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Delirando por mi tío – Parte 6

Después de aquel verano no volvió a pasar nada hasta muchos años después. Yo acabé la carrera de Arquitectura con 23 años, y encontré trabajo relativamente rápido en una prestigiosa constructora. Aún no tenía la experiencia necesaria para dirigir yo ningún proyecto. Estaba de ayudante, pero, por aquel entonces, para mí estaba bien remunerado y el año pasado me casé, por supuesto enamorada. 

A la boda vino mi tío deseándome toda la felicidad de este mundo. Me confesó que siempre me había querido y así continuaría siendo el resto de sus días. No obstante, su forma de quererme no era la misma que la mía. Yo estaba enamorada, él lo estaba de su mujer, por tanto los sentimientos no eran recíprocos, aunque me quisiera y me respetara. En sus sentimientos prevalecía el componente sexual frente al amor. En los míos estaban a la par, pese a que la relación se iniciara en un principio de forma sexual. 

Me era difícil gestionar ambos sentimientos porque quería a mi esposo. Me enamoré de él y por eso me casé. Lo de mi tío era algo que venía de atrás y no podía dejar de lado lo que sentía también por él.

Siete años después se me volvió a presentar una oportunidad con él. Yo ya contaba con 25 veranos. Él debería rondar los 48 años. Habían venido a una boda de un familiar común y se hospedaría en casa de mis padres, venia solo ya que el año anterior se había separado. A la boda íbamos todos: mi marido, mi hija, mis padres, bueno, y toda la familia, incluidos mi tío, por supuesto que ahora lucía una pequeña panza, pero a mí continuaba pareciéndome atractivo. Seguía manteniendo aquel sexapil que antaño me enamoró.

Después de la cena hubo baile y me las arreglé para bailar con él. Hablamos de muchas cosas. Me preguntó por mi relación con mi esposo, por mi hija, por mi vida laboral, etc. Apenas mencionamos nada de nuestro verano, pero ambos estábamos evocando aquellos momentos. Yo seguía pensando lo que viví, y no sé por qué, pero deseaba volver a revivirlo. Yo ya era una mujer más adulta, casada, con una hija y con las ideas claras, pero aquel hombre seguía nublándome esas ideas que creía que las tenía tan diáfanas. 

Bailamos la lambada, y nuestros cuerpos se pegaron con el roce de nuestros sexos. Era un baile movidito muy sensual. Estábamos pasándolo estupendamente, sobre todo yo. Todos los poros de mi piel lo deseaban y hubiese dejado que me poseyera allí mismo delante de todos. Estaba encendida y comprobé que él también debía de estarlo porque notaba su dureza con los roces. Yo intentaba sentir cada centímetro con mi sexo, pero era la parte baja de mi abdomen la que se beneficiaba de su protuberancia. Desgraciadamente tuvimos que regresar a la mesa, a pesar de que ambos sabíamos lo que sentíamos o como nos encontrábamos en ese momento. Nos mirábamos en la mesa sabiendo lo que deseábamos los dos. Tenía que cruzar mis piernas para apaciguar el ardor de mi entrepierna. Deseaba volver a sentirme penetrada por él y rememoraba cuando me hacía el amor elevándome a la cima de aquel maravilloso placer.

Todos bebimos mucho aquella noche. Mi esposo y yo tuvimos que retirarnos antes de lo esperado porque la niña estaba cansada y tenía sueño, con lo cual, se encontraba un poco más llorona de lo normal, de modo que fuimos de los primeros en marchamos. 

En la casa de campo había varias habitaciones, por tanto nos quedábamos todos allí para estar todos juntos. Mi esposo y yo echamos un polvo que no estuvo mal. Yo estaba caliente y necesitaba aplacar el volcán que bullía en mi interior, de tal manera que, a pesar de que iba más bebido de la cuenta, mi esposo se las arregló para satisfacerme, nunca alcanzo el nivel que me propinaba mi tío. Después del polvo, el exceso de alcohol hizo que se durmiera con rapidez. Yo me quedé en la cama leyendo, pero en realidad estaba soñando despierta. A pesar del polvo seguía excitada. Al cabo de una hora llegaron mis padres y mi tío y se metieron en sus respectivas habitaciones. 

Todo estaba en silencio. Eran como las cuatro de la madrugada y yo me levanté, en realidad no se a qué, a beber supongo, con la esperanza de que él se levantara y coincidir con él en la cocina, pero no fue así. Esperé un rato deambulando por el salón, sin embargo él no apareció, así que decidí acostarme y masturbarme. Lo hice sigilosamente mis dedos recorrieron mi clitoris y mis labios, penetraba mis dedos donde más alcanzara, muy despacio para no despertar a mi esposo y después del orgasmo pude conciliar el sueño.

Al otro día no pudimos de ninguna de las maneras estar solos para satisfacer nuestros deseos y rememorar viejos tiempos. Faltaba un día para que se acabaran las oportunidades. Decidí que tenía que actuar. Para entonces preparamos todo para ir a una laguna que quedaba como a 30 km. Mi tío se excusó que aprovecharía de visitar a sus parientes, así que era la oportunidad de no acudir y quedar en casa… indicando que me llegaba mi periodo no podría acudir con mis padres y mi esposo, quien también quería quedarse en casa… le pedi que llevara a la niña que ya después volvíamos al trabajo y no habría oportunidad que disfrutara a sus abuelos… asi paso todos salieron a primera hora de la mañana quedándome yo y mi tío en casa…

Me pareció de primero que él no estaba por la labor de hacer el amor conmigo, en cambio yo estaba que me moría de las ganas. Era como que me respetaba mucho y no quería arruinar mi vida, interponerse en ella, pero cuando entramos a la sala de estar, esperando una reacción por su parte que no tardó en llegar. Nos abalanzamos en uno sobre el otro y nos comimos la boca, fundiéndonos en un maravilloso beso y, como dos adolescentes empezamos a magrearnos, a tocarnos y a desnudarnos. Tocó mis pechos, los besó, lamió mis pezones y los mordió. Me tumbó en la mesa y me fue humedeciendo metiendo su boca en mi vagina, sentía como la primera vez que me hizo suya, era volver a revivir ese instante… sus dedos bombeaban mi entrada mientras su lengua lengüeteaba mis labios vaginales y la entrada, sentía palpitante mi clitoris, mis pezones endurecidos, mi entrepierna ya estaba mojada de fluidos que recorrían mis muslos, así fue llevándome con mucha rapidez a un primer orgasmo. 

Después quise ser yo la que degustara su miembro y me arrodillé para hacerlo. Seguía tan grande, tan duro y tan sabroso como siempre. Comprobé que estaba tan exaltado como yo, agitaba su aparato y apretaba con mis pequeñas manos, tenía mis manos directas en su piel, aquella piel que recubría un gran miembro, erecto a su plenitud, lo pajeaba de arriba abajo mirándolo en toda su extensión, fui acercando mi boca a su gran cabeza, me lo metí, sintiendo lo delicioso de su PENE, así estuve un buen rato… lamiendo, recorriéndolo desde la base a la abertura del canal de su uretra, la que jugaba metiendo mi lengua… dejando su glande muy húmedo con mi saliva… en un momento me levantó, me llevo a su habitación, me recostó en su cama, se posiciono frente a mí con su gran PENE, me penetró abriéndome las piernas y colocándolas a la altura de sus hombros, sentía su VERGA abrir delicadamente mi cavidad e ir llenándola poco a poco. De tal modo que, después de tantos años volví a constatar lo que era sentirse completamente llena y que cada rincón de mi interior experimentara sensaciones que nadie me había provocado excepto él. Realmente mi vagina era llenada en todo el volumen que cupiera en su interior, sentía mis músculos vaginales estirarse aún más con el ingreso de su VERGA al momento que se abría paso en el interior.

Mi cuerpo se abandonó a otro intenso orgasmo y me quedé exhausta tumbada de piernas abiertas dispuesta a ofrecérselo todo, por tanto, mi ano no tardó en ser atendido por su ávida lengua decidida a lubricarlo para dejar paso a cosas mayores. Comprobó que ahora era una experta traga VERGA y después de la lubricación escupió varias veces en el orificio abriéndolo para exponer mi orificio, friccionándolo con su dedo, he intentando introducirlo, mi corazón latía apresuradamente, aumentando mi agitación, su lengua jugueteo en mi ano, mis pezones se erizaron completamente, su saliva humedecía mi cavidad que la sentía en toda mi entrada, evidentemente para lubricarlo, sin oponerme permití su juego. Sentí su dedo penetrarme, me fui relajado para permitir su ingreso, sentía deliciosamente esa frotación en mi esfínter, que ya se iba sintiendo en mi recto, cada vez más profundo, lo lubricado que estaba me permitía sentirlo dentro de mí, creo que me lo introduzco completamente, sentía como subía y bajada de mi conducto anal, lo que permitia posteriormente sentir que se anchaba mi entrada. Ya completamente lubricada para ir ensartando su VERGA poco a poco hasta que el pequeño orificio acogió todo el puntal. Me dio una follada por el culo de escándalo. Su glande comenzó a penetrarme unos centímetros, permanecí inmutable a la espera de su penetración total, a pesar de conocer el tamaño de su aparato, su glande se oprimía contra mi orificio con la intención de penetrarme, mi esfínter parecía dilatarse por las caricias y fricciones dadas por sus dedos, eleve mi culo, permitiendo la penetración más profunda —tal y como lo recordaba antaño—que me llevó a otro orgasmo con su VERGA martilleando mi esfínter hasta que eyaculó en mis entrañas y se quedó tendido sobre mí. 

Cuando se recompuso del clímax se incorporó y contemplé su miembro morcillón balanceándose ante mis ojos. Seguía gustándome mucho más que el PENE de mi marido a quien casi doblaba en tamaño. Quise jugar con él acariciándolo, pero sin pretender fornicar de nuevo. Tan sólo quería tenerlo en mis manos y palpar su envergadura considerando que no sabía si volvería a tener ocasión de volver a hacerlo.

Me advirtió que ya no se recuperaba tan rápido como antaño, pero a mí eso me daba igual. Sólo quería tocarlo y saborearlo.

Se tumbó junto a mí en la cama y mis caricias le empezaron a provocar una respiración más agitada y, a pesar de haber dicho que no se recuperaba tan fácilmente su erección me confirmó lo contrario. Me agaché y mis labios se apoderaron del erecto miembro y me recreé haciéndole la que pensé que era la mejor felación que había hecho en mi vida, la mezcla de su semen y mis fluidos vaginales eran verdadero néctar que lamia saboreando gustosamente. Fueron unos veinte minutos dedicados en cuerpo y alma a intentar darle el mayor placer que nadie le hubiese otorgado jamás. No sé si lo conseguí, dada su trayectoria, pero puse todo mi empeño en ello. Tras aquella muestra de maestría por mi parte, se vació en mi boca gimiendo y retorciéndose como la cola de una lagartija al ser arrancada. Su semen inundó mi boca y fui tragándomelo al mismo tiempo que mamaba. Lo noté más espeso a cómo lo recordaba y cuando ingerí toda la sustancia continué con un breve meneo de la mano que ahora resbalaba por la VERGA lubricada por su esencia. 

Aquello fue una locura, pero fue la locura más reflexiva de toda mi vida.

Cuando nos vestimos sabíamos que era el punto final o, al menos, el punto y aparte. Teníamos que despedirnos allí y solos. Nos abrazamos y yo lloré como la adolescente que era cuando me hizo descubrir mi cuerpo. Yo no descarté un nuevo encuentro porque estaba más que dispuesta a repetirlo todas las veces que se nos presentaran, solo el tiempo dirá si volverá a ocurrir.

Aquel año de adolescente. Un verano que nunca olvidaré. Fue maravilloso y supe lo que era el sexo de verdad y lo que era un hombre de verdad. Tanto fue así que me enamoré de el sin remedio, mas, sabía que no tenía ninguna posibilidad. Para él era una locura de adolescente condenada al fracaso de antemano. Él estaba seguro de que pronto se me pasaría, en cambio, no fue así y no llegó a pasárseme nunca. Siempre le quise, aunque después ya fuera de manera distinta. Él marcó mi vida, para bien, pienso. Aun hoy, sigo rememorando aquella relación con el mismo cariño que el primer día. Y, así como a veces hacemos cosas de las que luego reflexionamos y nos arrepentimos, cosas que aunque, igualmente gratas hubiese sido mejor no hacer, aquel acto es de las pocas cosas que hubiese repetido con los ojos cerrados una y otra vez. 

FIN

Maduro45xile

Soy hombre heterosexual

visitas: 2266
Categoria: Amor filial
Fecha de Publicación: 2023-01-25 21:08:59
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1 Comentario

Muy buena y excitante serie de crónicas!

2023-01-26 01:06:44