Desde joven siempre tuve un gusto hacia las chicas pero pues la berenjena no la cambio por nada, con las chicas es mas morbo y deseo, cuando tuve mi primera pareja, el era instructor de gym y yo una de sus alumnas, iniciamos una relación todo muy normal, el hacía unas clases perosnalizadas en un lugar mas privado del gym, pero una de las paredes tenía un agujero que colindaba con un baño que no estaba en uso ya que ahí guardaban las cosas de aseo, un día llegué mas temprano de lo normal ya que él me hacía mi sesión de culeo antes de lsa rutinas, cuando escuchaba cierto sonidos muy conocidos, fui en silencio pero con muchos nervios a mirar por el agujero de la pared y efetivamente andaba martillando a una de las culonas dddel gym, una nena que estaba muy rica y con unas pompas hermosas, me pudo mas el morbo y las ganas de mirar que de hacer algún tipo de escándalo, el tipo le daba como si no hubiera un mañana y le decía vente rápido antes de que llegue Lis y ella se reía y le dijo que primero le mamara el culito antes de terminar, el enloquecido dandole lengua en ese culote que hasta me antojé de meterle lengua tambien, le volvió a meter el pito y antes de acabar me hice la que hasta ahora llegaba al gym, lo saludé con un besoo con lengua y ella apenas se sonrió con maldad.

Fuimos los tres a entrenar y ella descaradamente era coqueta, la situación se repetía todos los miercoles y sábados y no era la única que pasaba por el cuarto del deseo, me di cuenta que eran otras dos chicas pero cada vez era mas descarado y yo cada vez me hacía la mas la boba y pues no lo culpo porque esas nenas tenian tremendos culos, yo solo lo besaba tan pronto salía y sabía lo que acababa de hacerles con la boca, para luego al final de la rutina ir con el al cuarto de darle un oral intenso con el pito sabor a coño de las otras.

Las chicas siempre me miraban con cara de burla y algunas veces decían cosas o sonidos referentes a cuernos cerca a mi pero eso me calentaba y de igual manera les alababa sus cuerpos y traseros a lo que aveces me decían el que se come todo esto no pasa hambre, yo les respondía no lo dudo, es muy afortunado y se reían, ellas pensaban que yo no tenía idea que mi novio les metía.