Guía Cereza
Publicado hace 3 años Categoría: Hetero: General 1K Vistas
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Empieza un día común en el trabajo, en aquel entonces trabajaba en archivo. Una compañera de trabajo en aquel entonces llevaba varios días llorando, esto debido a que había terminado con el novio que fue su primer amor (6 años aproximadamente).

Esta srta, con poco más de 20 años no hacía sino llorar por aquel amor que ya no fue y en cierto modo debo decir jamás volvió a ser. Lo cierto es que ese día miércoles, por temas de trabajo tuvimos que bajar al sótano la dama cachoneada y yo.

Mientras estábamos trabajando, ella empezó pues con el típico ¿por qué a mi?, ¿por qué todos los hombres son así? y todo lo referente a las palabras de una mujer dolida y despechada. Entramos a la conversación del por qué habían terminado y en algún punto ella me dijo que creía que el la había dejado porque ya no era bonita, yo solté la risa y le dije que por culauier cosa el te dejó, menos por eso y se puso un tanto colorada de la pena.

Pasó un rato y de pronto esta dama se me acerca a preguntarme algo, mientras le contesto su pregunta con una de sus manos me empieza a acariciar el muslo, yo no dije nada porque creí que se iba a detener. Cual no sería mi sorpresa que esta señorita hace un rato triste empezara a subir su mano hasta mi entrepierna, a lo que obviamente eso me empezó a excitar y yo hice lo mismo en cortesía por sus caricias. 

A pesar que llevaba pantalón, se podía sentir lo húmeda que estaba, ya en ese momento comenzamos a besarnos y a desvertirnos lentamente, lo primero que noté al quitar su blusa, es que tenía senos grandes. A pesar que no se le notaba tanto esos atributos y vi unos bellos pezones rosados, que sin duda comencé a besar y a lamer, notando como le encantaba y la hacía gemir de placer. Le quité el pantalón y lo siguiente que noté es que usaba una sexy brasilera que sin duda quité con mis dientes, mientras ella se recostaba en la mesa para que yo le bajase y le hiciera un rico oral. Bastante jugosita debo decir, cuando empiezo a succionar suavemente su clítoris. Puedo sentir como derrama sus jugos en mi boca, haciendo que en ese instante yo me bajara el pantalón y procediese a penetrarla.

Al principio fue algo suave, pero en cada meneo de sus caderas y gemidos de placer. El sexo fue tornándose más duro y salvaje, sin decirle nada ella cambiaba solita de posición, sin que yo le dijese algo, viendo en 4 esas curvas perfectas y esa gran cola resonando como una palmada por cada embestida que le daba a esta dama que hasta hace unos instantes pasó de estar triste, a ser una mujer hambrienta de lujuria y deseo.

Luego de un rato, ella baja y me hace un delicioso oral, haciéndome llegar al clímax y cual no sería mi sorpresa que ella se tomase el producto sacado de mi glande; proveniente de ese cúmulo de placer y éxtasis. Vale la pena decir que luego de ese día dejó de llorar y fue el primero de muchos encuentros, que obviamente no fueron en la oficina, sino ya más relajados en las residencias de la 1 de mayo y el barrio Restrepo.

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🍒 Pregunta Cereza

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