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Aprovechen que estoy en vacaciones y tengo tiempo para escribir maricadas y se pongan arrechos porque cuando entre a camellar solo tengo tiempo para tirar paja leyendo sus cuentos así que también suban historias chimbas.
Yo trabajo en la moto como mensajero de una empresa, me toca voltiar por todo el valle de aburra, un día me programaron un flete para una estación de policía y normal la vuelta, me entregaron la caja, firmé, subí la caja a la moto y arranqué.
Llegué a la dirección, hablé con el tombo que estaba en la puerta, revisó los papeles y muy amable me dijo que pasara que adentro de me recibía otro tombo pero que me tenía que requisar y yo no dije nada, de una en el pasillo me le voltié y abrí los brazos, el tombo hizo lo suyo pero me parece que me iba era como manociando, me tocó mucho el culo y me tantió la verga.
Seguí, me recibió otro tombo, revisó la caja y firmo la entrega y me dijo que si le podía colaborar llevando la caja para la bodega y claro de una llevé la caja, el poli iba delante de mí y claro cómo no mirarle el culo, todo apretado ese uniforme, un culo paradito y rico para echarle muela.
Yo: oiga y dónde está la gente que esto está tan solo.
Tombo: el personal está ubicado en la parte de adelante, aquí atrás están las bodegas.
Entramos a la bodega, puse la caja en un estante, el volvió a revisa la caja.
Yo: todo está bien mi agente?
Tombo: sí, es correcto, todo está bien, pero no me llame agente, dayro mucho gusto.
Y me estiró la mano, se la cogí
Yo: ah! Bien! Mi nombre Andrés.
El man este me cogió la mano duro y me miró a los ojos con una sonrisa toda bandida.
Yo: ya me tengo que ir.
El tombo: espere, no se vaya todavía o es que tiene mucho trabajo?
Yo: siempre hay camello. Pero qué? qué necesita mi agente?
El tombo: Dayro, dígame Dayro.
Yo: listo, Dayro
El tombo: No, no necesito nada es solo que por qué no aprovecha y se toma algo y descansa para que siga trabajando.
Yo solo pensé, a este man le va el cuento, la chimba si no, pero que va! Le voy a seguir el juego a ver que sale.
Yo: hagale!
Y me empecé a tocar la verga como resacándome.
El tombo: siéntese ahí, qué va a tomar?
Yo: agua.
Ahí en esa bodega había como un escritorio con dos silla y me senté, al momentico llegó el tombo con el agua, me la dio y se sentó en otra silla.
Yo: gracias, y usted qué? no tiene mucho voleo?
El tombo: a veces hay mucho trabajo, a veces esto es muy solo, solo estamos tres, el que lo recibió, otro que está llevando cosas a las oficinas y yo. Esto por aquí es muy solo.
Y se empezó a tocar la verga por encima del uniforme.
Yo: ah que bien! Y que hacen entonces cuando no tiene nada pa´hacer?
Y también me toque la verga que ya se me estaba poniendo dura.
El tombo: lo que resulte.
Y se tocó el paquete con las dos manos con más descaro casi como ofreciéndomelo.
Yo: qué? se le puso duro eso?
El tombo: como que sí y parece que a usted también.
Me cogió una mano y la puso en su verga toda dura se le marcaba por un lado del uniforme. Y con la mano de él me hacia tocarle la verga hasta que soltó mi mano pero no la quité a de ahí, con un poco de pena y de morbo le seguí tocando ese morro.
El tombo: me lo va a mamar?
Yo no dije nada, solo me arrodillé y él se abrió el uniforme y sacó esa cosa, jum y que cosa, yo me pegué de una como ternero a mamar.
Yo: y si llegan sus compañeros?
El tombo: shiiiii.
Poniendose un dedo en la boca, la señal esa de callado, yo seguí mamando pero un poco azarao porque si en la empresa se sabe de esta vuelta de una me vuelan del camello.
El tombo: chúpeme las pelotas.
Yo no me hice esperar y le dí lengua sabroso. Después me hizo parar y me solto la correa y el jean me sacó la verga y se agachó a mamar. No lo hacía muy bien pero igual era un morbo ni el hijueputa ver a un tombo arrodillado mamándome la verga con el miedo de ser pillados. se paró y se cogió la verga.
El tombo: qué? se anima?
Yo: me animo a qué?
Fue lo que dije del susto, tan marica yo, no pues ni que fue la primera vez, ni que fuera virgo, eso sabe de qué estamos hablando.
El tombo: se lo deja meter?
Yo: hágale! De una!
Y me recosté contra el escritorio mientras él se ponía un condón, yo me abrí el culo con las manos y él me lo escupió y se escupió en el chimbo y de una pa’entro. Me dolió un poco pero el man me la fue metiendo sueve y después de que el culo se me abrió y se acostumbro a ese tamaño, me empezó a martillar, que gonorrea de morbo, el man no me decía nada, ni yo tampoco, pero me sentía toda una perra dominada por el tombo. El man me cogía de los lados de la cintura me daba parejo sin parar.
En esas abrieron la puerta era otro tombo, yo me asusté como un hijueputa, casi me cago del susto, pero el tombo me siguió dando por el culo como si nada, el tombo que entró dijo que iba sacar algo, lo cogió de un estante y antes de salir le mató el ojo al tombo que me estaba dando por el culo y cerró la puerta.
Yo: que fue eso?
El tombo: ese es el otro compañero, a él también le gusta tener sexo con hombres. Fresco que él nos cubre.
Ya con más confianza me quite la ropa me acosté en el escritorio y levanté las piernas y me la metió de una y me empezó a dar como a rata, yo lo abracé y le fui acercando su boca a la mía y nos empezamos a besar le metí la lengua hasta la garganta y el me trapió los dientes con la lengua.
El tombo: besos no, eso es para maricas.
Yo solo pensé: oigan pues a este güevón, me chupa la boca con gusto y después que eso es para maricas. Que güeva.
El tombo me siguió dando sabroso hasta que dijo, me voy a venir. Y le sentí la leche dentro del condón, me sacó el chimbo del culo se quitó el condón lo amarró, lo pusó en el escritorio y me paró me empezó a mamar, en esas ví que la puerta estaba abierta y el tombo que me recibió en la entrada estaba solo con el chimbo afuera y el otro tombo el que había entrado por algo estaba agachado mamando. Que hijueputa morbo ver esa escena y me arreché más y me vine en la cara del tombo. Mientras él se limpiaba y yo me vestía, pillé que el otro tombo también se estaba viniendo en la boca del compañero, se lo sacudió en la cara se guardó el chimbo y se fue rápido. El tombo se paro se terminó de limpiar la cara y también se fue. Ya vestido le dije al tombo: eyy aquí pasan es muy chimba cuando están solos.
El tombo: se hace lo que se puede por servir a la patria.
Yo: ya me tengo que ir, ey bien! Nos vemos.
El tombo: listo mijo, por aquí a la orden cuando quiera volver.
A la salida me volví a encontrar al tombo que me había recibido:
Ey y yo qué? cuando me va a dar culito a mí, usted está muy bueno, casi me lo como cuando llegó, haber sabido no lo hubiera dejado entrar y me lo comía aquí mismo.
Yo: ah mí agente, pa’que no dijo. Y de una le hago la vuelta.
El tombo: al menos deme su número.
Le dí el número y me fui para la empresa, tenía casi una hora de retraso, eso fue lo que duró la vuelta allá, el tombo nunca me llamó, días después volví a pasar por ahí pero en la puerta había otro tombo y me dio cagada bajarme a preguntar, entonces dejé la cosa así.