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Pegging la fantasía de mi esposa.

Y heme aquí, online buscando un caballero o un escort gay que realice masajes eróticos a otros hombres, solo con el fin de complacer el deseo y fantasía de mi esposa...

Así es, un día me confesó que tenía una fantasía que le excitaba sobre manera y era verme interactuando con otro hombre. Pero que fuera muy varonil, decía.

Yo soy un hombre de 43 años heterosexual, nunca he tenido ni una mínima experiencia gay.

Hasta hace meses ni siquiera había tenido la curiosidad, pero mi esposa a insistido tanto en el tema que terminé por pensar en darle el gusto. 

La verdad no me siento preparado ni convencido de tener una experiencia homosexual, pero después de pensarlo decidí que podría dejarme hacer un masaje erótico por otro hombre y con eso satisfacer el morbo de mi esposa y mi curiosidad.

Nosotros hemos tenido una vida sexual sin tabúes ni prejuicios y nos hemos permitido muchas cosas sexualmente hablando, de hecho hace un par de años era yo quien deseaba  verla a ella compartiendo con otra dama y después de un buen tiempo hablándolo se nos dio. Afortunadamente para mi esposa resultó ser una experiencia muy excitante, le gustó mucho jugar con niñas y por eso lo repetimos otro  par de veces. Las mujeres solo se le dan para el sexo pero nada más. Igual esa es otra historia. 

Volviendo al tema, se que ese deseo que le provoca su fantasía homosexual no es nuevo, pienso que es algo que le daba vueltas en su cabeza hace mucho tiempo pero tal ves no quiso manifestármelo antes, lo sé porque hace muchos años mientras jugábamos en la ducha, ella en un momento de mucha excitación  se hizo detrás mío y comenzó a frotar su pelvis contra mi cadera, al principio solo roces, luego se acercaba y se separaba, yo notaba que su excitación iba en aumento a medida que jugaba en mis nalgas, de pronto solo colocó sus manos en ambos lados de mi cadera y empezó a embestirme como si quisiera penetrarme, la verdad era una delicia ver como le arrechaba hacer eso, cada ves lo hacía con más frenesí y con más fuerza, entendí que en verdad le provocaba mucho morbo y empecé a moverle mis caderas como para encender más su deseo y no tardó mucho en tener un orgasmo de esos que te hacen temblar las piernas. Yo también lo disfruté pero fue mas porque ella entre juego y juego me iba masturbando. 

Después de eso ya era muy habitual que en la ducha luego de besarnos y manosearnos ella terminara detrás de mí frotándose y masturbándome; yo descarada mente hacia movimientos sugestivos en círculos o subiendo y bajando con mi cadera por su pubis para alborotarla hasta hacerla acabar. No niego que esto también me empezaba a producir morbo y sobre todo curiosidad de saber por qué le excitaba hacer tales cosas.

Sin embargo su deseo no terminaba  allí y en otra oportunidad mientras hacía su faena, deslizó su mano hasta mi cola y empezó a estimularme. La verdad la sensación era agradable y más aún ver en ella la excitación que le provocaba hacerlo y el morbo con el que lo hacía. Su mirada cambiaba, su cuerpo se encorvaba y empinaba sus piernas tratando de igualar mi estatura en todo momento, la escuchaba jadear fuerte como lo hago yo cuando la penetro con fuerza. Ese día me hizo excitar mucho mas que cuando solo se frotaba en mi. 

Pero su morbo no se quedaría solo en estimular mi cola y frotarse en ella sino que otro de esos días en que la arrechera te gana, pasó de la estimulación a la penetración, ella consciente de que estimular mi ano me excitaba, empezó a deslizar su dedo en medio de los pliegues con suma delicadeza y paciencia hasta estar dentro de mi, se las arregló para que aquello fuera una experiencia agradable, en principio estuve dudoso pensando si aquel si era el punto G del hombre como dicen y si podría llegar a ser algo muy excitante o no, pero la verdad si lo es, la sensación que se siente es bastante intensa, eso sumado al morbo que produce ver a tu mujer como una maníaca sexual totalmente excitada y extasiada penetrándote es una experiencia única. Yo veía con extrañeza como mi erección era mucho más fuerte a la que consigo cuando soy yo el que le hago sexo a ella. Aquella se sentía como si la sangre ya no cupiera más en mi pene, la eyaculación también  fue otra cosa atípica, parecía que no hubiera tenido relaciones en meses, la verdad lo disfrute mucho.

Esta práctica se volvió nuestro juego favorito en la ducha, acariciarnos, besarnos y masturbarnos la cola el uno al otro. Así es, mi esposa me penetraba con sus dedos y luego yo le devolvía el favor a ella hasta acabar ambos. Sin embargo esto solo lo hacíamos en la ducha, en nuestro cuarto el sexo era tradicional.

Cierto día mi esposa tímidamente me propuso que si comprábamos un juguete, me dijo que le gustaría jugar conmigo y me preguntó que si me gustaba la idea. 

-      Que juguete deseas amor? 

     -     "Mmmm no se, uno con el que pueda penetrarte!" 

-      Un dildo? 

-    “Creo que mejor un arnés!

Y así fue, terminamos comprando un arnés (strapon) que tenía correas ajustables y un dildo de tamaño mediano pero delgado, esa era mi condición. Así mismo nos hicimos de lubricantes y dilatadores anales, mi esposa estaba deseosa de usarlo y yo de vivir la experiencia, deseaba saber si sería igual o mejor a la sensación que produce que te masturben el ano con los dedos y no solo eso, que te penetren mientras te hacen una buena felación, ssssss eso realmente es una delicia.

En una ocasión llegue temprano a casa y mi esposa me recibió con un beso de esos que te quitan el aliento, fue un beso súper apasionado, acompañado de caricias en mi rostro, que rico recibimiento.

Después pasamos a nuestra habitación y allí  continuamos entre besos y caricias, se sentía el calor y el deseo como nunca, hasta que mi esposa después de besar mi cuello se me acercó al oído y me susurró. 

- “Te quiero comer”.

Uuufff, su tono era de puro deseo, en su mirada había fuego, realmente le excitaba la idea de dominarme y hacerme vulnerable. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y mi piel se erizó, en verdad produce mucho morbo sentir que alguien te desea con tantas ganas. Sus seductoras palabras hacían que yo también deseara que pasara, que me inundara de caricias y que me enseñara su posesivo deseo. 

Mi esposa me besaba con pasión desde el cuello hasta mi pelvis, al tiempo que acariciaba mi pecho y apretaba mis tetillas, con destreza soltó mi correa y tiró de mi jean para bajarlo y quitármelo, luego regresó al juego, manoseaba mi pene por encima del bóxer mientras pasaba su lengua por sus labios para después morderlos, que delicia, después se acercó estiró el resorte del bóxer y dejó en evidencia mi virilidad, con ternura pero también con apuro lamio mi glande y luego lo deslizó hasta lo profundo de su boca, beso, chupo, lamió y acarició con lujuria, casi me hacia terminar pero se detuvo y nuevamente me susurro al oído… 

   - “voy por el juguete”. 

Yo me quedé como de una pieza, deseaba que me hiciera acabar pero a la vez me daba mucho morbo sus palabras, se levantó, estiró la mano y de la mesa de noche sacó el lubricante y el dilatador, la cosa iba en serio. 

Luego fue hasta el closet y sacó una bolsa de satín, la abrió, sacó el juguete y la dejó caer, luego acomodo los tirantes del arnés y lo deslizó por sus piernas hasta su cintura, se veía algo bizarro pero a la vez muy sensual. 

De vuelta a la cama yo me encontraba  boca arriba, me dijo abre las piernas y se agachó en medio, tomó mi miembro y después de un par de chupadas lo puso erecto de nuevo, luego se tumbo del todo boca abajo con su rostro en frente de mi pene, pensé que seguiría chupándolo pero para mí sorpresa me pidió que levantará las piernas; yo obediente  lo hice y ella deslizó suavemente su lengua por mis bolas hasta mi cola, con ternura lamia  depositando allí mucha saliva al tiempo que intentaba introducirla.

Aquella sensación es súper placentera, continuó haciéndolo, con una mano me masturbaba, mientras con la otra mano frotaba un dedo en mi ano haciendo círculos y empujando pero sir introducirlo; aquellas caricias alimentaban mi lívido, estaba deseando que metiera su dedo, que me penetrara y que no parara hasta hacerme acabar, pero ella pensaba diferente, me decía… 

    - “No quiero que acabes, quiero que lo hagas cuándo te este comiendo con el juguete”. 

    - Ven hacerlo entonces, que esperas le dije!. 

Pero ella deseaba llevarme hasta el límite, sin duda para que yo no me fuera ha arrepentir, pero la verdad es que para ese momento ya lo deseaba tanto como ella; recordaba cómo me hacía disfrutar en el baño y quería sentir de nuevo esa sensación. Aunque esta vez la escena era muy diferente, ver a mi esposa empoderada con su arnés mientras ponía lubricante en sus manos para luego deslizarlas por el dildo como si estuviera masturbándose, era algo súper erótico, morboso, taimado. Lo hacía lento, con malicia y delicadamente si dejar de mirarme fijamente, entendí que su deseo iba más allá de una sola cogida, era cumplir su fantasía y había llegado el momento. 

Luego tomó el dilatador anal (crema con algo de xilocaína), lo puso en su dedo y lo llevó hasta mi ano, allí lo frotó un poco pero esta ves además metió su dedo, lento y poco a poco, tomó otro poco y repitió el ejercicio, la sensación de la crema fría sumado a sus caricias me ponía como un toro. 

Deseaba ponerla en cuatro y penetrara hasta acabar, pero este era su momento y quería dejar que lo disfrutáramos, me relaje y me dispuse a disfrutarlo, ella continuó penetrándome con el dedo y en ocasiones masturbaba mi pene y lo chupaba un poco. Ya deseaba que me hiciera acabar así fuera clavándome. 

-   “No vayas a acabar aún, ojo”. 

Entonces se arrodilló enfrente mío abriendo sus piernas, yo continuaba boca arriba, levantó mis piernas y me hizo doblar mis rodillas, así dejó mi ano expuesto y listo para ella, se acercó un poco más y nuevamente frotó mi ano pero esta vez lo hizo con el dildo, jugo un poco con el hasta que lo tuvo en posición, empezó a empujar muy suavemente, no quería hacerme daño, deseaba penétrame pero a la vez le daba un poco de miedo. Claro la inexperiencia de ambos era evidente.

    - Tranquila amor ve con calma le dije. 

Me moví un poco más hacia ella para darle seguridad y ella comprendió, tomó la punta de su dildo y lo ubicó en todo el medio y empezó a deslizar lo hacía dentro suavemente, yo ponía mis manos en sus muslos como tratando de detenerla o de apartarla si llegara a ser el caso, pero extrañamente a mi mujer esto le daba mas morbo, es como si además de penetrarme deseara dominarme, sin embargo su delicadeza era tal que yo tampoco me resistía mucho, Cuándo lo tuve todo dentro, sentí dolor, mmmm en realidad era más incomodidad que dolor pero aún así no era muy agradable. 

    - Pará le dije! 

   - “lo saco?” 

   - Si lo sacas ya no te dejo meterlo de nuevo, solo déjalo allí pero no te muevas. 

Poco a poco la incomodidad pasaba, es como mientras tu ano se acostumbra a ese cuerpo extraño. Mi esposa me miraba con ternura, se acariciaba los senos y se mordía los labios, deslizaba sus uñas por mis muslos y me preguntaba… 

      -    “paramos? ”. 

Claro que no quería eso, deseaba que lo hiciera pero quería que fuera placentero. 

Después de unos segundos así, sentí como mi esfínter se relajó, le acaricié los senos, luego estire mis manos hasta alcanzar sus caderas y ^la halé un poco hacía mi, ella entendió el gesto y de la manera más delicada y sensual que pudo, empezó a moverse de atrás hacia adelante, muy lento pero con seguridad, el dolor se convertía en placer, ella apretaba mis piernas y cada vez iba más dentro de mi, podía escuchar su respiración, con cada envestida, gemía y apretaba sus labios, ella estaba embriagada de deseo y yo de placer, cada vez su movimiento se hacía más frenético, empujaba su dildo desde la raíz hasta la punta una y otra vez,  sus jadeos se volvían casi gritos, hasta un par de palmadas se le escaparon y se fueron a estrellar en mis glúteos, apretaba mis muslos con fuerza y dejaba caer todo su peso sobre mi, no me daba tregua, me poseía  con suma lujuria, azotando su dildo contra mis caderas una y otra vez, siseaba (ssssss) y repetía “que rico, que rico”. Aquella clavada era algo magistral, podía ver de reojo como miraba mi culo con lascivia, el frío que antes me hizo sentir la crema desapareció y ahora sentía mi ano caliente, el ritmo que imponía era tenaz, entre más se excitaba con más energía me penetraba. Yo sentía mi pene reventar, no quería que parara, aquella sensación me hacía estremecer y mi mujer lo sentía, por eso cada vez me penetraba con más fuerza y más ganas. 

      –   Sssss que riiiico amor decía yo… 

-    “Te gusta? pregunto”

-     Siii mucho, no pares por favor! 

Ya no aguantaba mas y se lo hice saber, pude ver como mi amor apretó los dientes y se dejó ir conmigo, fue un orgasmo delicioso súper intenso.

Nunca pensé que una mujer pudiera acabar de esa manera penetrando a un hombre con un juguete, pero su morbo era tan grande que no sólo se comía mi cola sino que también follaba su mente. 

Después de aquél delicioso orgasmo compartido yo ya no quería saber más de ese juguete, volví a sentir algo de incomodidad y trataba de moverme para que mi esposa lo sacase, pero ella con una sonrisa muy pícara me seguía masturbando y se reía. La verdad lo disfrutamos mucho era su primera vez y obvio la mía pero no sería la última. 

Después de eso el desquite era mío la faena de mi esposa solo hizo que la deseara como nunca y al rato le hacía el amor como si no hubiera pasado nada minutos antes. 

Retomando el tema del masaje, quiero decir que lo he considerado como una opción para cumplirle esta nueva fantasía a mi esposa, sin tener que llegar a interactuar con otro hombre, aceptaría que el masajista toque mi cuerpo de manera erótica y sugestiva para que mi esposa disfrute de verlo, incluso dejaría que me masturbara y me hiciera sexo oral pero por ahora no pasaría de ahí, es cierto que he aprendido a disfrutar que mi esposa me penetre pero obvio no es lo mismo a que lo hiciera otro hombre. 

Con mi esposa hemos visto porno gay y videos de tríos bisexuales y no niego que hay escenas que provocan morbo, pero particularmente hay cosas del sexo entre hombres que no me produce ni un poco de excitación, ejemplo: 

Las escenas de besos entre hombres no me gustan, no me provocan nada, las escenas románticas o tiernas entre hombres tampoco me llaman la atención, si he disfrutado de escenas en las que un hombre penetra a otro delante de su mujer o con la ayuda de ella, esas en cambio si me han llegado a excitar. 

Me produce morbo verlas allí dejando que otro hombre tenga sexo con el suyo y además que lo disfruten, verlas masturbándose observando como lo penetran y lo manosean, ese cuadro me parece muy erótico. Ver como una mujer es penetrada por su hombre mientras a este también lo penetran me parece algo muy sexual, realmente pienso que podría ser algo placentero.

En fin pienso que llegado el caso en que otro hombre provocara en mi suficiente deseo como para que pasara algo más lo consideraría evitando obviamente lo que ya mencioné, nada de besos ni actos románticos. Entre otras cosas, físicamente también hay otras que me causan algo de repulsión como son los bellos corporales, yo no me los dejo y pienso que un hombre lleno de bellos más en las zonas íntimas es más desagradable que apetecible. A mi manera de ver. 

Ver porno gay me ha servido más es para provocar a mi esposa, me gusta jugarle y seducirla haciéndole cosas que he visto que le excita de los videos, es así que cuando viene a mi, con su arnés y su deseo de comerme como ella dice, me pongo a tocárselo, a veces hago como si estuviera pajeandola y eso la pone a volar, también lo he tomado junto con el mío estando ambos de pie y hago como si me masturbara con ambos miembros en la mano y puedo ver como se desencaja, eso la enciende, pero nada como cuando he puesto mi boca en su juguete eso si la enloquece, ahí aprovecho para besarla y acariciarla mientras le digo con picardía al oído. 

     –…Quieres culito? 

     … jajaja… hay que ver cómo pone ojos de depravada y dice que si. Luego le digo 

      -   Te gusta?. 

       -   “Siiiii”. 

       -   Bueno date gusto!. 

Solo hace falta eso para tenerla detrás besándome y manoseándome, para calentarme y lograr su cometido y yo feliz de disfrutar de su morbo.

pincky

Somos pareja swinger

visitas: 5732
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2023-01-31 21:28:48
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8 Comentarios

Espectacular relato,me encantó también tuve la experiencia con una amiga que mientras me lo mamaba me introdujo su dedo en el ano y me encantó hasta que tuve la oportunidad con un hombre y fue Espectacular

2023-03-20 08:43:34

Hola podríamos hacer algo rico si quieres me visto de mujer y tu me penetrada a mí y tu esposa a ti sin besos sin nada de eso o podemos hacer un trío o algo así escríbeme y nos ponemos de acuerdo 3226602839

2023-02-06 19:02:51

Que relato tan excitante

2023-02-05 15:15:51

Muchas gracias por leer los relatos y por sus comentarios!

2023-02-03 18:11:18

Me gusto mucho su relato, bastante excitante, me gustaria hacer algo similar. Si les llama la atencion me pueden contactar y poder a llegar a hacer los que uds desean, desde luego con todo el respeto y total acuerdo. si quieren me pueden escribir al 3106882022

2023-02-03 18:02:08

Delicioso relato... Muchas gracias !!!

2023-02-01 15:53:32

Buen relacto nunca tampoco echo nada con otro hombre soy casado megusta colocarme ropa interior femen8na

2023-02-01 08:48:36

Muy interesante el relato! Esa sensación es muy agradable y placentera y si ambos lo están disfrutando, están en la gloria! Los felicito!

2023-01-31 23:57:31

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