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Tan seria por fuera, y tan putica por dentro

Tan seria por fuera, y tan putica por dentro

Para empezar voy a contarles un poco de ella y así se puedan hacer una idea de esa mujer; tiene 23 años, cara preciosa, cabello largo y liso, ojos oscuros y sus atributos acordes a su edad; firmes y muy llamativos. Es juiciosa, inteligente, estudiada, trabaja en oficina para una buena empresa y con seguridad les puedo decir que ella no es prepago, pero en medio de una charla y sin buscarlo, entre los dos acordamos que tendríamos sexo a cambio de dinero, a pesar de yo tener novia y ella un novio que dice amar. Es que el gusto que ella tiene por el sexo es un poco más de lo normal y si por obtener placer obtiene una ganancia económica pues mejor aún.

Ahora bien, el día que les contaré sucedió un viernes que estaba algo caliente y le escribí a ella a preguntarle si podía ofrecerme sus servicios y por cuanto (ya que por lo mismo que lo hace por placer no tiene “tarifas” establecidas), ella me dijo que si, por lo qué acordamos el precio, la hora y vernos en chapinero. Llego la hora, nos encontramos en la Plaza Lourdes, la salude de beso en la mejilla y la invite a un par de cervezas, en el bar recordamos otras culiadas que ya habíamos tenido, le miraba las tetas y en breves descuidos de ella le subía la mano de la pierna, para manosearle la vagina por encima del ajustado pantalón que llevaba. En medio de nuestra calentura le ofrecí algo más de dinero por ir al baño y quitarse el panti y entregarmelo en publico, así lo hizo y le pague a cambio.

Entre tanto morbo salimos a buscar un motel en la zona, pagué, subimos al cuarto y apenas entramos empezaron los besos y las caricias, era evidente que ella estaba arrecha, y es que estar en un motel teniendo sexo a cambio de dinero le hacía humedecer su estrecha vagina. Le quite la blusa y el pantalón y quedó a mi disposición su deliciosa cuca, se sentó en la cama, ella me saco la verga y me la mamó mientras yo le quitaba el brasier y le acariciaba la cara y las tetas, la puse de pie nuevamente, la bese y la tire a la cama, saque de mi bolsillo la plata y le pagué por sus servicios. Así, tirada en la cama metí mi cabeza entre sus piernas y empecé a lamerle esa cuca, chuparle esos labios vaginales y saborear esa humedad, luego me beso y la puse en 4 al borde de la cama y le di verga unos minutos en esa pose, tenerla en 4 era poder contemplar su culo y caderas, su espalda blanca y poder halarle su cabello liso y negro, luego me acosté y ella se sentó en mi verga dispuesta a cabalgar y moverse muy rico mientras le miraba y apretaba esas tetas paraditas, era tan excitante verle su cara de arrechita, mientras le decía; “eres una putica, mírate acá en un motel dándolo por plata y cuando te conocí te veías tan seria” eso la arrechaba más, y pensé que era el momento de darle a mi ritmo, la puse acostada boca arriba y le pedí que se abriera bien, me acomode entre sus piernas suaves y se lo metí duro y hasta el fondo, ella soltó un gemido y empecé a darle a mi ritmo, al fin y al cabo yo estaba pagando por ese cuerpo, luego de unos minutos de profundas penetraciones y de recordarle al oído lo fácil y perra que es, sentía que me venía, se lo saqué justo antes y le dejé el estómago y parte de los senos untados de mi leche, ella que hizo? Restregarse ese semen por los senos y por varias partes de su cuerpo, yo al ver eso le dije; “tienes vocación de putica” a lo que ella me respondió con una sonrisa, “si, lo soy”.

YIDA

Somos pareja swinger

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Categoria: Jovencitas
Fecha de Publicación: 2022-08-28 02:31:15
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