Desde que estaba pequeño veía a mi prima mayor, tenía un cuerpo excelente, pechos grandes, culo grande, mona, hincha de nacional y coqueta, una cara muy pícara por cierto.

Cuando cumplí 18 años mi prima me escribió y me felicitó, ella en ese momento tenía 35, tenía 2 hijos pero estaba soltera, seguimos hablando y quedamos en vernos, me dijo que tenía una sorpresa, quería invitarme a comer.

Nos encontramos en el centro de Medellín, cominos en un restaurante bonito que queda en el Colombo, hablamos de todo un poco, mientras avanzaba la noche tocamos el tema de los amantes sexuales que hemos tenido, ella obviamente tenía mucho recorrido y yo muy poco, solo había estado con 2 personas en ese entonces, me empezó a contar que había tenido muchos tipos de fetiches, pero había uno que no había podido cumplir, de estar con alguien mucho menor, yo medio estaba cogiendo el tema y lance el comentario "ya sabes como dicen por ahí, entre primos, más me arrimo", ella hay mismo captó, dijo que conocía un lugar cerca y que pasáramos el rato.

Fuimos al motel más cercano, primera vez que iba a un motel del centro, me impresionó lo bien que era para ser tan barato, mientras subíamos pensé de todo y sentí de todo, hacer el amor con una veterana, el sueño de muchos, pero a la vez me sentía con nervios y sucio porqué era una familiar, pero uno se arrepiente más de lo que no hace 

Entramos a la habitación y sin mucho rodeo empezamos a besarnos demasiado chimba, empezó a desnudarse y efectivamente sus senos eran hermosos, grandes y parados dignos de una revista, a pesar de haber tenido 2 hijos su cuerpo era espectacular, me empezó a hacer oral a garganta profunda, yo tambien hice sexo oral y vi que justo al lado de su vagina tenía un tatuaje de una boca mordiendose los labios, que chica tan mala pensé

Se puso en 4 y era un culo como para agradecer al de arriba, empezó el rodeo, se sentía demasiado bien, sentí la experiencia de una mujer que se moviera como si no hubiera un mañana, como si en serio lo estuviera disfrutando con ganas y yo también lo sentía demasiado bien, luego de tantos besos y palmadas, no pudo contenerme y me vine adentro, se sintió el paraíso, quedamos un rato viendo una película, a la media hora empezó otra vez el ajetreo, me encantaba chupar sus tetas, estaba empezando a ser adicto a ellas, mi posición favorita fue estar abajo, ver su cara de satisfacción y sus senos rebotar hicieron que me viniera de nuevo. 

Salimos al parque del periodista, nos quedamos fumando un rato y hablando de todo como si no hubiera pasado nada. Ya era tarde y nos despedimos de beso y yo obviamente deseando de que haya una segunda ocasión