Guía Cereza
Publicado hace 2 años Categoría: Amor filial 2K Vistas
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Creo que en ese momento, se rompió el tabú, ya no éramos padre e hija, nos habíamos convertido en amantes, aunque ante los ojos de la sociedad no lo era así. Yo estaba feliz… a pesar de no sentir todo su miembro incrustado en mi vagina, sabía que ese momento llegaría más temprano que tarde. Dormimos lo que restaba de la noche, yo no me lave, cada tanto olía los restos, del aroma de su semen mezclado con mis propios fluidos que erizaba todo mi cuerpo. Pasar mis dedos entre los labios de mi vagina me volvía a provocar deseos de tener ese gran miembro incrustado en mí. Mi padre se durmió a lo que me gire y comencé a frotar mi clítoris con más fuerza y acelerando el ritmo, mis dedos en forma inconsciente comenzaron a penetrar la entrada de mi vagina, dos y luego tres, trataba de tocar mi punto G, a lo que provoco otro orgasmo muy fuerte, trate de no hacer ruido, me quede inmóvil, relajada hasta quedarme dormida.

En la mañana siguiente unas succiones en mis pezones me despertaron, me sentí muy feliz al sentirlos, su mano buscaba mi cuerpo, hasta llegar a mi sexo, sus leves mordidas en mis tetas y sus dedos introduciéndose en mi vagina, me estimularon rápidamente. Me beso por todos lados, él se fue ubicando frente a mí, entre mis piernas que las tenía abiertas, yo por supuesto ayude más poniendo mis talones sobre la cama, por lo que la visión de mi vagina pequeña y desnuda era mayor. Comenzó a lamer mi húmeda conchita, la punta de su lengua frotando mi clítoris, había alborotado mis hormonas, me deje llevar, cuando su dedo palpaba el borde de mi ano, sin introducirlo, la emanación de mi flujo, lo estimulaba aún más, acelerando su labor, él abrió los labios y la entrada de mi vagina que estaba protegida por unos diminutos labios menores, después de pasar los dedos por la abertura, comenzó a penetrar su lengua en mi conchita, su boca tocaba mis labios vaginales abriéndolos para llegar a mi clítoris, ahí se quedó succionando levemente y pasando si lengua en círculos, yo puse mi mano izquierda en los pliegues del clítoris, para abrirlo más y dejarlo expuesto a su lengua que posteriormente se dirigió a mi ano, sentir la lengua caliente y húmeda refregar esa entrada me volvía loca, hasta lograr producirme una serie de gritos y gemidos, que finalizaron con un fuerte orgasmo. Mi espalda comenzó a arquearse y mis gemidos ya eran gritos… ooohh aahhh, ahh ahhh ohhhm. Yo gemía y decía “yaa yaa, no aguanto… no puedo no puedo, no aguanto, ohhh ahhh, … voy a acabar voyyyy a aacabar y de pronto mis fluidos salían disparados, ohhh ohhh ahhh uumm ahhh, gritaba de gozo, venia el segundo chorro más fuerte que el primero, mojando a mi padre en su cara, veía su felicidad, y yo en tanto con la respiración entrecortada y jadeando de gozo…

Después de eso su erecto pene busco mi cavidad vaginal para introducirlo, me ubico al borde de la cama, y el de pie frente a mí, tomo mis piernas y las elevo a mis hombro, Esa posición y altura de la cama coincidían de buena forma con el contacto de ambos sexos, él comenzó a frotar mis pequeños labios vaginales con la punta del glande, y yo muy elástica lleve mis rodillas casi sobre mis tetas, más bien a cada costado, esto permitía abrir la entrada a su máxima expresión. Él fue poniendo la cabeza de su miembro a la entrada y lentamente me lo fue incrustando, perdiéndose el tronco en mi cavidad, dio 3 o 4 estocadas y comenzó un frenético movimiento de entrada y salida, cada vez tomando una aceleración en la penetración y a cada embestida, los huevos me golpeaban fuertemente en el culo. Yo tomaba mis muslo para abrir más las piernas, incluso en un momento junte las piernas amarradas entre mis brazos, los que provoco que la verga quedara prisionera en mi interior, así fue hasta que en un momento comencé a usar mis dedos de la mano izquierda y comencé a frotar fuertemente mi clítoris, y de vez en cuando agarraba la porción de su miembro que quedaba fuera de mi conchita golpeaba por los envistes que me daba, casi mi mano rodeaba el tronco, y así y todo sentía los golpes al fondo de mi túnel.. Me saco de esa posición y me puso de cara a la cama de pie delante de él, me tomo de la nuca y me llevo hacia abajo donde mi cara tocaba la cama, era una posición de 90°, asi que yo ayude con abrir mis piernas y el desde atrás tomo su verga y nuevamente me la clavo de un espolonazo, que se me incrusto en mi interior, de esa forma, la sentía más hinchada, que mis paredes eran frotadas por su gran tronco, así estuvo unos 5 minutos que fueron maravilloso, hasta comenzar a agitarme fuertemente, sentí mis piernas que comenzaron a temblar, unas contracciones que venían de mi estómago, bajando por mi pubis, centrándose en el interior de mi conchita y llegaba a mis piernas, así sentí que me llegaba un orgasmo intenso, demasiado fuerte, que no tenía control de nada, por fin tenía toda la verga incrustada en mi interior, sentía todo el ancho del tronco como llenaba toda mi cavidad y sentía los golpes al final de la pared de mi vagina… ese pene poderoso, grande y rígido hacia que me llenara de fluidos y jugos salpicaban por el puvis de mi progenitor. Era como abrir una botella de champagne, que regaba de licor todo alrededor, tuve un orgasmo intenso, duradero, que a cada momento me provocaban grandes temblores entre mis piernas y pubis.

Después de un breve reposo en la que quedamos tirados en la cama, contemplando el cielo sin decirnos nada, volví al ataque, quería sentir nuevamente su lengua hurguetear en mi cavidad, desde mi ano a mi conchita, así que lentamente fui sentándome sobre su cara, con mis piernas a cada lado de su cara, restregando mi vagina en su boca, sentía su lengua recorrer desde mi culo a mi clítoris, era demasiada la emoción que apreciaba pues tenía muy sensible mi clítoris que al menor contacto me venían pequeños orgasmos como suaves descargas eléctricas, así mismo mis líquidos producidos por aquellas lamidas iban escurriendo por su cara, fui retrocediendo de esa posición pasando mi vagina por su pecho, estomago, su pene hasta llegar a sus rodillas, ahí baje mi cara y tome la gran verga de mi padre, que antes de echármela a la boca, la admire, le observe cada detalle, su cabeza colorada, hinchada en sangre y sus venas azulientas que la hacían erectar a su máxima expresión, me la fui metiendo de a poco en mi boca, con destreza podía llegar a la mitad del tronco, así que sacaba mi lengua y lo recorría desde la base del tronco subiendo a la cima, dando pajas con mis manos, subiendo y bajando la piel, comencé a sentir sus convulsiones y me lo volví a meter a lo que mas pude a la boca, así fue dándome su fluido pre eyaculatorio que trate de no perder ni una gota. Sabiendo que pronto derramaría su semen quise tenerlo en mi vagina, por lo que rápidamente tome su verga y me la fui introduciendo lentamente, la tome con mi mano y me fui sentando sobre la herramienta erecta, hasta que tope con su pubis, y comencé a dar movimientos circulares de cadera, así cada vez más acelerados, combinando con ascender y descender de aquel aparato, más y más rápido hasta que sus gemidos me hacían comprender que ya no daba más y veía una violenta descarga de semen en mi interior, que fue inundándome como lava caliente sentía en mi interior, pero yo no paraba en mis movimientos a lo que rápidamente me llevo a un segundo orgasmo. De esa manera fuimos uno solo, ambos orgasmos se combinaron en un solo ser. Está de más decirlo, que prácticamente ese día no salimos de la cama, nunca lo olvidaré, estaba realmente feliz, pero creo que más por mi querido padre, que volvió a ser alguien alegre, con nueva ganas de vivir.

Continuará... 

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