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El cuarto oscuro

Pasaron algunos días y Eduardo me llamó diciéndome que me tenía una sorpresa, que cuando llegara al apartamento me duchara y pasará directamente al cuarto. Nos citamos a las 8 de la noche. Como él me había dado las llaves del apartamento, abrí la puerta y me dirigí al bañoi y me duche. Me deje solo la toalla y pase al cuarto, estaba totalmente oscuro solo escuché la voz de Eduardo pidiéndome que cerrara la puerta y vi la luz de una linterna que iba directo a su cama. Me dirigí hacia ella y cuando estaba cerca se apagó la luz, todo quedó en la oscuridad, sentí una mano en la toalla que salió a volar dejándome desnudo totalmente. Una mano me guió hacia la cama y me acosté poco a poco. Empecé a sentir como las manos de Eduardo, golosas querían explorar todo mi cuerpo, con suavidad empezó a tocar mis nalgas, a masajearlas, sus manos recorrían mis muslos, mis testículos, mi pene que ya estaba creciendo, empezó a a besar mis tetillas, las cogía en sus labios y les daba pequeños mordiscos, hacia círculos con su lengua, subió a mi cuello besándolo y buscando mi boca, mis labios mis besos. Nos besamos cogiendo os la lengua, chupándola. Yo también lo tocaba, podía sentir también sus nalgas firmes, y empecé a separarlas buscando su culito. Lo encontré y sentí un huequito  grande, es decir, Eduardo era versátil, también le gustaba recibir. Sentí un gran trozo de carne en mis piernas, era su verga que estaba totalmente erecta, era grande como de 20 cm y gruesa y de pronto quería tenerla en mi boca. Eduardo se movió de tal modo, que también quería mamar y que se la mamaran y se colocó para hacer un 69. Tener su pene cerca de mi cara, comencé a lamerlo, con mi lengua jugaba con su cabecita que ya tenía gotas de semen,saladito y pegajoso. Me metí esa verga en mi boca, casi no me cabía pero hacia esfuerzos por comérmelo hasta la mitad por lo menos. Mientras Eduardo también saboreaba mi verga, era muy experto comparado conmigo, y comenzó a llevar su lengua a mi culito, rico, su lengua hacia círculos en mi ano, y metía la puntica. Yo no quise quedarme atrás y comencé a hacer lo mismo. Su culito, empecé a degustarlo y de pronto surgió en mi la idea de meter mi verga en ese culito, pero mi mente también quería ser clavado por esos 20 cm. De pronto Eduardo se dió cuenta de todo y me dijo, hoy no nos vamos a clavar, pero si nos vamos a tragar nuestras  leches y luego nos daremos un beso. Fue entonces cuando él comenzó a sacar y meterse mi verga en su boca hasta que me derrame y se pasó todo mi semen. Yo empecé a hacer lo mismo y de pronto sentí como se iba a venir, sentí las contracciones de su verga hasta que un chorro explotó en mi boca, trate de tragarme toda su leche pero no pude, algo se derramó, sin embargo lamí lo que quedaba. Sentí que estábamos exhaustos, Eduardo se acercó y nos besamos sintiendo el olor de nuestro semen y combinándolo. Después Eduardo me dijo, la próxima vez iremos más allá. Eduardo no quiso prender la luz, solo me guió con su linterna hasta la puerta y me dijo nos veremos pronto. Me duche, me vestí y salí de aquel apartamento satisfecho pero con la idea fija de clavar a Eduardo y de que él me clavara. Pero esa historia de otro relato.

David459

Soy hombre bisexual

visitas: 1684
Categoria: Bisexuales
Fecha de Publicación: 2022-07-02 13:50:59
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