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Mi mejor amiga

Mi mejor amiga eso pensé hasta el día que me vi en una situación que nunca pensé que nos pasaría. Siempre hemos sido muy aventureros y a pesar que somos muy diferentes y que ambos tenemos nuestras vidas con nuestras parejas pero nos queremos y nos celamos hablamos todos los días y nos conocemos como nadie más. 

Un día ella me llama un sábado en la mañana y me dice que si la puedo acompañar a la finca que su esposo no está y que ella tiene pereza de llevar un concentrado para los perros, la idea no me gusto mucho pero somos grandes amigos y para todos nos acompañamos. Me dijo que pasaba después de almuerzo por mi, pero obvio como siempre en ella llego casi a las 6 de la tarde por mi. Me dijo que pena pero el tráfico estaba horrible no me dio sino risa y se bajó del carro para que yo manejara. La finca estaba a dos horas de Medellín pero no era la primera vez que salíamos a esa hora.

En el camino hacia la finca me empezó a contar de lo mal que estaba con su esposo y que le gustaba alguien de la oficina, sin querer sentí celos porque algo dentro de mi siempre fue protegerla pero no me gusta lo que escuchaba sentía celos pero no celos de amigos, tenía celos como si fuera mi pareja. Empecé a acelerar el carro estaba molesto entre a la carretera destapada de la finca y por el piso mojado, la lluvia y mis celos entré a un hueco y pinché una llanta.

Empezamos a discutir en el carro, ella me decía que porque mi reacción que no lo esperaba que porque me puse a si. Me baje del carro para cambiar la llanta, estábamos a medio del camino, solos sin luz, asustados y molestos el uno con el otro. Empecé a cambiar la llanta y ella me miraba yo le decía que no se mojara que la noche era fría, por primera vez baje la guardia saqué la chaqueta del carro y se la puse encima, noté que estaba muy mojada noté que su camisa mojada dejaba ver un brasier blanco mojado y pegado a su cuerpo. Era la primera vez en tantos años de amistad que la veía así indefensa, mojada, angustiada. La abrace y ella me abrazo me dijo al oído te quiero mucho, me encanta que me protejas en medio de la noche sentía que mi cuerpo no estaba ahí, empecé a tener sensaciones que nunca me habían pasado no sé qué fue si el momento, la angustia pero tiernamente la bese, bese sus labios como nunca había besado a alguien, lentamente la besaba y le decía al oído que la quería, ella me abrazaba fuerte y rozaba mi cuerpo en mi pecho sentía como su piel mojada estaba caliente en mi piel, notaba que su cuerpo estaba en mi misma sintonía, la abracé fuertemente y empecé a tocar su cuerpo no paraba de llover pero disfrutábamos el momento. Mi cuerpo sentía que debía cogerla y hacerla mía, la besaba y mi excitación era más fuerte el deseo me invadía, y se notaba en mi respiración, y aunque apenas rozaba la piel de su espalda con la punta de mis dedos ella dejo salir un pequeño gemido, acto seguido se voltea y me dice no, no puedo, yo me detuve de inmediato, algo asustado temía haber sobrepasado los límites de nuestra naciente relación. Retiro mi mano de su espalda y tomo unos centímetros de distancia toma mi cara y me besa, para, me mira a los ojos y me dice: no puedo más.

Siento su excitación, no solo en su humedad, siento sus movimientos, su respiración y sobre todo siento su pezones duro al recorrerlos, siento el impulso de tomarte en ese instante pero me controlo. ¡Sabes tengo la sensación que hoy será un día memorable! de esos que no se olvidan fácil, para mi lo será y quiero que para ti también lo sea… por eso me doy un tiempo, por eso trato de esperar por poseerte… quiero entrar en el momento justo, en el momento que cause estragos cuando entre en ti, hacerte explotar en una y mil ocasiones.

No aguanto más es el día perfecto me encanta lo qué pasa, te folle, te folle duro, fuerte, sin importar si alguien nos escuchaba, la verdad estaba muy caliente para tener esa precaución, entre y salí de ti sin piedad con toda la fuerza que podía ambos lo queríamos y así lo hicimos… fueron unos minutos de pasión, de desahogo, de placer, de nosotros.

Tus dientes se clavaron en mi cuello, al tiempo que tus piernas se aferraban a mi cadera, mis manos sujetaban fuerte tu cintura y mi boca también buscaba tu cuello, nuestros ruidos se fundieron en uno solo, y gritamos sin importar que nos oyeran, el final fue una explosión de placer una oleada de calor invadiendo nuestros cuerpos, desamarre tus manos que se colgaron de mi rostro y me besaste apasionadamente al final todo acabo como empezó, con besos. 

Solo pasó y nos desahogamos de tantos años de pensar que pasaría y un día pasó.

alejos85

Soy hombre heterosexual

visitas: 1498
Categoria: Hetero: Infidelidad
Fecha de Publicación: 2023-05-01 16:23:59
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