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Siempre me cuesta tomar el impulso para contar algún otro acontecimiento sexual de mi vida por este medio, empezando porque las cosas que me suelen pasar a mi son muy surrealistas y parecen sacadas de una porno, no me gusta escribir mis historias por el mismo motivo de que suenan o parecen muy falsas, no quiero ser parte del montón, de ese mismo montón de historias que ni a mí misma me gusta leer porque siento que no son reales.
Cuando tenía 14 años mi madre se casó con otro hombre y decidió que nos fuéramos a vivir con él y su hijo, un chico también de mi edad solo unos meses mayores que yo. En un principio cuando llegas a vivir con gente que nunca antes habías visto en tu vida se siente muy extraño, no te sientes como encasa, pero con el tiempo me pude hacer amiga de mi hermanastro, que incluso para mí era extraño saber que tenía un hermanastro, ni si quiera un hermano, un hermanastro, alguien que conocí en plena adolescencia. Tanto mi mamá como mi padrastro trabajaban, así que gran parte del día estábamos solo mi hermanastro y yo, con el tiempo nos empezamos a volver bastante amigos y a compartir espacios juntos, solo había una Tv en casa así que teníamos que ver tv juntos, hacer comidas, todo ese tipo de cosas. Ya no es necesario que yo les diga en que termina toda esta historia, ustedes eso ya lo saben. Solo les voy contar brevemente como sucedió.
Creo que incluso las personas que son padres, les es muy fácil pensar que sus hijas a solas con otro chico de su edad que acaba de conocer en etapa adolescente se pueden prestar para muchas cosas, de igual forma ellos no tenían otra opción, dejarnos solos en casa porque no podían faltar a sus trabajos. Yo ya era una mujer muy desarrollada como les conté en mi relato yo a mis 11 o 12 años ya tenía los senos y las nalgas muy grandes, ya era señalada como la “culona” o la “tetona” por la gente que me conocía, así que es de esperarse que otro chico de mi edad viviendo conmigo me mirara muy fijamente y que se sintiera ese deseo, de igual forma, cuando compartes casa con alguien, con hombres, también es imposible no darse cuenta si tiene buenos atributos porque las ropas de casa son muy reveladoras, pantalonetas de futbol o esas pijamas de tela suave que todo lo dejan ver.
Una tarde ya cuando teníamos algo de confianza decidimos acostarnos los dos de medio lado en el sofá, siempre que te acuestas con alguien de cucharita significa ¡PELIGRO! Y en este caso no fue la excepción, difícilmente un hombre de 14 o 15 años que se acuesta de cucharita con una hermanastra de senos y culo grande va a poder resistirse a tener una fuerte erección. Erección de la cual mi culo fue testigo, podía sentir como la cabeza de su pene pasaba entre mis nalgas he intentaban hundirse entre mis licras con los ligeros roces que se generaban cuando alguno movía la pierna o intentaba acomodarse, roce que inevitablemente fue ocasionando que los dos empezáramos a movernos sutilmente el uno contra el otro, yo moviendo mi culo contra su pene y el moviendo su pene contra mi culo, EXCEPCIONAL SENSACIÓN DE UN BUEN ROCE EN ROPA LIGERA, de mis fetiches de toda la vida, sentir un buen roce cuando tengo licras o leggins puestos, o sudaderas o pijamas ajustadas.
Sin ninguno de los dos pudiendo resistirse a la excitación que nos estaba causando ese momento, procedí a darme vuelta y empezamos a besarnos, esos besos de morbo, donde se siente esa calentura de que lo que estás haciendo es prohibido, bueno, de esos besos. Empecé a acariciar su pene sobre su pantaloneta y que dicha para mí, grueso, largo, cabezón, guebos grandes, me había sacado la lotería para pasar el resto de mi adolescencia con buen sexo y que mejor forma que tener el sexo a unos pasos de tu habitación disponible a diario.
Ese primer día pudimos culear muy delicioso sobre ese sofá, no hace falta dar detalles sobre el polvo que nos dimos. A la final los dos sin tener que decirnos nada, entendimos que los dos estábamos dispuestos a culear día a día y sabíamos que nadie se podía enterara, absolutamente nadie. Mi mamá se separó de ese señor casi 3 años después, así que ese fue el tiempo que duró nuestra aventura siendo hermanastros y viviendo juntos.
Lo que me motiva a seguir escribiendo y redactando mi vida sexual son sus comentarios, de otra forma, hacer esto no tendría ningún sentido.