Guía Cereza
Publicado hace 2 años Categoría: Hetero: Infidelidad 6K Vistas
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Hace ya varios años empezaron a pasar situaciones confusas con el hermanito menor de mi esposo, yo tenía apenas 20 años y él 14. Cada que había oportunidad nos mirábamos con deseo, nos rozábamos pero nunca hablamos de lo que estábamos sintiendo. La verdad yo ardía en deseo cada que lo veía y empecé a maquinar un plan para poder quedarme a solas con él y el día llegó. Logré que me acompañara a un viaje corto, fuimos solos, nos quedamos a dormir en casa de unos familiares míos donde solo había una habitación para las visitas. Me di un baño antes de ir a la habitación y me masturbé imaginando lo que pasaría esa noche porque sabía que él tenía tantas ganas como yo. Entré a la habitación y lo encontré recostado en la cama, se le veía nervioso, se había duchado antes que yo, olía delicioso, me le acerqué mirándolo de manera deseosa mientras humedecía mis labios con mi lengua y dejaba caer la toalla, llegué a su boca esa que llevaba meses anhelando. Lo besé suave pero firme, su erección fue inmediata, toqué su verga, era enorme, gruesa, firme, se la empecé a acariciar suave sin dejar de besar esa boca que me volvía loca, bajé sus bóxer y llevé mi lengua a su verga, estaba caliente y tenía la cabeza húmeda, empecé a mamar suavecito, me tragaba toda esa delicia hasta mi garganta y lo miraba con absoluto deseo, veía que cada vez enloquecía más de placer. Lo tumbé del todo en la cama y me senté en su cara, le indiqué cómo quería que me lamiera y chupara, era inexperto pero estaba dispuesto a darme todo el placer que le pedía, verlo así tan inexperto y llevar yo el control me hizo prenderme más, entre más lengüita me daba mejor me hacía ese oral hasta el punto que me hizo venir súper rápido, mi cuca rosadita y palpitante en su boca se veía deliciosa, yo quería mas, quería que esa noche fuera eterna. Le agarré la verga con mi mano derecha y me masajeé la cuquita y el culo con su punta dura, tal como si fuera un vibrador... le dije que a cuál de los huequitos quería entrar y vi que se sonrojó y solo sonrió y me dijo "yo le hago todo lo que usted quiera, yo nunca he estado con nadie... me encanta que esto esté pasando con usted" eso me calentó más, lo quería tener adentro, agarré bien su verga y la clave en mi cuquita  mojada, le dije que empezáramos así pero que luego quería que me clavara el culo también, lo cabalgué con fuerza, había que evitar hacer ruido y ese miedo a que nos escucharan nos calentaba más. Le agarré las manos y las llevé a mis teticas, le pedí que me hiciera pellizquitos en los pezones y que me clavara duro, llegué muy fácil a un nuevo orgasmo mientras él botaba dentro de mí chorros de lechita caliente... esa noche no dormimos nos dedicamos a darnos placer, me divertía decirle cosas sucias en el oído y verlo con una mezcla de vergüenza y deseo como cuando me puse en 4 y le pedí que me diera lengüita en el culo.

Esa noche fue inolvidable para ambos, tanto que 20 años después seguimos buscando la manera de estar a solas y comernos con locura. Yo sigo casada con su hermano, él ahora está casado también, amamos a nuestras parejas pero lo que sentimos cuando estamos juntos es indescriptible. El deseo y la complicidad ha crecido en estos 20 años al punto que ahora queremos encontrar una chica que quiera jugar en la cama con nosotros... esa será otra historia.    

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