Esta historia sabía que tenía que contarla, aunque fue un momento difícil, fue un hecho que cambio mi vida y me hizo lo que soy hoy día. Es un poco larga, pero real e intensa. Al menos por lo recuerdos que me trae mientras la escribo.

Soy de Bogotá y esta historia sucedido cuando estaba haciendo tercero de bachillerato, estudiaba en un colegio privado y la verdad para esa época en mis estudios no me iba muy bien y sacaba regularmente malas notas en los exámenes, especialmente en matemáticas. Estábamos empezando el último periodo del año y la preocupación de mis padres por mis malas calificaciones los llevo a ponerme en la boca del lobo.

Miguel tenía 55 años, era casado y llevaba en el colegio dos años como profesor de matemáticas y en la Última entrega de notas del tercer periodo, les dijo a mis padres que realmente yo tenía un problema de aprendizaje y que debía dedicar mucho más tiempo a estudiar fuera del colegio o definitivamente repetiría el año.

Durante esa semana, mis padres preocupados, tomaron una determinante decisión. Le pidieron al profe que me diera clases particulares con el fin de mejorar mis notas. Al principio acordaron que fuera dos días a la semana los martes y los viernes desde la 1PM hasta las 6PM y que sería en mi casa con la compañía de mis hermanas. Así paso, comenzamos con las clases y aunque no avanzaba tanto como esperaban, estaba haciendo mi mayor esfuerzo.

El asunto fue cuando un día, después de tres semanas, el profe espero en la casa hasta que mis padres regresaran de trabajar alrededor de las 9:30 PM para decirles que no podría continuar dándome clases porque estaban remodelando el edificio y debía estar en su apartamento como presidente de la junta del conjunto. Sin embargo, el profe propuso que si nos parecía, el podría continuar con las clases desde su apartamento en el mismo horario. Mis padres sin pensarlo Aceptaron.

El profe era de mediana estatura, tenía barriga, manos grandes y estaba cubierto de canas, tenía una voz gruesa, le gustaba usar traje y siempre tenía un tono de voz regañón, parecía mal humorado todo el tiempo, aunque eso si siempre respetuoso; nunca dio una señal de no ser una persona correcta. Sin embargo, esa imagen cambio desde el primer momento que llegue a su apartamento, que estaba a 15 minutos caminando de mi casa.

Era un sitio bonito espacioso y tranquilo en el primer piso del edificio. Ese día cuando abrió la puerta, me recibió en toalla, me dijo que había llegado tarde del colegio y que se bañaría antes de comenzar, me invito a seguir, me hizo sentar en la sala, me pidió esperar y me dijo que mientras tanto si quería podría prender el televisor.

Estaba pasando canales cuando el profe paso a la cocina, tomo algo y se regresó al baño. Fue en ese momento cuando vi por primera vez un pene diferente al mío, había dejado caer la toalla intencionalmente delante de mí para que yo lo notará. Se lo vi todo, cuando se cayó la toalla los dos nos quedamos como pasmados, yo mirando su pene y el esperando que yo no quitara la vista de su miembro como así lo hice. Me di cuenta que era como 5 veces más grande que el mío, que era moreno y estaba circundado y que era un monstruo.

No lo podía creer. Recuerdo que me quedo tiempo para pensar en todo eso antes de que se volviera a poner la toalla. Por supuesto me puse nervioso así que me puse muy rojo me dio pena, pero solo dijo: 

“Relájate estamos entre hombres, ya regreso, me voy a bañar".

Me quede pensando en lo que había pasado nunca había sentido gusto por los hombres, estaba enamorado de una niña hermosa de mi salón y a esa edad yo no pensaba en sexo, era muy tímido realmente, además era muy callado, pero definitivamente, esa escena me impacto.

Regreso a los 10 minutos, estaba en pantaloneta y camiseta esqueleto, nos sentamos en el comedor y me dijo que nos pusiéramos a estudiar ya que se venía un examen. Fue enfático y recalco que yo no es que entendiera muy bien, incluso fue el momento que empezó con la manipulación. Me dijo que no sabía qué hacer, que le parecía muy triste que después de todo el esfuerzo de mis padres yo no avanzara y no le pusiera las ganas a las materias, me dijo que él sabía que yo tenía que repetir el año y que pensaba decirle a mis papas que el problema era yo y que era mejor cambiarme de colegio.

Efectivamente me costaba, me daba pereza y hacia las cosas de mala gana, hasta me fastidiaba tener que verlo, pero estaba allí obligado, aunque para ser honesto yo lo intentaba, no era buen estudiante.

Después de sus palabras, se paró de la silla, fue a su licorera y se sirvió un whisky. Me pregunto qué pensaba yo. Yo que pues además que soy tímido, estaba asustado y con semejante regaño no decía nada. Se quedó pensando, se sentó nuevamente y me dijo:  

"¿Yo te puedo ayudar, que puedo hacer, dime qué puedo hacer? Es más, quiero ayudarte, a ti y a tus padres; no es justo con ellos que pierdan tanto dinero en ti".

Me pregunto en un tono como si estuviera haciéndome un favor...  

"¿Quieres que te ayude? Porque si quieres te ayudo y te garantizo que pasas todos los exámenes y me comprometo a que pases el año. Yo te ayudo, pero tú tienes que ayudarme, tienes que hacer lo que yo te pida y portarte bien conmigo. Ese es el compromiso. ¿Qué dices, hacemos un trato?".

Me quedé pensando y sin malicia alguna yo pensé que era algo relacionado con el colegio como ayudarle a arreglar el salón y recoger basura del patio, sin sospechar nada y creyendo en sus buenas intenciones pensaba en no desaprovechar su propuesta.

El se sonrió se paró del comedor estaba sirviendo Whisky, esperando mi respuesta. Me di cuenta tenía dos vasos de whisky y puso uno a mi lado, me dijo que me lo tomara todo de una para que me relajara. Recuerdo que estaba puro sin hielo y el olor me parecía muy fuerte, realmente no quería tomarlo. Pero entonces me dijo:  

"recuerda que debes hacer lo que yo te pida"

Me hizo tomárme todo el whisky. Casi me vomito. Me quemo todo por dentro, de hecho a mí no me gusta el whisky hoy dia, pero estaba muy fuerte. En ese momento me cogido de la mano, me llevo a la sala se sentó en el sofá y me puso al frente, yo empezaba a preocuparme un poco, pero pensando en que pasar el año y que mis padres no me castigarían estaba dispuesto a portarme bien con el. Me volvió a preguntar y después de pensarlo más le dije que si; que por favor me ayudara que yo haría caso. No sé si me arrepiento hoy día de haber dicho que sí, soy consciente de lo que eso implico para el resto de mi vida, pero definitivamente eso me hizo lo que soy hoy día.

Continuará...