En Medellín, Colombia, antes del Metro. Los gallinazos se disputaban los residuos de comida con las personas que llegaban al basurero. Había dos clases, ambas jodidas por la necesidad y el hambre, los basuriegos y los chuteros. Los primeros, vivían, comían y dormían en el cono de la basura, dentro de la basura; los segundos iban de edificio en edificio, de caneca en caneca, recogiendo cosas para reutilizar y reciclar, lo demás lo llevaban al basurero. La rutina diaria de los basuriegos terminaba al caer el sol y luego armaban su dormitorio con palos, cartones, pedazos de plástico y sin otra distracción se dedicaban al amor, todos con todos. Se formaron familias y tuvieron niñas y niños, crecieron allí semidesnudos, comiendo lo que podían, si se enfermaron fue de parasitismo y diarrea, de resto no les entraba ni el agua regia.

Una las primeras chiquitas que nació allá en el famoso basurero, fue llevada al médico, quien certificó que la niña estaba bien, salvo un poco baja de peso. Recomendó también que la leche materna, el aseo y la limpieza eran importantes para el desarrollo de la bebita. La bautizaron como Valentina y la llamaban Tina, fue creciendo entre la basura con las familias, unas incestuosas, tíos con sobrinas, padrastros con hijastras, hermanos con hermanas, primos y primas. La chiquita llegó a los 8 años, jugando con hermanos y primos. Por un rato jugaba y pronto se aburría con juegos de niños. Quería jugar con los grandes, pero no sabía qué era lo que sentía. Uno de los mayores, el padrastro, intentó abusar de ella, pero con un palo le dio en la cabeza, lo puso fuera de combate.

Empezó a salir de ese entorno maluco de Moravia y ella misma consiguió un cupo para estudiar, vendía dulces en los buses, montó un pequeño puesto de dulces cerca de un cine y allí una señora familiar lejana, le ofreció se fuera a vivir a su casa. Cambió su vida. Cuando iba a los centros comerciales era con la mejor ropa, así fuera usada. Siempre limpia y alegre.

La dama que la acogió con simpatía, pariente en decimotercero grado, la llevó a su casa en Manrique Oriental, viejo barrio obrero de la ciudad. Era una casa grande, con zaguán a la entrada, portón y contra portón, patio central con barandas alrededor y muchos cuartos, una gran cocina y un solo baño para toda la casa.La señora tenía una pensión de sobreviviente de su difunto marido, que había trabajado en la empresa municipal de aseo.

Para la chica preparó un cuarto de los muchos que había. El clima de la ciudad es propicio para estar en mangas de camisa en el día y por la noche es un poco más frío, se requiere arroparse con una cobija liviana. No pasó mucho tiempo, Tina sintió algo de frio y sin ninguna malicia se fue para el cuarto de su protectora y le pidió que la dejara dormir con ella. No fue ningún problema, durmieron arrunchadas las dos. Cada vez fue más frecuente que durmieran juntas. Algún día la dama vio a Tina salir corriendo del baño, completamente desnuda y su cuerpo chorreando agua. Tina se avergonzó, pero la protectora le dijo que no se preocupara que podía andar desnuda por la casa, es más le dijo, me uno a la desnudez, quitándose la ropa y mostrando su piel blanca, con una mata de pelos negros sobre la vulva y algo en las axilas. Tina apenas tenía pelitos, estaba en la pubertad. Así fueron generando confianza y se fueron queriendo poco a poco, La dama le afeitó la vulva y las axilas a Tina y ésta hizo lo mismo con su dama protectora. Tina le dio masajesa su dama y ésta igual con su chica. La dama le abrió las piernas a Tina y le lamió la cuca con amor y con gana y Tina que aprendía rápido también le practicó sexo oral, luego hicieron tijeras, beso negro y muchas maromas más. Andaban desnudas por la casa, como llegaron al mundo, y cuando les daban ganas y estaban en el cuarto, hacían el 69, en la cocina jugaban con zanahorias y pepinos, una vez se ajustaron un pepino las dos en reversa, se clavaron por el orto. Cuando salían a la calle, al centro comercial, a la iglesia a misa, eran unas virtuosas actrices, muy recatadas y puestas en su sitio de tía y sobrina. Mientras todo esto pasabael basurero se transformó en un barrio, en donde invirtieron fundaciones, organizaciones e iglesias, hasta Pablo Escobar puso plata. Los primos de Tina que crecieron con ella en el basurero se convirtieron enlavaperros y traquetos, pistoleros y adictos. Una vez invitaron a Tina y a la tía protectora a una fiesta barrial y las metieron en cuarto pues las querían violar, perolos tipos estaban tan trabados y borrachos que no les hicieron nada, las dos mujeres les recordaron los tiempos duros y los malos se reían y lloraban, escurriendo babas y mostrando sus miserias.

Después del relajo de la fiesta Tina y su dama regresaron a la casona y envejecieron juntas, gozando de la desnudez y del placer del sexo desenfrenado. Para ellas del basurero y el barrio no quedó ni el recuerdo.