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Unos hombres organizaron una fiesta en un apartamento para beber y divertirse con mujeres. Me encantaba haber sido invitada por uno de ellos para esa fiesta especial, me gustaba estar entre varios hombres, me excitaba estar entre más mujeres que nos habían llevado a complacerlos. Había varios hombres, unos se lanzaron a recibirnos e invitarnos a sentarnos con ellos, beber algún licor y empezar a morbosearnos.
El hombre que me había invitado se lanzó hacia mí, un hombre maduro, alto y un poco obeso, al verme me dijo: “te mandé llamar porque me gustan las flacas” y agarrándome por la cintura me hizo acompañarlo a la mesa donde tenían toda clase de licores, me ofreció elegir licor, quería un vodka y le pedí que le echara un poco de jugo de naranja. Pocos instantes después estaba sentada en las piernas de aquel hombre que me manoseaba mi trasero y me decía que estaba arrecho por mí, que mi cuerpo le gustaba mucho y me besaba por el cuello. Le pregunté cómo supo de mí y me dijo que un amigo suyo en una fiesta anterior me había recomendado.
Varios minutos después me llevó a una de las habitaciones, había una pareja en la cama y otra pareja en un sillón rojo, los hombres y las mujeres estaban desnudos copulando, me ayudó a desnudar, estaba muy excitado, me hizo arrodillar para mamársela, me dijo que mi cuerpo le gustaba mucho, que lo excitaba, mientras las otras parejas follaban yo mamaba, me dijo que yo mamaba muy rico, le dije que a mi me gustaba mamar verga como la de él, gruesa y dura, que la tenía muy rica y el tipo se emocionó tanto que no se pudo controlar y empecé a sentir sabor a semen en mi boca. Recibí su semen y como estaba muy excitada le mostré que lo tenía en la boca y me lo tragué y le mostré la lengua limpia para que viera que me lo había tragado. Me dijo: “hacía rato que una puta no me la mamaba así de rico”, sonreí y le dije: “mamar es lo que más me gusta papi”. No me permitió que me vistiera, me pidió mis datos para buscarme para otras citas posteriores, se vistió y me dijo “quiero que atiendas a un amigo mío”. Le respondí que sí, que lo haría. Me quedé un par de minutos allí arrodillada mirando a las parejas follar, uno de los hombres cacheteaba a la mujer y le decía: “me gustas perra” y el otro nalgueaba a la mujer para que le diera sentones en la silla y le decía: “dale puta, dale puta”.
Entró un hombre que me miraba con mucha lujuria, flaco, alto, feo, pero muy arrecho, más ebrio que su amigo, se abrió la bragueta, sacó su verga, estaba erecta, era muy venosa, en el piso arrodillada se la mamé y dijo que le gustaba pero me sostenía la cabeza y me empujaba para que no dejara de mamar. La pareja de la silla terminó de follar y salieron, el hombre flaco me hizo ir arrodillada hasta la silla, se sentó y seguí mamándosela un rato más hasta que me hizo sentar sobre él, me miraba con mucho deseo, me agarró de la cintura para empujarme arriba y abajo sobre su verga, me sentía un poco incómoda por la pareja follando en la cama pero seguí montando sobre la verga del flaco, que aprovechaba por momentos para chupar mis pezones.
Un momento después me hizo tirar sobre la alfombra, de forma brusca me abrió las piernas, me montó y me penetró rápido y fuerte, movió las caderas en forma alocada, bestial, yo solo gemía y pronto supe que estaba eyaculando por sus movimientos y unos gruñidos que hacía y que poco a poco se quedó quieto hasta que se levantó y se vistió dejándome allí tirada, mientras él salía yo me vestí rápidamente y fui de nuevo a la sala.
FIN