Estoy en la papelería a unas pocas cuadras del colegio, tengo 16 años y apenas estoy descubriendo mi cuerpo y me sexualidad. Hasta el momento solo he explorado algunas practicas con mi novio, pero, él es igual de inexperto. El hombre de la papelería tiene 45 años y desde hace un tiempo me ha insinuado que suba con él a su habitación a ver películas, sin embargo, siempre le he dicho que no puedo o que simplemente estoy ocupada y debo llegar temprano a casa.

Recientemente, una amiga me contó que tiene un novio de 25 años de edad, y que le ha hecho valorar la experiencia pues es distinto estar con un niño de nuestra edad en comparación con un hombre experimentado en la cama. Eso ha resonado en mi cabeza durante semanas y días, pues mi novio tiene también 16 años de edad y francamente no muero por estar de nuevo con él.

Cuando llego a la papelería, el seño de nuevo me insinúa que veamos una película, además, me regala un esfero de color purpura y dice que desde que lo tuvo en sus manos pensó en mí. Acepto subir con él, con el animo se experimentar como es conversar con un hombre mayor a solas, pues es algo de lo que soy totalmente ignorante. Deja a su ayudante a cargo de la papelería y subimos unas escaleras estrechas que se ocultan detrás de donde estaban colgadas las maletas escolares a la venta con motivos de dibujos animados que no reconozco.

El apartamento es más grande de lo que pensé, pero su habitación es pequeña, apenas su cama y una TV, él pone una película y dice que me puedo recostar tranquilamente; mi reacción es rígida como si mi espada no respondiera y me quedo sentada, mientras que él se quita los zapatos y sus pantalones. Pasa un tiempo de la película, estoy totalmente tensa y el exageradamente relajado. Se acerca, pone sus manos en mi espalda y me hace recostar, besa me cuello y me dice que me relaje que él se hace cargo de que la pase bien. Me quita el uniforme lentamente, como si lo hubiera planeado desde hace días, todo muy metódico y siguiendo cada acción con su mirada.

Es la primera vez que un hombre mayor observa mi cuerpo desnudo, lo cual es intimidante. Su lengua y sus dedos me exploran guiados por su mirada, cada rincón, cara orificio, nada se escapa a ese lento procesos de exploración que, hace que mi cuerpo se retuerce como nunca había sucedido. Su lengua en mi vagina me hace entender por primera vez las bondades de un orgasmo bien conseguido y me introduce a la locura. Su pene, que para mi inexperiencia e ignorancia se muestra más grueso de los que esperaba entra en mi, y me lleva a al mundo de los placeres desconocidos. Soy una pequeña muñeca debajo de un hombre que se divierte con mi cuerpo y que entre gemidos y los ruidos de la misma cama me llevan a perderme en una avalancha de sensaciones que se materializan en su semen regado en mis tetas.

Al salir, el mundo para mí ha cambiado, ya no soy una niña. Regresaría en reiteradas ocasiones a la papelería, ya no hacia falta ver películas y todo era mucho más claro para mí entender.

https://pilarmartelh.wordpress.com/2022/12/09/la-papeleria/