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Mi sobrino

Fuimos con la familia de mi esposa por el fin de semana a una casa de campo. Iban los hermanos de ella y sus sobrinos. Entre ellos iba el sobrino menor de ella, un chico adolescente bien parecido que desde muy pequeño mostró interés por mi y me invitaba a su cama a ver tv y debajo de las cobijas me tomaba la mano o me acariciaba el brazo y cosas por el estilo. Desde bien chico creí que a el le gustában los hombres por su manera de ser y aunque a mi no me gustan si muero por las trans y me derrite una con su buena verga en mi boca o en mi culo, pero debo decir que fantaseo con hombres y veo porno gay y me pone muy cachondo, pero nunca había tenido una relación o sexo con otro hombre.

Manejé por 8 horas y al llegar estaba agotado así que fui a mi habitación a descansar. Mientras leía un poco, Juan, como lo llamaré, entró y se sentó en la cama y conversamos un rato. Yo llevaba casi un año sin verlo y me pareció que había crecido bastante y su cuerpo y cara ya eran de adulto, así que empecé a fantasear con él y de inmediato se me paró la verga. Como me había cambiado a un pantalón corto más cómodo y sin bóxers por debajo y estaba acostado bocarriba fue muy evidente la erección y no alcancé a ocultarla pero me di cuenta que Juan se quedó mirando mi bulto unos segundos mientras yo me tapaba.

-Vaya, vaya. Dijo.

-Oops, lo siento.

Como Juan estaba sentado en la cama, se acomodó y se acostó de espaldas y cual fuera mi sorpresa al ver que estaba más empalmado que yo.

-Vaya, vaya. Dije y soltamos una risa.

Nada más pasó ese día. En la noche siguiente, mientras me bañaba escuché que alguien entró en la habitación y creí que era mi esposa. Terminé de bañarme, me sequé y salí completamente desnudo y encontré a Juan sentado en la cama. Mi reacción fue cubrirme, sobretodo por que no sabía donde estaba mi esposa, no por pena con Juan, quien se quedó mirando mi verga.

-No me di cuenta que habías entrado.

-Que si quieres bajar a jugar cartas.

-Bueno, me visto y bajo.

Me di la vuelta para sacar mi ropa del armario y la verga se me puso a mil, sin embargo Juan no se salió de la habitación, así que de espaldas a él dejé caer la toalla para mostrarle mi culo desnudo y me puse los boxers lentamente mientras me giraba hacia él Por debajo se notaba mi verga dura.

-Que vamos a jugar?

-No se, me dijeron que te avisara.

No me quitaba la mirada del paquete, así que yo muy lentamente me puse la camiseta y mi verga estaba que me rompía la tela. Terminé de vestirme muy despacio, exhibiéndo ante Juan mi verga tiesa todo el tiempo. Que morbo y que calentura me estaba dando este chico. Una vez vestido bajamos a reunirnos con los demás. Nada más pasó en la noche y al otro día tampoco nada raro, excepto que todo el tiempo nos buscábamos para hablar. Al final de la tercera tarde me sentía cansado por que nadé un buen rato, así que fui a dormir un poco. Cuando desperté ya era de noche y escuché a mi esposa y a su familia hablando en el primer piso, así que por lo caliente que andaba tomé mi celular y me puse a ver porno trans. No demoró mi verga en ponerse dura y yo en meter mi mano debajo de la pijama para tocarme. Pasó que en ese momento entró repentinamente Juan al cuarto. Yo saqué rápidamente mi mano de debajo del pantalón y me incorporé para ocultar toda evidencia de lo que estaba haciendo cuando me percaté que el video del celular continuaba reproduciéndose y los gemidos se alcanzaban a escuchar lejanamente. Entonces reparé que era Juan y me entró ese morbo que me llevaba consumiendo 3 tres días.

-Que haces?

-La verdad o la mentira?

-La verdad.

-Veía porno y me masturbaba.

-Vaya, vaya. Mejor me voy.

-No te vayas, ya terminé.

Detuve el vídeo e invité a Juan a que se sentara en la cama. Alternaba la mirada entre mi paquete y mi cara. Hablamos un rato y luego se se acostó de espaldas en la cama con las piernas abiertas y por un lado de la manga de la pantaloneta pude ver sus bolas peludas.

-Sabes, yo tuve un amigo mayor en el colegio, el me acompañaba a la enfermería y me sentía muy bien con él. Nos veíamos a cada rato y la pasábamos bien, pero se fue y no lo volví a ver.

-Que lástima. Era tu novio?

-No, solo un amigo muy especial. Desde pequeño lo vi y nos hicimos amigos.

-Y se vieron fuera del colegio?

-No, nunca.

-Pasó algo entre ustedes? ya sabes, besos, caricias.

-A él le gustaba acariciarme.

-Tu pene?

-Solo una vez pero yo estaba vestido.

Con esta confesión Juan me estaba abriendo su corazón, pero también su culo y su polla. No cabía duda que le gustaban lo hombres.

-Bueno, pues ya tendrás otro amigo como él.

-Si.

Le empecé a consentir los pies y las piernas y seguimos hablando un rato más de su amigo. Juan estaba muy nervioso, temblaba y sus manos estaban frías, pero ya no nos esforzamos por ocultar nuestras erecciones bajo el pantalón. Lamentablemente con la familia tan cerca nada podíamos hacer más que aumentar el morbo y las ganas de sexo.

Sin embargo al día siguiente mi suerte cambió. Todos decidieron ir al pueblo y yo me quedé en mi habitación leyendo. Un rato después entró Juan, quien yo creía que también se había ido.

-Qué haces?

-La verdad o la mentira?

-La verdad.

-Esperándote.

-Acá estoy.

Nos sentamos en la cama a hablar como de costumbre hasta que Juan se acostó de espaldas, abrió las piernas y dejó su pierna derecha en medio de las mías. Segundos después, se corrió hacia mi y su pie quedó justo en mi verga que se empalmó inmediatamente. Como mi pierna también estaba entre las de él, me acomodé para que mi pie también tocara su verga y empecé a moverlo de un lado para otro sintiéndola tiesa debajo de su pantalón. Juan hizo lo mismo con la mía y al cabo de unos minutos tomé la iniciativa. Me levanté y me bajé el pantalón. Mi verga quedó expuesta ante los ojos de Juan que clavó la mirada en ella.

-Habías visto una?

-Nunca, solo por internet.

-Y la de tu amigo?

-Nunca la vi.

-Tócala.

Le tendí la mano para ayudarlo a sentar y luego se la acerqué a mi polla dura. La cerré sobre ella y sin soltarla se la moví lentamente de arriba a abajo. Tenía la mano fría por los nervios y se le sentía un ligero temblor.

-Te gusta?

-Si, se siente bien.

-Sigue haciéndolo tú solo.

Mientras Juan me masturbaba acerqué mi mano a su polla y por fuera del pantalón se la empecé a acariciar, se sentía bastante grande, entonces me soltó y se quitó el pantalón dejando ver una verga hermosa, grande, peluda y circuncidada, pero sobretodo mojada.

-Vaya, vaya. El pequeño Juan está muy bien dotado y con una cosota hermosa.

-Te gusta?

-Me encanta.

Era mucho más grande que la mía. Lo acerqué a mi y se la tomé con mi mano para menearla. Uf, era una verga de ensueño, perfecta por donde se viera y con su glande cubierto de líquido lubricante. Lo acosté en la cama y se la empecé a chupar. Luego me acomodé para que el me hiciera lo mismo y por unos minutos nos dimos placer mutuamente con la boca. No lo hizo mal para ser su primera vez, aunque lo tuve que corregir varias veces.

Lo que esperaba llegó pronto: su primera leche. Llegó de improviso. Un chorro inmenso que por poco me ahoga. Nunca había bebido leche pero ese día me la bebí gustoso, la primera de varias fantasías que se harían realidad ese día. Tener una verga que se derrama en mi boca, saborear la leche y luego tomármela. Sabía delicioso. Le limpié muy bien su verga con mi lengua y rápidamente se le fue poniendo dura otra vez.

-Prefieres ser activo o pasivo?

-No se.

-Quieres que te lo meta?

-Si eso quieres, si.

Voy a confesar que mi fantasía son los jóvenes como Juan. Me sueño con ser poseído por un mancebo vigoroso y bien dotado, que me rompa el culo, que no se canse y que se pueda echar 3 polvos en línea. Además mi otra fantasía es que me llenen el culo de leche, así que acá mataría 2 pájaros de un solo tiro.

-Creo que mejor me lo metes a mi primero y luego cambiamos. Yo te explico como hacer para que no te duela.

-Bueno.

Lo masturbé hasta que su verga estuvo lista para taladrar mi culo, me eché de espaldas en el borde de la cama con la almohada debajo presentándole mi hoyo. Me lo humedecí con saliva.

-Tu primer culo. Disfrútalo y rómpelo.

Lo rodeé con mis piernas y lo acerqué a mi.

-Métemela con huevas, métemela toda y preñame.

A mi me gusta gritar y decir obscenidades cuando estoy arrecho y más si me penetran y esta ocasión no fue diferente. Me ensalivé la mano y lubriqué su verga, la guié hasta mi hoyo y puse la punta en la puerta.

-Empújamela hasta la garganta Juan, hazme tu perra.

Juan me la metió despacio hasta la mitad después de varios intentos.

-Toda, toda. Así, así, que rico.

Cuando la tuve toda adentro lo sujeté fuerte con las piernas.

-No te afanes, hazlo despacio y hazme ver estrellas, hoy soy tu perra en celo, úsame a tu antojo.

Sin embargo la prisa y la impaciencia de los adolescentes hizo que se moviera tan rápido que al tercer o cuarto bombazo me llenó el culo de leche. Sentí como se estremeció su cuerpo sobre el mío y su respiración se aceleró. Lo retuve con las piernas para que me dejara toda su semilla adentro y poco a poco sentí su verga desinflarse dentro de mi culo.

-Que rico Juan. Me dejaste el culo lleno de leche, me hiciste tu perra. Ven y te limpio.

Me metí su verga en la boca y se la lamí toda. Olía y sabía a mi culo con un poco de semen. Con la mano derecha le empecé a masajear las huevas peludas mientras le chupaba la polla y lentamente me fui abriendo paso con los dedos hacia su hoyo. En cuanto llegué a él su verga se puso a punto una vez más dentro de mi boca. Le masajeé el hoyo con un dedo cuidando de lubricarlo bien. Y por primera vez lo escuché gemir de placer. Entonces lo volteé, lo puse en 4, le abrí las nalgas y le empecé a chupar el culo. Por varios minutos le di lengua mientras que Juan gemía cada vez más duro.

-Quieres que te clave?

-Si por favor, pero despacio para que no me duela.

-Tranquilo que no te haré daño.

-Clávame por favor. Estoy muy excitado.

Un poco de saliva en mi verga y en su culo y le expliqué que hacer para que entrara más fácil y le doliera menos. Después de forcejear unos segundos pasé por el esfínter y Juan saltó haciéndose hacia un lado.

-Te dolió?

-Un poquito, pero me dieron ganas de hacer popó.

-Es normal, pero no es de verdad, es solo la sensación.

Se volvió a poner en posición y nuevamente empecé a meterlo. Juan empezó a gritar.

-Sácalo, sácalo que me duele.

-Tranquilo, respira profundo y relájate.

Sin embargo sentía como su esfínter me apretaba durísimo la verga

-No aprietes. Relaja el esfínter y verás que no te va a doler.

Sin embargo sé corrió hacia adelante y mi verga se salió. Estaba sudando.

-Ten paciencia. Relájate y verás que vas a empezar a sentir placer. Voy a empezar con los dedos mejor.

Así que empecé a meter un dedo en su culo para dilatarlo poco a poco. Entraba y salía rápido y Juan no decía nada, pero a veces gemía.

-Así te gusta?

-Si, mejor.

Le abrí lo suficiente como para meterle el segundo dedo. Saltó un poco pero lo controlé.

-Te gusta?

-Si, que rico.

-Imaginate esto pero con mi polla.

-Uff.

Nuevamente le empecé a lamer el hoyo y alternaba con los dedos entrando y saliendo.

-Listo?

-Dale.

Esta vez se lo metí más fácil y ya no opuso tanta resistencia. Lo agarré duro por las caderas para que no se quitara y empecé a entrar y salir de su culo muy apretado. A veces me pedía que parara. Yo me detenía y le decía que respirara y se relajara, luego continuaba con mi labor. Era tal mi grado de excitación que me vine en pocos minutos. Le dejé toda mi leche adentro y luego se la chupe a medida que la botaba.

-Verás que la próxima vez será más fácil y más placentero.

-Pero si me gustó.

-Bueno, puedes jugar a meterte tus dedos de vez en cuando para que te acostumbres más rápido, eso si, bien lubricados.

Cómo mi amante seguía empalmado no me quedó otra más que volver a tomarme su leche dándole una súper mamada con huevas y todo. Yo feliz de tomar leche de mancebo hasta la última gota. Con lo que me gusta a mi el semen.

Ya con esto acabamos, nos vestimos y nos sentamos en la cama a charlar.

-Y bien? Qué opinas de tu primera vez?

-Muy rico, me gustó mucho y me sentí muy cómodo contigo. Gracias por la paciencia.

-Juan, lo hago feliz. Me encanta que te haya gustado y lo hayas disfrutado.

-Mucho, estaba muy excitado. Tu sabes como excitarme y como tratarme. Es que tienes más experiencia.

-Bueno, no tanta como crees, pero intenté hacer lo mejor.

-Me gustó que dijeras groserías y gritaras cuando te lo metí.

-A mi me encanta hacerlo, pero solo cuando me lo meten, me hace sentir una perra.

-No sabía que tenías tanta experiencia en el sexo anal.

-Poca, pero es que decir groserías me da mucho morbo y me calienta un montón.

-A mi también me calentó.

Y así continuó nuestra conversación hasta que llegaron los demás. Los siguientes dos días no pasó nada fuera de lo normal y no pudimos repetirlo, solo un par de ocasiones estuvimos a solas hablando en el cuarto como de costumbre.

El paseo se acabó, nos despedimos y quedamos en visitarnos. No fue si no hasta 3 meses después cuando nos volvimos a ver y allí consumamos nuestra pasión

mototronko

Soy hombre heterosexual

visitas: 3921
Categoria: Sexo anal
Fecha de Publicación: 2022-04-06 20:22:50
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1 Comentario

que rico comerse un culito jovencito y apretadito.

2023-10-30 17:14:37