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Me encontraba realizando un turno nocturno en el aeropuerto ,un examante me invita a desayunar para celebrar mi cumpleaños. Ese desayuno tenía un color rojo de erotismo, aun con el cansancio de la trasnochada, pero con la mente ardiente nos vimos. Me esperaba en un carro blanco según sus indicaciones en ese frio mis pezones erectos se marcaban en la blusa ya que al salir de mi turno decidí darle rienda suelta a mis tetas dejándolas libres en mi blusa escotada. Nos encontramos me dio un beso apasionado, y me invito a seguir a su carro para alejarnos de allí a buscar desayuno. Damos vueltas en Fontibón hasta que encontramos un restaurante abierto a esa hora tan temprano, allí comimos un festín de delicias. Mientras en nuestras mentes se tejía un pensamiento lujurioso, que solo hablaban nuestras miradas inusuales. Después del desayuno, le propuse una locura, ya que en el camino a mi transporte me sacaba una teta y me jalaba el pezón provocando arrechera y una humedad en mi vulva exquisita, ya que baje el cierre de mi pantalón y lo baje hasta las rodillas para que me diera dedo. Le dije hagámonos en una calle sola cerca a sevillana, accedió a mi proposición ,era tanta mi arrechera que me saque las tetas sin mirar que había un camión de Postobón, más adelante y que me vio las tetas ,estoy segura porque fue hablar con los compañeros y empezaron a pasar a menudo mientras le mamaba la verga a mi examante haciéndole retorcer los ojos y gimiendo de placer. El al ver esto quiso correr el automóvil a otro sitio y me le prendí de esa verga y no lo deje hasta sentir que todos sus jugos espesos y lechosos estuvieran en mi boca mamadora, mientras le gritaba que me pegara en las tetas y que me excitaba que me vieran las tetas esos del camión me hacia arrechar mas. Luego de esa deslechada le pedí que me dejara en mi casa para darme un baño y escribir este relato.