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Placer en la cabina privada # 21

Continuando un poco con la línea de mi relato anterior donde expresaba un poco sobre el placer que me produce la masturbación publica por cam y como de una u otra forma me complazco en saber que alguien más se excita con ver mi virilidad desarrollada totalmente en fotos o videos, narrare la placentera experiencia vivida en las cabinas privadas del café internet.

Creo que para nadie es un secreto que la masificación de la internet empezó entre los años 2005 y 2010 y que esto trajo consigo muchas ventajas y placeres, en mi caso y como lo exprese antes, ya contar con un computador en casa y una conexión dedicada a internet era algo que se estaba volviendo habitual en varios hogares, sin embargo, tener un computador era suficiente, por tanto el computador era de la casa, es decir, de todos los que habitábamos en ella y teníamos que compartirlo, además la privacidad en su uso era algo que no tenía cabida. Si querías ver porno tendrías que hacerlo en la madrugada y, como se dice en la calle, estando moscas para que nadie te pillara.

Era la época de Windows Live Messenger, un servicio de mensajería instantánea gratuito, sencillo, sin muchas exigencias para registrar y muy popular, además de su tan amado y recordado “zumbido”. Para mí siempre era un fetiche entrar en diferentes páginas de chat, buscar usuarios con Nick femenino y dejar un mensaje a modo de spam que casi siempre decía algo más o menos así: “Hola, si te gusta jugar por cam o te atreves a sex x cam agrégame a nombredeusuario@hotmail.com”. Obvio, usaba una cuenta diferente a la personal y si, para quienes no llegaron a conocer Live Messenger, la cuenta se agregaba con el correo electrónico de Microsoft; volviendo al tema, siempre bombardeaba los chats con ese mensaje invitando posibles interesados en jugar por cam.

Al inicio lo hacía desde mi casa, podía buscar cualquier excusa posible para quedarme solo en casa, me enfermaba cuando teníamos programado algún evento familiar donde abuelos o tíos, todo con el propósito de quedarme solo y poder invadir las salas de chat para crear contactos sexuales, como dije antes, muchos amaban el zumbido del Messenger, pero lo que más amaba yo del Messenger era la ventana emergente que salía en la esquina superior derecha de la pantalla, donde te alertaba un mensaje que: “el usuariotal@hotmail.com quiere agregarte a su lista de contactos” y tu decidías si aceptabas o no, para mí eso era un vicio, ver tantas invitaciones a agregar, era una necesidad, ahí empezaba mi excitación. Tal fue mi adicción a esto que ya esperar el momento indicado para quedarme solo no era suficiente, así que empecé a buscar alternativas.

Los café internet empezaron a llegar porque eran un negocio con éxito y con futuro, un éxito corto que ya los dejo en el pasado, la cuestión es que empecé a ubicar los lugares cercanos a casa, había muchos pero la privacidad era poca, la verdad no encontré un lugar adecuado para mis propósitos, hasta que me aventure fuera de mi zona y fue ahí donde encontré en el centro varios lugares con las características necesarias.

Me convertí en cliente asiduo de uno en particular, que tenía hasta 30 cabinas privadas muy bien equipadas, allí prácticamente viví durante mucho tiempo y mostraba y veía todo cuanto quise, amaba el lugar, tenía orgasmos diarios y contactos habituales con los cuales tenia sexo virtual muy satisfactorio.

Este sitio era atendido por una chica, joven, un poco mayor que yo pero joven, eso sí, con nombre de señora, me encantaban sus enormes tetas, era inevitable mirar ese par de pechos grandes mientras te asignaba la cabina o le pagabas la totalidad de tiempo consumido. Ella se daba cuenta, no parecía molestarle, además sus profundos escotes eran un hoyo negro que absorbía miradas y coqueteos. Frecuente tanto el sitio que ya ella me conocía y sabía que nunca pedía tiempo fijo, solo tiempo libre y aprendió a conocer cuál era la cabina que me gustaba.

Cada vez que terminaba mi acto sexual por cam con alguna chica atrevida que me complacía también por cam, me retiraba del sitio, llegaba el cubículo de mi tetona recepcionista, le miraba las tetas, lo más disimuladamente posible y le preguntaba, “¿Cuánto es?”, ella me lanzaba una mirada picara acompañada de una sonrisa maliciosa y me decía el valor a pagar por mi tiempo consumido. Yo siempre pensaba que su mirada y sonrisa era porque se daba cuenta de que le miraba las tetas y que se burlaba de mi por estar mirándoselas.

Por fin llego el día en que descubrí porque ella me miraba y se reía así ya cada vez que me veía, fuera para pedir una cabina o para pagar el tiempo consumido. Fue una semana santa, jueves santo, me aventure a ir a estar más o menos a la hora de apertura del local, no pensé encontrarlo abierto, pero lo estaba, ingrese y allí estaba ella, con sus tetas grandes y canelitas, asomándose por ese escote que te invitaba a querer bajarle la blusita y a punta de piquitos entre las tetas ir descubriendo los enormes pezones que poseían mientras sus tetas colgaban libres y firmes. “me das una cabina por favor” dije yo, “Tiempo libre ¿Cierto?” dijo ella, “si”, así seca y monosílaba fue mi respuesta. “listo la cabina 21” me contesto ella. Esa era mi cabina favorita y ella ya lo sabía, era la que siempre me daba o si por algún motivo estaba ocupada me decía, “la 21 está ocupada, le falta tanto tiempo, si quiere espera”. Para mí siempre era inquietante porque ella sabía que era mi cabina favorita. ¿Cómo no iba a ser mi favorita? Era la última del pasillo, era aislada, limitaba con dos paredes y solo con una cabina, la 20 y además era más espaciosa que las demás.

Ese día empecé mi ritual habitual de bombardear chats con mi mensaje buscando quien se enganchará y me agregará, no tuve mucho éxito, entonces empecé a ver porno, pero prendí mi cam para verme el pene mientras me masturbaba, como dije en mi relato anterior, me acostumbre a tener placer viendo mis fotos o videos, no lo puedo negar me gusta mi verga, me encanta ver mi pene erecto, firme, eyaculando y bañado en mi leche. Mientras estaba en ese acto de ver porno y ver mi pene, sentí que alguien salió de una de las cabinas y que le pregunto a mi tetona favorita, cuanto era, ella cobro, el cliente salió y luego escuche que cerraron la reja. Yo continúe en mi acto, pero luego vi la sombra de alguien parado afuera de la cabina, como esperando algo, me inquiete, no sabía que hacer hasta que por fin hablo “¿puedo entrar?” dijo, era ella mi tetona, yo me asuste y me apresure a cerrar todo en el pc y a guardar mi verga toda erecta entre mis pantalones; “Sí ¿Qué paso?” pregunte yo, ella corrió la cortina y se metió a la cabina, lanzo su mano entre mis piernas y me pregunto “¿Todavía lo tenes parado?” no lo puedo negar, me puse nervioso y no pude contestar, yo tenía muchas dudas. “me gusta mucho su pipi” me dijo mientras se me sentaba encima, ¿Cómo había visto mi pene? Pensé que era que ella estaba entre mis contactos, pero era imposible, ella no podía saber por mi Nick si era yo, o tal vez por mi ropa, empecé a cuestionarme, “yo le he visto ese chimbito lindo desde el control de tiempo” me dijo, “me encanta como se ve” continuo ella mientras se empezaba a mover sobre mi pegándome una buena blujeeneada, yo la tenía dura, “que rico como se siente” me dijo, yo tenía su buen par de tetas frente a mí, le agarre el culo y le dije “¿puedo bajarle la blusa?” no me dejo bajársela, ella misma se la quitó y se quitó el brasier y ahí estaban, enormes, con pezones grandes, morenitas todas con tono canelita, se las empecé a tocar, empecé a palpar esas tetas grandes, y voluminosas entre mis manos, se las apreté y me mande una a mi boca, se las chupe como si fuera a amamantarme, cuando salió de mi boca, el pezón estaba firme, erecto apuntando al cielo, mientras se las mamaba ella se restregaba todo ese pan con mi verga, me abrió el pantalón, metió su mano y me saco el pene enorme de placer y me lo manoseó como nadie, se bajó de mí se arrodillo y en la boca se lo metió, me encanto como lo lleno de babas, chorreaba la saliva por mi miembro y caía por mis huevos, luego ella se paró, saco un preservativo y me lo puso, bajo su pantalón, se dio la vuelta y sobre el “escritorio” donde descansaba el monitor del pc me la cogí en cuatro, no dure mucho, estaba muy excitado, llevaba horas viendo porno y jalándomela esperando si encontraba alguien con quien venirme por cam, y adicional llego ella a manosearme a darme sus tetas y a chuparme el pene, cuando se lo fui a meter ya estaba por reventar. Cuando me vine, todo acabo, ella tal vez se desilusiono por una cogida de 10 minutos, subió su pantalón se fue a su cubículo y cuando salí me cobro normal, todo como si nada. Obvio volví al sitio, pero ella ya no era tan amable, ni la cabina me volvió a respetar.

elsami

Soy hombre heterosexual

visitas: 1273
Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2022-11-16 21:46:01
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