
Compartir en:
En medio de mis curiosidades en internet terminé sin querer conociendo esta página de relatos, me quedé entretenida un par de día leyendo relatos los cuales algunos se me hicieron muy falsos, otros si se notaban muy reales, no sabía que leer relatos pudiera provocar morbo en mí, pero así fue y lo descubrí, decidí pues y me animé a publicar mi primer relato, aunque no era tanto un relato sino más bien una situación mía como para leer la opinión de unos cuentos desconocidos, decidí poner un par de fotos mías en la página y creyendo que nadie lo leería, me encontré con más de 1000 vistas y cientos de mensajes en mi bandeja de personas que quería opinar algo sobre lo que había contado, mi primer relato era “Soy niñera y me siento observada”, lo pueden encontrar en mi perfil.
Hablando con algunos de ustedes he tomado la decisión de ir contando las experiencias sexuales de mi vida en orden cronológico si es posible, puede que no sea exacta porque a veces me pude fallar la memoria, pero siendo una mujer que tiene novio a distancia y que no tiene familia ni mucha compañía en una ciudad tan basta como lo es Bogotá, quizá sea una aventura o un buen pasatiempo compartir mis experiencias con ustedes.
Trataré de describir la edad de mi primera experiencia sexual sin quizá tener problemas con la página porque no conozco bien sus políticas. Acá en Colombia está permitido tener sexo consensuado a partir de los 14 años, mi primera experiencia sexual fue con 3 años menos que la edad permitida, a esa edad yo ya estaba muy desarrollada, las personas que han visto las fotos de mi perfil se podrán imaginar, ya tenía los senos muy grandes y una cola muy pronunciada.
En aquellos días yo vivía con mis padres y con mi abuela por parte de papá, la cual tenía una enfermedad terminal y tiempo después falleció, pero mientras ella vivió con nosotros tenía un enfermero de unos 30 años encargado que estaba en casa casi todo el día pendiente de mi abuela. Todos los días que yo llegaba del colegio pasaba las tardes sola con él y con mi abuela, mis padres trabajaban.
Fue el primer hombre del cual empecé a sentir miradas muy directas sobre mi cuerpo y que el evidentemente empezó a tomar actitudes sexuales muy directas para llamar mi atención, como lo era orinar en el baño social de la casa y dejar toda la puerta abierta para que yo viera su pene y notara sus erecciones pronunciadas, Yo a esa edad ya estaba teniendo mi despertar sexual, verlo orinar desde lejos me estaba generando curiosidad y yo trataba de mirarlo desde lo lejos en la sala, hasta que un día el me vio observándolo y me preguntó que si quería mirar más de cerca a lo que sin ninguna duda respondí que si quería ver, el se volteó un poco para que yo pudiera ver como orinara y me preguntó si quería saber que sentíamos al orinar, le dije que sí y me invitó a sostener su pene mientras el orinaba, era la primera vez que tenía un pene en mi mano y nunca voy a olvidar el cosquilleo que sentí en mi vagina, pude ver y sentir como se le ponía duro en mi mano y él me decía que lo sostuviera duro para apuntar bien dentro de la tasa, él me dijo como debía sacudirle su pene y me preguntó que si me gustaba tocárselo, a lo que respondí positivamente, a él no le importó mi edad y de inmediato vi como lavó su pene con el agua del lavamanos y me preguntó que si quería sentir el sabor de un pene, yo no sé por qué a todo le decía que sí, el en ningún momento me acosó, ni me lo dijo de mala forma, solo me preguntaba y yo con mi curiosidad despierta le decía que si a todo, él me dijo que me sentara un momento en la tasa, y puso su pene justo en frente de mi cara, me dijo que lo cogiera y que acercara mi boca suavemente y le diera besos. Instintivamente tomé su pene y acerqué mi boca y empecé a darle besos en la cabeza de su pene, lo podía sentir caliente y no voy a olvidar ese sabor que desde la primera probada me encantó, sin que el me dijera algo más yo ya sabía lo que tenía que hacer y empecé a comerme su pene con mi boca como si ya tuviera mucha experiencia, lo besaba, lo chupaba, le pasaba por todos lados la lengua y me sentía demasiado excitada, el me miró a los ojos y me dijo que si quería probar algo que se iba a sentir mucho más rico, le dije que sí, y con mucho cuidado el me sacó del baño y me metió a mi habitación sin que mi abuela se diera cuenta, me acostó en la cama, me bajó la ropa, llenó de saliva sus manos y empezó a tocarme la vagina y a llenármela son su saliva, acercó su pene y lo introdujo suavemente sobre mí, y pude sentir aquella gloria de sensaciones que es el sexo, por primera vez un pene dentro de mi sin saber que después no iba a ser capaz de detenerme, ese día ocurrió todo y probé lo maravilloso que es el sexo.
Ese chico estuvo asistiendo a mi casa durante un par de meses y teníamos sexo casi a diario, nunca nadie se dio cuenta de lo que sucedía y yo era muy feliz.
Al igual que el relato anterior, responderé preguntas si las tienen al respecto.