, sino frentona y cachetona, de esas que se marcan en cualquier pantalón) pero yo ya sabia para donde iba la cosa, así que me paré y le dije, mire a mi lo que me gusta es la verga, que un buen macho me reviente la chocha, y que me chupen el coño hasta que me arda; ella sonrió y me dijo tranquila que a mí también, pero es que tú tienes una cuquita tan linda que provoca. Así que sin mas palabras nos empezamos a besar, la vieja besaba rico; sabía mover la lengua, y era tierna pero fogosa con sus besos, también era mano larga, me estrujabas las tetas, y me pellizcaba los pezones. así me tuvo un rato hasta cuando se arrodilló y me bajó las tangas de un solo tirón (yo estaba en bañador), y se va pegando de mi cuca, supe que no era la primera vez que lo hacía, porque la gran puta lo chupaba delicioso, me abría los labios de la cuca y me sacaba el gallito, me lo chupaba duro, con pasión, con ganas, me metía la lengua bien adentro y me lamía el punto G. nos acostamos en la cama y nos pusimos en pose de 69, la verdad yo no soy de chupar cuca, como lo reitero a mi me encanta el sabor a verga, a leche de macho, pero ya entrada en gastos; que HP vamos a hacer el intento; como pude le chupe el coño a esa hembra, mientras esta perra me estaba haciendo ver estrellitas, se encarnizó con mi gallito, que ya estaba rojo y me palpitaba, me metió los dedos y basto unas cuantas sacudidas dentro de mi cuca para que me corriera, que orgasmo tan delicioso, sentía como la concha se me mojaba toda, me moje el culo, las piernas me temblaban, y el gallo me quedó como una lucecita de navidad, rojo y brillante.

La nena se acomodó y me hizo tijerita, la verdad era la primera vez que lo hacía, pero la verdad estuvo rico; yo tenia el gallito tan sensible que lo roces de esa hembra me iban a volver a hacer venirme; la vieja tenía un buen movimiento de caderas, era enérgica, dinámica y como la HP tenia el coño largo y delgado pues se acoplaba bien con el mío; después de un rato la nena empezó a gemir y mover ese culo mas rápido, se iba a venir; y sin más sentí ese liquido caliente que me lavó todo el coño, esa malparida se había corrido de una manera salvaje, yo creo que esa mierda no solo era orgasmo, eso estaba revuelto con orina, con todo. Y encima esta perra me pasa el coño todo mojado por la barriga y las tetas, y se empieza a masturbar otra vez y se termina de venir encima de mí, (parte de ese último orgasmo cayó en mi cara), después como si fuera un gato o un perro me empezó a lamer la boca, la cara, las tetas como queriendo dejarme limpia. Nos besamos un ratico mas y nos quedamos acostadas en silencio; lo había disfrutado, pero aun así quería macho, me hacia falta la penetrada, así que pensé en ir a buscar a un amiguito que tengo del área de contabilidad para que me culiara rico, pero cuando me metí al baño para bañarme, esta gran puta entró con un arnés de cuero con una verga inmensa pegada y me dijo “yo sé que las dos quedamos con ganas de más, así que esta noche nos vamos a hacer de todo”. La miré, sonreí y supe que esa noche marcaría historia en mi vida y me permitiría disfrutar de patear con ambas piernas.