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Acampando en Piedras Blancas

Cuando estaba en la Universidad con unos amigos armamos plan para acampar en Piedras Blancas. Decidimos ir en semana aprovechando que el lugar estaba más solo. Éramos tres hombres y dos mujeres, por lo que nos repartimos en dos carpas.

Llegamos temprano, recorrimos el lugar y organizamos todo. Cuando estábamos jugando UNO, vimos que llegaron dos parejas en moto y armaron sus carpas un poco alejada de las nuestras. Cuando empezó a oscurecer, uno de mis amigos me dijo que lo acompañara a fumar un rato. Nos hicimos cerca del lago y empezamos a hablar maricadas, cuando se acercó uno de los manes que llegó en la moto y nos pidió fuego. Nos contó que se llamaba Anderson, que estaba con un primo, la novia de este y una amiga parchando, que si nos queríamos integrar a un asado que iban a hacer. El man estaba lindo, se veía serio, era más alto que yo (1.85 le ponía), con brazos gruesos, se notaba que iba al gimnasio sin estar muy marcado. 

Horas más tarde estábamos ya muy entonados todos integrados, ya habíamos comido y estábamos tomando guaro para el frío. Comenzamos a jugar con la botella verdad o reto y como siempre, las preguntas se iban por el tema sexual. Mis amigos sabían que yo era gay, por lo que una de las preguntas fue si se la había chupado a algún profesor. A mi me dio pena por nuestros nuevos amigos, pero asentí tímidamente con la cabeza. Todos empezaron a reírse y mis amigas preguntaron el nombre, pero dije que eso ya era otra pregunta y no tocaba. Para no revelar el nombre del profe, en la siguiente que me tocó dije “reto”. Una de las peladas del otro grupo dijo: yo no creo que ud sea gay. Si lo es, le tiene que dar un beso a mi novio. Todos dijeron “uhhhh” y el man, primo de Anderson que era el que nos había invitado, le dijo a la novia que pilas con esas charlas. El caso es que todos empezaron a gritar “beso, beso, beso”. Anderson no decía nada y estaba muy serio y la vieja que hizo la propuesta le dijo al novio algo al oído y el man dijo: listo, hágale pues. 

Yo me puse rojo cuando la nena dijo: pero pilas, que es un beso con lengua, nada de piquitos. No sé qué fue lo que le dijo la vieja al man que lo convenció, pero el man se me acercó con una risita burlona y me dijo: pilas pues papi se enamora. Yo no sabía que hacer y mis amigos empezaron a animarme hasta que me dejé ir y le di tremendo beso, le metí la lengua y el man me respondió haciendo lo mismo. Fueron unos segundos de gritos y excitación de todos. Terminamos cagados de la risa y seguimos con el juego otro rato. 

Yo me había quedado muy excitado, pues hace rato no hacía nada, así que me esperé a que todos estuvieran durmiendo y me salí para ir a las duchas comunitarias. Aunque hacía mucho frío, por el licor yo me sentía muy caliente, me quité la ropa, abrí la ducha y dejé que el agua cayera. Me empecé a masturbar cuando vi que Anderson estaba fumando en la puerta. 

-¿lo dejó muy caliente mi primo?-

-Uy Parce, que pena. No sabía que estaba despierto-

-Hágale relajado. Hasta me dieron ganas de mojarme también- 

Botó el cigarrillo, se empezó a quitar la ropa y lo que vi me dejó con la boca abierta. El chimbo se le estaba empezando a endurecer, pero se veía delicioso, largo y un poco grueso. Yo le di la espalda para que no viera mi erección, pero el man se metió en mi ducha diciéndome que le diera espacio. 

-Así hace menos frío- me dijo al tiempo que empezó a ducharse como si yo no estuviera. Obviamente nos rozábamos y había momentos en que sentía su mástil contra mis nalgas y cadera. 

-¿tiene jabón?- me dijo, le respondí que no todavía dándole la espalda. 

-que mal, yo quería que se agachara a recogerlo- ese comentario rompió la tensión y los dos nos reímos. El man cerró la llave, pensé que se iba a salir, pero vi que se agachó y me dijo: -a ver yo miro si quedó bien limpio- con sus manos me abrió las nalgas y metió la nariz -huele bien, a ver probemos- sacó la lengua y a mi me dio una descarga de energía al sentirla entre mis glúteos. 

El man se puso de pie, se escupió la mano y empezó a penetrarme con un dedo mientras me decía al oído -que chimba de huequito, como me gustan- yo empecé a gemir y el man me dijo -suave, venga vamos al vestier pa que me lo chupe-. 

El man se sentó en la banca de loza y yo me arrodillé y empecé a chuparle el chimbo, lo tenía duro, grueso. Yo le pasaba mi lengua por todos lados, me lo metía a la boca tratando de tragarlo todo, pero no me daba, el man me acariciaba el pelo y decía que lo hacía muy rico, intentaba metérmelo más y yo abría todo lo que podía para no lastimarlo. Así estuvimos un buen rato, hasta que Anderson me dijo que no se quería venir todavía y me lo sacó de la boca. Se paró y me dijo que me subiera a la loza y le parara el culo. Yo lo hice obediente y el man me dijo: -eso, juiciosa la perrita-. Eso me prendió más y con mis manos me abrí las nalgas. El man me escupió el culo varías veces y empezó a darme lengua, luego se paró y empezó a morbosearme con los dedos de los pies, me decía que lo parara y lo abriera más mientras él me hacía presión con el dedo gordo intentando penetrarme. Cuando se cansó de jugar, se arrodilló escupió varias veces y sentí que empezó a rallarme con el chimbo. Me había lubricado tan bien, que sentí más placer que dolor cuando la cabeza empezó a entrar -ufff que chimba de culo- repetía mientras lo metía lento, hasta que sentí que se pegó del todo a mi, se recargó y me beso en el cuello. -que chimba de hueco, como le cabe toda- me pasaba la lengua por el oído, la cara, mientras empezaba a moverse lento. Yo empecé a gemir y el man me tapó la boca -suave, suave, que yo sé que le gusta- y tenía toda la razón. Cuando el se iba para atrás, yo también lo hacía, quería que me penetrara más hondo, que no lo sacara. -tranquila que aquí hay chimbo pa rato- me dijo. Se levantó y me hizo poner en 4, el comenzó a meterlo y sacarlo otra vez, escuché cuando dijo -shhh- y miré y en la puerta estaba uno de los vigilantes. A mi me dio pena e intenté quitarme, pero Anderson me apretó fuerte de las caderas y me dijo -quédate quieta que el cucho hace rato está mirando- y empezó a acelerar haciendo que yo blanqueara los ojos y me olvidara del otro man. Cuando Anderson se detuvo, vi que el vigilante estaba al lado de nosotros y se estaba masturbando. A mi el señor no me gustaba, pero estaba muy excitado. Anderson sin sacármelo, le preguntó si le gustaba lo que veía y el cucho le dijo que si -pero nunca había visto un peladito tan aguantadorsito- 

-¿cuál peladito? Esta es una perrita buscona- dijo Anderson como si yo no pudiera escucharlo. Lo cierto es que sus insultos más me excitaban. 

-pero cuidado la revienta que después no se puede sentar- los dos se rieron -yo vine por los gemidos, pensé que era otra parejita como siempre y vine a ver, pero no me esperaba esto- 

-¿quiere ver cómo aguanta?- dijo Anderson antes de sacar el chimbo. Yo me iba a levantar, pero el man me puso el pie en la cara contra el suelo -ahí te quedas- aunque me quería resistir, porque el señor no me gustaba, la actitud dominante de Anderson me encantaba y me quedé quieto. 

-A mi solo me gusta mirar. Si fuera una peladita de pronto hasta me animaba- le dijo el vigilante. -Con que solo vea es suficiente, présteme eso- quise voltear la cara para ver, pero Anderson hizo más presión con el pie y no pude. -Le va a doler- le dijo el vigilante -que va, a esta perra antes le va a gustar- en ese momento sentí como un objeto frío hacía presión en mi culo. Anderson retiró el pie, pero yo me quedé sumiso, sin intentar levantarme. El man me empezó a escupir una y otra vez en el culo, hasta que sentí que algo grande se abría paso, cuando me atreví a voltear, entendí que estaba con el culo parado, mi pecho y mi cara contra la loza, con dos manes sobre mi, masturbándose mientras unos de ellos, Anderson, me metía el bolillo del vigilante en el culo. Aunque una parte de mi quiso levantarse, mi parte más sumisa me hizo entregar por completo. Paré más el culo y con mis manos me lo abrí más rogándoles que siguieran mientras me salía un gemido tras otro. 

-¿no le dije que esta perra aguantaba?- Anderson comenzó a meter y sacar el bolillo suave. El vigilante le dijo: yo no sabía que los maricas aguantaban tanto. Anderson le dijo: -con tal de que les den chimbo aguantan lo que sea, hágale usted- el ritmo de la penetración cambió y entendí que ahora quien me metía el bolillo era el vigilante. Anderson volvió a mi cara, me escupió y me puso el pie otra vez. Yo sentía cómo ese objeto frío y duro entraba y salía una y otra vez. No sé cuánto tiempo pasó, hasta que Anderson dijo que lo dejara terminar, me volteó, me abrió de piernas y me metió otra vez su verga, cada vez más rápido. El vigilante se había parado en la loza y se estaba masturbando también muy rápido. Anderson aceleró y lo que hizo fue empezar a meterme dos de sus dedos al tiempo que me me metía su verga, yo no aguanté más y empecé a venirme. Sentí como al venirme, mi ano apretaba más y más. Anderson sacó el chimbo y yo caí sentado al piso, se acercó y agarró mi pelo -abra la boca- me dijo, yo hice caso y el man empezó a venirse sobre mi cara y mi boca, con una cantidad de leche que no alcanzaba a tragar. Me pegó varias veces con el chimbo en la cara hasta que dejó de salir semen. Yo me iba a limpiar con la mano pero Anderson me jaló más fuerte del pelo y me dijo: todavía no hemos acabado. Me acordé del vigilante y aunque quise quitar la cara, nuevamente la actitud dominante de Anderson me ganó -abra la boca perrita que todavía le falta- abrí y empecé a recibir la descarga del vigilante, en mi boca y el resto de mi cara. -Trague- me dijo el man con cara de vicio. El vigilante se terminó de venir, se guardó la verga y se llevó el bolillo sin decir nada. Anderson se acercó a mi, me vio toda la cara y me dijo: que chimba sería que ahora mi primo también le llenara de leche esa carita de puta que tiene. 

El man me dio la mano y me ayudó a levantarme, fuimos y nos duchamos. Cuando ya estaba limpio, el man me abrazó y me besó, su actitud era otra, más cariñosa. -¿le gustó?- yo le dije que si. Me dijo que no fuera a decir nada, que la gente con la que él estaba no sabía nada. Cuando volví a mi carpa, mis amigos estaban roncando, eran como las 4 de la mañana y yo me quedé profundo también

DesmondSix

Soy hombre homosexual

visitas: 1926
Categoria: Gay
Fecha de Publicación: 2023-01-09 15:18:32
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1 Comentario

Uffff que deliciosa experiencia...cuanto diera por vivir algo así jajajajaja

2023-01-22 02:56:42