Guía Cereza
Publica tu Experiencia

Relatos & Experiencias

Misterio y Sorpresa: Experiencia para no Olvidar

Sara siempre va al gimnasio tipo 9:30 o 10 de la mañana y me avisa apenas llega por Whatsapp. Hace sus rutinas y tipo 12:30 se regresa al apartamento. Pero ese día solo recibí el mensaje cuando llegó, un mensaje críptico (que me hizo volar la imaginación) casi 20 minutos después y luego nada más hasta la 1:30 de la tarde.


  • 9:50 - Sara: ya llegué amor.
  • 9:51 - Yo: bueno. Que hagas mucho ejercicio. ¡Juiciosa! 👿👿👿👿
  • 9:51 - Sara: yo siempre soy juiciosa.
  • 10:12 - Sara: amor me demoro. No te preocupes. Después te cuento. 😘


Al recibir este mensaje mil ideas pasaron por mi cabeza, pero hubo 1 que se quedó en mi cerebro durante las más de 3 horas que no volví a saber de ella: 


  1. Por fin se me iba a cumplir la fantasía de que Sara me pusiera los cachos sin que yo estuviera presente.


Durante ese tiempo (que me pareció eterno) pensaba en todas las posibles situaciones: que se le acercaba el instructor y la empezaba a manosear y luego se la llevaba para las duchas (pura escena de video porno), que se hubiera encontrado con un ex y estuviera moteleando, que algún amiguito (o amiguita) del gimnasio se la hubiera llevado para la casa, que hubiera conocido a alguien nuevo y que tuvieran química sexual instantánea, entre muchas otras.


No me podía concentrar en el trabajo y miraba el reloj constantemente. Hasta que por fin recibí el tan anhelado mensaje:


  • 13:30 - Sara: ya voy para el apto. ¡Te amo!.


Nada más, quedé igual, pero por lo menos sabía que faltaba muy poco para enterarme de qué había pasado.


A las dos pasadas, sentí que abrían la puerta del apartamento. Era Sara, venía con cara de satisfacción, estaba despeinada y desarreglada. La besé y sentí el olor a sexo que brotaba de sus poros. La miré fijamente y sin necesidad de mediar palabra comenzó a contarme todo:


  • Sara: cuando llegué al gimnasio estaba Javier. Te acuerdas que te había contado que cuando empecé en el gimnasio habíamos hablado, me había caído súper bien y me ayudó a hacer bien varios ejercicios. Pero después no nos volvimos a ver. 
  • Yo: si claro que me acuerdo. También me dijiste que te había gustado pero que era tímido; incluso más que tú.
  • Sara: sí, ese mismo. Pues resulta que hoy nos saludamos como los mejores amigos y estuvimos echando chisme un rato, mientras entrenamos. Me dijo que estaba súper delgadita y que me veía MUY bien.
  • Yo: obvio, ya llevas muchos meses en el gym y te está haciendo MUCHO efecto. 


Le apreté las nalgas y Sara dió un pequeño salto.


  • Sara: ¡quieto!, ¡quieto!. Déjame seguir. Yo enseguida me sonrojé y pensé: “que lanzado”. “Esta es mi oportunidad. Quién sabe por qué se atrevió por fin a decirme algo”. ¡Gracias!. He estado juiciosa todo este tiempo. Lo que no he podido hacer es levantar la cola. Aún no tengo la cola que tenía cuando era joven.
  • Yo: jajaja. Tu cola es divina.
  • Sara: Más o menos eso me dijo. No se que le pasó en estos meses pero llegó a echarme los perros con toda. Me dijo: pero si tu cola es muy bonita y la tienes bien paradita y desde acá parece que está bien firme. Yo le pregunté: ¿quieres tocar para comprobarlo?. El ni corto ni perezoso puso su mano en mi nalga y la tocó suavemente y luego me la pellizcó un poco. Yo ya me estaba comenzando a poner húmeda y le dije: y no es lo único que tengo firme; bajando mi mirada hacia mis pechos. Él me dijo ¿y también puedo probarlo por mí mismo?. A lo que le dije: ¡Claro!. Javier miró a todos lados para comprobar que no estuviera nadie viendo y me rozó el seno derecho con su mano y muy despacio deslizó sus dedos por mi pezón. Como tenía top, se notó enseguida como se me ponían duros. Yo le dije: ¿Javier yo pensé que yo no te levantaba ni un mal pensamiento?. El me dijo: al contrario, desde que te conocí me gustaste mucho. Pero soy, o era, muy tímido para decirte algo, además que como estás casada no me atrevía a nada. Pero por una serie de cosas que me pasaron, replanteé muchas cosas de mi vida y me animé a probar cosas nuevas. Pero después no te volví a encontrar acá y pensé que ya no venías. Hasta hoy.
  • Yo: ¡WOW! .¿Qué le habrá pasado?. Porque tú me decías que ni te miraba. 
  • Sara: si, lo mismo pensé, pero bueno lo importante es lo que estaba pasando. Yo seguí avivando la llama y le dije: tu también me gustaste desde que te ví. Pero como nunca me dijiste nada o incluso no me miraste de más pensé que no te interesaba. Pero ya veo que los dos estábamos equivocados. Mientras le decía esto, él seguía acariciándome los pezones por encima del top. Me dijo: te voy a proponer algo y ¿me prometes que no te enojas?. Pues no te puedo prometer nada, pero dímelo de una. ¿Quieres tener una aventura loca conmigo hoy?. Para aprovechar el reencuentro. Yo quedé sorprendida por lo que me estaba proponiendo, le pregunté: ¿una aventura? ¿ya mismo?, ¿en dónde? ¿cómo?.
  • Yo: ¿Y qué dijo él? ¿Qué le dijiste?
  • Sara: me dijo: pues quiero aprovechar el momento y acá cerca hay varios moteles. Te propongo que nos vayamos ya y aprovechemos lo que queda de tu jornada en el gimnasio. Así tu esposo no sospecha. ¿Muy lanzado? ¿te asusté?. Yo le dije: no, no me asustaste, solo que me tomaste por sorpresa. La verdad me interesa mucho la idea. Me gustas mucho y te tengo muchas ganas. Déjame me cambio y nos vamos. No quédate así, no perdamos ni un minuto. ¡Listo! Pero déjame entrar al baño por lo menos. Estoy muy mojada y me dieron ganas de entrar. Ahí fue cuando te envié el último mensaje.
  • Yo: ¡qué voltaje!. La verdad nunca pensé que fuera a pasar. Y bueno ¿cómo se fueron para el motel?.
  • Sara: apenas salí del baño cada uno salió por aparte del gimnasio y nos vimos en la esquina. Allá nos dimos tremendo beso, me metía la lengua como si no hubiera mañana. Muy rico. Me tomó de la mano y así nos fuimos a pie hasta el motel que queda como a tres cuadras.
  • Yo: que rico. Estoy que no me aguanto. Mira. Le puse la mano en mi pene para que notara que ya estaba listo.
  • Sara: aguanta que falta lo mejor.


En mi cara se veía el grado de excitación en el que me tenía la historia.


  • Yo: dale, sigue.
  • Sara: llegamos al motel. Javier pidió una habitación y nos dieron una en el segundo piso. Subimos por las escaleras y como yo iba a adelante él aprovechó para manosearme la cola. Me bajó los leggins un poco y me masajeaba las nalgas por encima de los calzones. Apenas llegamos al cuarto, Javier abrió la puerta y nos fundimos en un beso apasionado. Mientras las manos de Javier recorrían todo mi cuerpo. Me comenzó a besar y a lamar todo el cuello y me quitó el top por encima de mi cabeza. Enseguida pasó a chuparme los pezones y yo le halaba el cabello suavemente. Yo estaba a mil, ya quería que me chupara la vagina. Como pude me quité el pantalón y le llevé la mano para que sintiera lo húmeda que estaba. Comenzó a acariciarme el clítoris con sus dedos. Lo detuve y me fuí hacia la cama, en dónde le empujé la cabeza dirigiéndolo a mi vagina. Él entendió enseguida y comenzó a lamerme con cuidado los labios, mientras subía y bajaba a mi clítoris. Con sus manos acariciaba mis senos. Yo estaba en otro mundo. Comencé a gemir cada vez más fuerte, estaba a punto de venirme. Empecé a moverme y retorcerme cada vez más rápido hasta que no aguanté más y me vine con un gemido que yo creo que escucharon en todo el motel. Javier siguió lamiendo mis jugos y limpiándome con su lengua. Hasta que lo detuve con mis manos y le dije: ¡Qué rico! ¡Me encantó¡. Ahora te toca disfrutar a ti. 


Yo no podía creer lo que me estaba contando. Estaba súper caliente y se notaba que Sara se estaba excitando de nuevo.


  • Sara: me volteé hasta quedar encima de Javier y le quité la camiseta y sus pantalones. Comencé a lamerle el pene desde la punta hasta las bolas. Estaba muy mojado aunque no se había venido. Seguí haciendole sexo oral lentamente hasta que vi que ya no podía aguantar más y me detuve de golpe. Me levanté y me senté encima y me lo metí de un solo empujón. Era grande y delgado, me tocó lo más profundo de mi vagina. Empecé a subir y bajar cada vez más rápido, como era tan grande podía casi sacarlo entero antes de volverlo a meter. Subí rápidamente el ritmo; mientras tanto me cogía las tetas con fuerza y me chupaba los pezones. Yo estaba enloquecida, me gritó: ¡ME VOY A VENIR!. ¡Dale! ¡lo quiero adentro!. Sentí varios chorros dentro de mí, Javier me apretó las nalgas mientras se venía y yo estaba FELIZ. Cuando acabó de temblar me bajé y me acosté a su lado, nos besamos de nuevo y nos abrazamos un rato. Después le dije que me iba a bañar y me preguntó si me podía acompañar. Le dije que claro pero que tocaba rápido porque ya me tenía que ir al apartamento. 
  • Yo: jajaja, como si yo te pusiera problema.
  • Sara: Yo sé, pero era para mantener la ilusión de la aventura. Nos bañamos y en la ducha nos manoseamos por todos lados. Me acarició mis tetas mientras me enjabonaba y luego puso su pene entre mis nalgas a lo que aproveché para moverme masturbándolo con mi cola hasta que logré que se viniera por segunda vez. Me dijo: ¡eres una diosa!. Yo: ¡Gracias! Tenemos que repetir. ¡Uy sí!, me dijo con cara de morbo. Salimos de la ducha, nos vestimos y salimos, me acompañó hasta la esquina de la casa, para que no nos vieras. Y quedamos en que íbamos a repetir. Nos despedimos como amigos y me vine derecho a contarte.


Yo ya estaba a punto de venirme de solo escuchar la historia. Besé a Sara y aproveché para manosearle la cola y los senos. Le subí la blusa y comencé a lamerle los pezones. Y así comenzamos otra sesión de sexo salvaje. Después de terminar quedamos en que la próxima vez yo iba a estar presente, solo esperábamos que Javier aceptara. Durante la tarde seguí “trabajando” pero no pude sacar de mi cabeza la experiencia que me había acabado de contar mi esposa divina.



johanna-y-javier

Somos pareja swinger

visitas: 838
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2023-08-30 10:23:39
Más Relatos Por johanna-y-javier
Compartir en:

3 Comentarios

Hola amigos!! Felicitaciones por el relato, muy agradable y completo

2023-09-02 01:08:59

que rico relato amigo yo soy cornudo hace 7 años y he pasado por toda clase de aventura con mi esposa y estas son las preferidas cuando ella me da la sorpresa de que se culio a cualquier amigo o conocido y mas cuando me llega a la casa con semen en la vagina es todavia mas morboso

2023-09-01 15:57:38

Delicioso relato. Saludos

2023-08-30 10:57:32