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La chica de Bumble

Hay algo sobre las personas que hoy en día están en sus veintes, son mucho más abiertos a la hora de vivir su sexualidad y se atreven mucho mas, al menos mucho más de lo que yo siempre me atreví.


En medio de nuestra charla me confesó entre otras cosas que le gustaba tanto el sexo anal que si no le daban por el culo no llegaba al orgasmo, esa confesión para mi fue el momento en el que dejé de verla como una niña y comencé a verla como una mujer, una mujer decidida con sus gustos claros y con la confianza de decir sin rodeos lo que le gusta y lo que espera en un encuentro sexual. Esa confianza es una de las cosas mas sensuales que puede tener una persona, sin importar su género.


Para ese momento yo ya no podía pensar en nada más y ella se encargó de calentarme al pinto que no tuve otra opción que proponer un encuentro, más me demoré en proponerlo que ella en fijar las condiciones. Nos citamos para tomar algo y conocernos en persona en una cervecería, si había tanta química como en la app entonces iríamos a un motel.


Hablamos horas, realmente era una mujer cautivadora, más hermosa en persona, absolutamente brillante, podría uno decir que era perfecta. Con unos tragos encima pero lejos de estar borrachos salimos hacia el motel, propuse ir a uno que me gusta y casualmente y sin sorpresa, me dijo que era su favorito.


Ya en el motel le confesé que desde nuestra charla estaba un poco obsesionado con su culo y que no me interesaba nada mas que tener una sesión de sexo anal tan salvaje como se pudiera. Abrió los ojos y sonrió mordiéndose el labio, nos besamos apasionadamente mientras por encima de la ropa tocábamos nuestros cuerpos mutuamente, sin afán pero con todo el deseo, lentamente la ropa fue cayendo al piso, seguimos besándonos y mi erección ya estaba a tope, ella jugaba con mi pene y yo con sus pezones, de pronto se detuvo me hizo sentar en la cama y de un solo golpe se metió mi verga erecta hasta la garganta, jamás dejó de verme a los ojos y sus ojos, azules preciosos, brillaban, esta mujer me dió el mejor sexo oral del mundo, yo estaba rendido ante ella y dispuesto a todo lo que ella quisiera hacer conmigo.


Paró un momento para descansar, volvió a besarme, sentí el sabor de mi líquido preseminal en ese beso y me encantó le pedí que se me sentara en la cara para devolverle el favor, sin embargo, se negó rotundamente me dijo que hasta ahora estaba comenzando y que tuviera paciencia. Volvió a bajar, esperaba volverla a ver tragarse mi verga pero en lugar de eso fue derecho a mis bolas, las lamió, se las metió a la boca, y en el momento que mas me relajé y puse mi cabeza hacia atrás, bajó y sentí como su lengua buscó mi ano. Jamás me habían hecho eso, estaba absolutamente extasiado y ella sabía que estaba en control, no se cuanto tiempo pasó, ella me estaba comiendo el culo y masturbándome, eventualmente volvía a chuparme la verga y todo era perfecto, no dejó de ser perfecto cuando comencé a sentir como su dedo índice buscaba mi ano y me hacía estremecer de placer.


“Aquí comienza lo rico” me dijo, sabía perfectamente qué buscar y dónde hacerlo su dedo comenzó a estimular mi próstata y ella subía y bajaba dándome la mejor mamada de mi vida, no se como aguanté tanto, o de pronto no fue tanto, la verdad no tenía percepción del tiempo. Estallé en su boca, mientras mi ano se contraía alrededor de su dedo y lo apretaba, jamás había sentido un orgasmo así. Ella se tragó mi semen y luego volvió a besarme, me encantó sentir ese sabor en mi boca. 


Acostado boca arriba sentí como fue acomodando su cuerpo, y se sentó en mi cara, su vagina húmeda era perfecta, se movía rítmicamente y lentamente sentí como sus jugos caían sobre mi, mi barba ahora estaba llena de sus jugos y ese olor me tenía loco. Se dio la vuelta y con sus manos abrió sus nalgas, quería que le comiera el culo a ella y yo no me iba a negar, como con desespero busqué con mi lengua su ano, si hubiera podido le habría metido la lengua profundo.


Mi pene ya estaba erecto otra vez y ella no paraba de moverse encima mio, finalmente, me dió un descanso y mientras se ponía en cuatro frente a mi me miró a los ojos y me dijo “ahora si, rómpeme el culo”, sin pensarlo dos veces me puse detrás de ella y lentamente comencé a meterle la verga en el culo, “así no, todo de una, dame duro, rómpeme el culo”. Escucharla decir eso despertó en mi un instinto animal, no sabría cómo mas describirlo, como un animal le di y cada embestida era mas fuerte que la anterior, ella gemía, gritaba, pedía más y más y yo mientras tanto hacía lo poco que podía para no venirme, no lo logré, en una de esas embestidas solo pude meter mi verga tan profundo como fue posible, y como queriendo meterla más halaba su cuerpo hacia mi cogiéndola fuerte de sus caderas. No se de dónde salió tanto semen, ya me había venido una vez y para mi una segunda no era normal para nada. 


Quedamos tirados en la cama agotados y extasiados, pero queríamos más, a mi me cuesta un poco recuperarme pero volteé a verla y vi como estaba jugando con un dedo en su culo, me confesó que aunque había tenido mucho sexo anal era la primera vez que dejaba que alguien se viniera en su culo.


Descansamos, hablamos un rato, todo fue perfecto esa noche, dejamos que el deseo hiciera lo suyo y los dos disfrutamos sin pensar en nada mas que darnos placer, esa noche siguió e hicimos muchas mas cosas, unas mas normales que otras. Al día siguiente fuimos a desayunar, caminamos un rato y nos despedimos. Ahora somos grandes amigos y nos vemos con cierta frecuencia, seguimos explorando y explorándonos tanto como podemos.


Gracias por leer, este post solo es una fantasía, pero apreciaré todos sus comentarios para seguir escribiendo relatos.


sexlab

Soy hombre heterosexual

visitas: 1013
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2023-04-16 12:59:57
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1 Comentario

Que buen relato,rico encontrar una nena asi

2023-04-18 20:49:23