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Esa fría noche de viernes estaba antojada de jugar un poco y desde temprano le pedí a mi esposo que programara una cita con Alicia nuestra mascota personal, quería llevarla por primera vez a ese lugar.
Nos vestimos elegantes para la ocasión. Él con traje, mancuernas y corbata de un solo color. Yo me coloqué un vestido negro brillante con la espalda descubierta y una abertura en la falda dese los tobillos hasta los muslos lo que dejaría ver los ligueros al caminar.
Pasamos en el carro por Alicia que estaba esperándonos de pie completamente desnuda, maquillada y peinada con una trenza en medio de su habitación tal y como se lo habíamos solicitado.
Me dirigí a su closet y escogí su ropa: un sostén negro simple pero sensual, camisa blanca con transparencia, una falda negra con pliegues bastante corta, pasé por alto los panties, unas medias veladas hasta los muslos y botines brillantes. La ayudé a vestir y darle los últimos toques a su maquillaje.
Cuando ya estaba lista la llevé hasta la sala, para que Axel le diera su aprobación. Se levantó y la rodeó caminando lentamente, mirando de arriba a abajo con su mirada fría. Se paró frente a ella, tomó la falda de la cintura y la subió unos centímetros más, ahora con seguridad se le iba a ver la parte inferior de las nalgas al caminar.
- ¿Ágata me alcanzas eso, por favor?
Me señaló el morral que había dejado sobre el comedor y fui a recogerlos mientras hablaban.
- Buenas noches cachorra
- Buenas noches amo
- Vamos a salir de paseo, puedo confiar que te vas comportar
- Si amo, tal y como me ha entrenado
- Muy bien cachorra --le dio unas pequeñas palmaditas--
Abrí la cremallera y le pasó una diadema con unas bonitas orejas puntiagudas y peludas como de pastor alemán, ella se inclinó y con cuidado la ajustó para no despeinarla.
- ¡Ladra! --le ordenó--
- ¡Wof! ¡Wof!
- Muy bien. Te lucen cachorra
- Gracias amo
Acto seguido le pase una gargantilla alto de cuero que cubría casi todo su cuello. La colocó dejando las correas bastante apretadas y enganchó una larga cadena de eslabones metálicos.
- ¿Te gusta tu nuevo collar?
Se hizo a un lado para que ella se pudiera ver en el espejo.
- Si amo, un poco apretado, pero me gusta mucho
- ¿Puedes respirar bien?
- Si señor
- Es mientras que te acostumbras
- Esta bien amo
- Tengo un regalo más para ti
Se paró de nuevo frente a ella y le pasé el último elemento que se encontraba en el morral, un plug anal con una joya color rubí, la cual recibió y metió en su boca para llenarla de saliva mientras a ella se le iluminaban los ojos.
- Date la vuelta
Ella impaciente lo hizo, se levantó la falda y apoyó sus manos en el sofá. Axel me ofreció el honor y mientras él me abría las nalgas aproveché para pasar la lengua, llenarla de abundante saliva e introducir el plug con cuidado.
- ¿Vamos?
Ella movía todo su cuerpo como una cachorra, dando pequeños saltos al frente de su amo, feliz porque la íbamos a sacar de paseo. Axel me pasó mi cartera, me tomó de gancho y ella nos seguía atrás orgullosa de salir con sus dueños.
Algo que siempre nos ha gustado de Alice, es que le importa cinco peniques lo que piensen los demás en su edificio y por más que nos miren raro ella nunca duda en ejecutar su papel.
Nos abrió la puerta galantemente y antes de arrancar le abrió la ventana trasera izquierda para que ella disfrutara el viento y pudiera sacar la cabeza como lo haría un perro de verdad.
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érotique es un club swinger exclusivo del cual se conoce poco. Su fachada es la de un lujoso restaurante de Maurice su propietario, un francés que encontró en una ciudad costera de América del Sur su lugar.
Tiene una entrada para el público general y en la parte de atrás una más exclusiva, protegida y vigilada. El resto del planeta piensa que se trata de la entrada para usuarios VIP y famosos porque ni el más hábil paparazzi tendría como echar una mirada. Pero solo un selecto grupo de personas invitadas en persona por Maurice sabemos que es la entrada a la perdición.
Tras la verificación de nuestra placa e identificaciones en el primer control. Pasamos hasta una mini glorieta con una hermosa fuente y nos detuvimos en la entrada. Un valet se encargó del carro mientras que nosotros entrábamos por la puerta con la reverencia de sus empleados.
Al entrar nunca vas a notar algo vulgar o muy pasado. Además, todos sabemos que es casi una costumbre pasar primero al restaurante, sería descortés no degustar la deliciosa comida y los postres orgásmicos de su chef.
Nos preguntaron a nombre de quién estaba la reservación, nos iban a dar una mesa para tres, pero Axel le dijo que no era necesario una silla para la mascota con un cojín era suficiente. Una amable señorita nos llevó el camino y nos entregó una mesa en medio del salón en el cual ya se encontraban unas cinco parejas que nos dieron las buenas noches al ingresar.
Axel me corrió la silla para ayudarme a sentar, se sentó él. Alicia se quedó de pie y obviamente las parejas de las otras mesas le echaron un ojo a esa delicia que solo tenía ojos para su amo. La señorita regresó con un cojín, lo tiró al suelo. Axel jaló la correa de Alicia para hacerla bajar, acomodarla de rodillas y darle unas palmaditas en la cabeza y unas caricias detrás de la oreja.
El lugar es tan exclusivo y personalizado que no tiene carta, el mismo chef te pasa a saludar y contarte la especialidad de la casa para ese día. Nunca vas a encontrar una comida completa es un lugar enfocado en proporcionar experiencias al paladar. Aceptamos su recomendación: para Axel un solomito tres quesos con vino tinto y para mí un ceviche peruano con vino blanco.
Estuvimos hablando y tomando un poco de vino mientras preparaban la comida. Todo ese tiempo Alicia como buena cachorra se quedó apoyando la cabeza en su regazo y recibiendo mimos acariciándola detrás de las orejas y en el cuello cerca de la espalda.
Llegaron los platos y Axel le ordenó retirarse para que lo dejara comer, pero ella lo miraba con mirada triste esperando que se apiadara de ella y le diera uno que otro trozo. Fue muy insistente y hasta desesperante imitando los chillidos ahogados de un perro. Nunca me deja de sorprender la capacidad que tiene para encarnar su papel a la perfección. Él se apiadó de ella y le cortó unas cuantas rebanadas las cuales le ofreció después de obligarla a hacer algunos trucos.
- ¡Sentada!
- ¡La pata!
- ¡La otra!
- ¡Al suelo!
Ella apoyaba las manos en el suelo mirándolo fijo a los ojos y a la vez su diminuta falda se levantaba mostrándole las nalgas y la hermosa joya a los otros comensales que no dudaban en voltear a mirarla.
Le dejábamos de prestar atención, mientras conversábamos, pero ella seguía en su papel, velando, chillando y esperando que le diéramos alguna sobra. Para que nos dejara degustar la comida, Axel cortó un trozo grueso lo colocó en la palma de su mano, ella primero le lamió los dedos pidiendo permiso y luego agarró el trozo completo en su boca lo descargó sobre el cojín y fue arrancando pedazos más pequeños a mordiscos, pero creo que algo le picó demasiado, de nuevo empezó a chillar y jadear sacando su lengua. Es tan perfecta que sabe que ni así le es permitido hablar y prefiere hablar con gestos que salir de su papel.
A nosotros nos causó risa y la dejamos sufrir un poco. Levanté la mano, la señorita muy atenta y diligente se apresuró a conseguir un recipiente con agua y dejarlo el suelo. Ella de nuevo se agachó mostrando todo a los demás y metió la cara completa para tratar de apaciguar el ardor en la boca. Se levantó con la cara toda mojada y el maquillaje corrido, lamiendo sus labios y con una sonrisa espectacular. Yo tomé mi servilleta y la sequé con cuidado, apoyó la cabeza en mi regazo para que la consintiera sin parar de chillar por el dolor y dejó su trozo de comida en el suelo sin terminar.
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Que un lugar sea exclusivo no significa que no existan personas desagradables que creen que se pueden saltar todas las reglas, porque a eso están acostumbrados. Todos sabemos que para que se de un intercambio ambas mesas se lo deben manifestar a la administradora y ella es quién se encarga de hacer la presentación.
Justo detrás de Alicia se encontraba un reconocido político el cual no gozaba de una buena reputación y sin importarle invadir nuestro espacio se levantó y fue directo hasta nuestra mesa. Alicia de inmediato se acomodó en posición de alerta y empezó a gruñir.
- Buenas noches, tienen una gatita muy hermosa ¿qué raza es?
- No es gata --le contestó Axel con desprecio-- es perra
- Mejor aún, un bonito espécimen ¿ustedes tienen criadero?
- No señor --le respondió sin mirarlo--
- ¿Solo digan un precio?
- ¿Un precio? --lo miró de reojo--
- Si, la quiero comprar
Axel se levantó de un solo brinco, lo tomó del traje con sus puños, lo levantó frente a su rostro y Alicia se le abalanzó a la bota del pantalón para morderlo.
- ¡¿Acaso está loco?!
Un par de escoltas del lugar de inmediato llegaron a separarlos y Maurice apareció de la nada para averiguar qué sucedía y separarlos. Mientras todo eso pasaba y ellos discutían yo aproveché para darle una mirada a su acompañante y a sus reacciones, claramente estaba apenada por su comportamiento.
Al desagradable señor le estaba pidiendo que se retirara y él no paraba de alardear quién era y que si lo sacaban le iba a hacer cerrar el lugar.
- Maurice --interrumpí--
- Oui mademoiselle --me tomo de la mano y la besó--
- No te preocupes, creo que esto es un mal entendido
- Mi señora me disculpo por el agravio
- ¿Podrías preparar la habitación medieval?
- Mademoiselle, c'est un plaisir --me hizo una venia--
Axel me miró extrañado por lo que acababa de pedir y tampoco fue lógico para los escoltas que los soltaron, pero no se retiraron del lugar. Con un leve movimiento de los ojos le pedí que mirara a su acompañante y al entender le ayudó a acomodar el saco a tan importante diputado.
- ¿Les gustaría a usted y su esposa acompañarnos a degustar? --señalando a Alicia--
- Sería un honor, que bueno que hay personas honorables en este lugar --tomándome de gancho-- que no se comportan como bestias --mirando despectivamente a Axel--
Levanté mi mano al pasar por su mesa y la invité a ella un poco apenada y nerviosa a acompañarnos tomándome del otro brazo y caminando hacia la habitación. Alice no se aguantó y se levantó a hablarle a Axel.
- Amo yo no pienso estar con ese hijo de puta!
- Tranquila cachorra que no lo vas a estar --aflorando una leve sonrisa malévola--
- ¿Entonces para qué los invitó?
- Tranquila --tomó la corra y empezó a caminar-- solo síguenos la corriente
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Los hombres con complejo de superioridad son todos iguales, se rinden fácilmente a los encantos de una mujer que hable de forma decidida y autoritaria. Les encanta ser sometidos y dominados.
Al entrar a la habitación le ayude a quitar el saco, lo colgué en una percha y lo invite a sentarse en la única silla que hay en la habitación, el banco de un rey forrado en pieles, con una luz que lo ilumina desde arriba y que queda encima de en una plataforma de tres escalas.
- ¿Me harías el honor?
- Claro que si "reina" --me contestó con tono morboso--
- ¿Te gustan los retos? ¿cierto?
- Me encantan
- ¿Te vas a dejar atender de tu reina?
Me acerqué a su boca y le di un pequeño mordisco y cuando abrió para besarme se la cerré con mis dedos y con una mano en la espalda le señalé unas sogas a Alice para que me las trajera.
- shh shhh shh aún no ¿primero vamos a jugar?
Me senté en sus piernas, le sonreí y continué coqueteando mientras amarraba sus manos a los brazos de la silla.
- ¿Eres toda una niña mala? --reía emocionado--
- Muy mala, no te lo imaginas
- No me equivoqué al escogerlos
- No para nada, me excitan los hombres que toman lo que quieren si preguntar
- Si creo que te hace falta uno como yo --mirando a Axel despectivamente--
Me senté de espaldas, apoyando mis manos refregando el trasero en su entrepierna mientras le pedía a Alice que le quitara los zapatos y las medias.
- ¿Te gustaría probar ese juguete?
- Me encantaría
Me di la vuelta, me acerqué a mirarlo a los ojos sin dejar de sonreírle mientras le desabrochaba el cinturón y se lo sacaba del pantalón, me levanté frente a él, lo miré como una escoria, le di un correazo en los pies desnudos y me incliné de nuevo.
- Ahora eres mío ¡maldito bastardo!
- Arggg sí, me gustan bien malas
Le sonreí, di la vuelta detrás de la silla le coloque el cinturón en el cuello y lo apreté con ambas manos hasta que le cortara la respiración. Axel tomó de la mano a su mujer la colocó frente a él a unos cuantos metros, se colocó a sus espaldas, tocándole el cuerpo y los senos mientras le besaba el cuello. Ella cerraba los ojos y respiraba de forma entrecortada, sus pezones se marcaron de inmediato en su vestido, creo que estaba encantada de que fuera mi esposo y no el suyo el que la tuviera tan excitada.
- ¿Te molesta? --le cogí la cara para que los viera--
- No, igual todas son unas perras
- Si, tienes razón "todas" somos iguales --afirmé con ironía--
- Unas malditas perras que solo sirven para ser folladas
- Exacto --le mordí la oreja-- no veo la hora de que me comas como una puta
- Al fin, una mujer que conoce su lugar
Me agarré de la correa y con mi propio peso lo empecé a ahorcar y él no se le borraba esa cara de placer y excitación.
- ¿Amor, nos presentas a la dama? --le dije a Axel--
- ¿Cuál es tu nombre? --besándole el cuello--
- Amanda
- Mucho gusto Ágata
- Mucho gusto
- ¿Así que eres la esposa de este respetable caballero?
- no --lo dijo algo angustiada--
Me incliné hasta su odio y lo interrogué como si fuera algo bueno. La primera regla del club es que solo y únicamente pueden asistir personas que se encuentren casadas.
- mmm ¿ósea que este dulce caballero sigue rompiendo reglas?
- Las reglas se hicieron para romperse --contestó el cerdo-- cariño
- Es cierto, romperse igual que los débiles ¿cierto?
- Cada vez me gusta más esta mujer
Había algo raro en todo esto. Axel al escuchar eso y sentir su reacción trató de soltarla porque una cosa es hacer las cosas por voluntad y otra por coerción. Ella se apuró en cogerlo de los brazos para que continuaran y no la soltara. Yo trataba con Alice de distraer al cerdo, mientras descubría que sucedía.
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- Por favor no me suelte, por favor
- ¿Qué es lo que pasa?
- Por favor que él no se de cuenta
- Usted no está acá porque quiere ¿cierto?
Trató de coger las manos de mi esposo sobre sus senos y que besarlo para que no hablara más, pero él se negó a hacerlo. Ella se dio media vuelta y le pasó las manos por los hombros mostrándole su verdadera cara de terror.
- Abráceme por favor, por favor, se lo pido
Axel les colocó las manos sobre las caderas y juntaron las caras para poder disimular y ella le mostró la verdadera cara de terror.
- ¿Qué pasa?
- Es mejor que no, solo hagamos lo que vinimos a hacer y ya
- Yo no le pienso tocar ni un pelo
- Usted hágame lo que quiera
- ¡No!
Trató de separarla tajantemente y se aferró a sus brazos para que la abrazara.
- Yo le cuento, pero no me suelte --le dio un beso--
Así cerquita a ella se le salió una lagrima y empezó a hablar lo más bajo posible para que no los escuchara mientras yo trataba de distraerlo con adulaciones.
- Si no hago lo que quiera me despide
- ¡¿Que?! ¡maldito!
- shhh shhhh por favor, no diga nada espere
- Me las va pagar
- No de verdad, no se metan con él, ese señor es muy peligroso
- Mujer usted no tiene que hacer nada que no quiera
- Si tengo, necesito el trabajo
- ¿Cuánto le paga ese HP?
- No es eso
- Una amiga necesita una secretaria, yo hablo con ella y la contrata de una
- Olvídelo, solo sigamos y ya
- Entonces es otra cosa ¿acaso te está extorsionando?
- No
Con voz temblorosa se le salieron otro par de lágrimas y era obvio que si lo estaba haciendo.
- Rata desgraciada
- Por favor, por favor, no diga nada
- ¿Con qué te está obligando? dígame o me voy
- Me engaño firmando unos papeles. Me puede echar por justa causa y perdería la liquidación
- Mucho HP ¿no te gustaría desquitarte de él?
- No ese señor
- No mujer no podés seguir viviendo en esa cárcel
- Él es muy peligroso y yo no quiero problemas
- Todas las ratas como él tienen el mismo punto débil
Ella se quedó callada un momento y más lágrimas se le salían. Mi esposo le contó al oído sus planes y ella accedió a darle más información, nombres, teléfonos y fechas. Axel le prometió que si el cerdo no le pagaba la liquidación él le pagaba lo mismo, así le tocará pedir un préstamo, pero no iba a permitir que se saliera con la suya. Finalmente accedió, afirmó con la cabeza y él le ayudó a limpiar las lágrimas.
- Esta bien, pero con dos condiciones
- ¿Cuáles?
- Quiero ayudar
- ¿Ya la otra?
- Quiero estar con ustedes
- No, imposible
Cerró los ojos y con mucha calma le dio un beso que él no pudo rechazar, aprovechó para bajarle las manos, meterla entre su falda y dejarlo sentir su entrepierna mojada.
- En serio, desde que llegaron con ella como un perro, me tienen así de mojada. Además, cuando entramos acá y me di cuenta que iba a estar con vos y no con él dejó de importarme el resto. Yo quiero estar con ustedes.
Ella le agarró el miembro abultado sobre el pantalón, lo empezó a acariciar y lo miró directo a los ojos con deseo. En ese momento le hice una seña a Alice con la cabeza para que fuera a averiguar que pasaba.
- Yo quiero
- ¿Segura?
- Si
- A parte de mi mujer, a todas las trato como mascotas
Justo en ese momento llegó Alice y la alcanzó a escuchar su respuesta.
- Me intriga saber que le hacen a ella que es capaz de comportarse así en público
- No te alcanzas a imaginar
Alice respondió dándole un beso a Axel pasando su brazo por la cintura de ambos. Amanda por iniciativa propia se acercó a Alice para besarla y demostrarle a Axel que estaba dispuesta hacer lo que fuera. Aprovecharon la cercanía para usar como fachada un juego de besos, pero en realidad le estaban contando todo lo que pasaba y el plan que habían ideado.
Cuando Alice me contó no me pude aguantar, apreté con todas mis fuerzas la correa en su cuello y no me detuve hasta que dejara de respirar. Él muy imbécil no paraba de reír y pensaba que todo seguía siendo un juego. No se imaginan todo el odio y desprecio que sentía por semejante basura y poco hombre capaz de manipular a una mujer de esa forma.
Todo esto había empezado para darle una lección por imprudente, pero ahora era necesitábamos darle un castigo, algo que seguro va recordará de por vida.
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Amanda se volteó hacia nosotros, podía ver como trataba de disimular la cara de asco y odio hacia él, pero era imposible. Axel se puso detrás de ella, le bajó el cierre al vestido y lo dejó caer al suelo dejándola completamente desnuda como si de una ofrenda se tratara.
- Que linda perra nos has traído --dijo Axel--
- Es una de mis favoritas
- ¿No te importa que sufra un poco? ¿cierto?
- Puedes hacerle lo que quieras
Axel la cogió del cabello con fuerza, cerró los ojos del dolor, le inclinó la cabeza lentamente a un lado para olerle el cuello. Empezó a tocarla de forma animal apretando sus senos, pellizcando sus pezones, oliendo su cuerpo y probando su piel con la lengua. La cara de desagrado de Amanda hizo el teatro perfecto para que él creyera lo poco que nos importaba.
El cerdo seguía más interesado en mí y yo trataba de distraerlo lo más que podía, mientras el me besaba el cuello y trataba de meter la lengua entre mi escoté Axel aprovechaba para mostrarme sus dedos completamente mojados y ella sonriendo encantada.
Alice también dio inicio a su parte del plan y disimuló muy bien yendo al bar. Tomando el teléfono de mi bolso, dejarlo grabando en un lugar donde claramente se viera la cara del maldito y se escuchara su voz.
Cogió una botella de whisky y caminó muy sexy hacia nosotros, dando tragos y mirando al cerdo a los ojos. Se llenó la boca de licor y acercándose coquetamente le dio de beber de su propia boca. Se sentó en sus piernas y mientras veíamos como Axel sometía a Amanda, nos daba de beber a los tres. Ambas simulamos tomar, pero ni una gota pasaba más allá de los labios, mientras que a él le sostenía la botella hasta que no fuera capaz de tragar más y se derramara.
La idea era emborracharlo lo más rápido posible. Alice fue bastante pedante, no lo dejaba ni terminar de saborear, simulaba dar otra ronda con nosotras y repetía. Cuando él se negaba a seguir bebiendo Alice derramaba licor en medio de sus pechos y lo metía entre ellos mientras, yo me encargaba de embriagar también su cabeza con ideas perversas de todo lo que le íbamos a hacer su secretaria y todo lo que nos iba a hacer a nosotras. Entre menos lucido estuviera mejor.
Igual ustedes no se alcanzan a imaginar las miradas de desprecio que nos dábamos Alice y yo cuando él no nos estaba viendo y las ganas de vomitar cuando nos tocaba aceptar sus besos para que no sospechara. Era desagradable hasta para meter la lengua y más de una vez lo mordí como excusa de dominatriz para que dejara de hacerlo.
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El cerdo ya estaba lo suficientemente alcoholizado, los ojos medio se le cerraban y la lengua le pesaba hasta para hablar. Alice cumplió con su parte, se levantó de su regazo y solo le faltaba dejarlo antojado. Se abrió las nalgas mostrándole la joya y yo me hice en cuclillas detrás, mientras lo estrangulaba con su propia correa, jugaba con su mente:
- ¿Querías ese culo desde que lo viste en el restaurante?
- Quiero ese culo
- Pronto va ser tuyo
- Ahora estoy más interesado en otro
Le di la vuelta y me senté encima, colocando mi culo sobre su miembro, que afortunadamente apenas y sentía por su gran panza.
- Si tu perra es de calidad lo tendrás
- Puedo apostar
- Si ella aguanta, probaras este trasero --refregándolo con más ganas-- de primero sino tendrás que conformarte con el de mi mascota
Le metí un dedo entre las nalgas, acaricié la joya, la saqué un poco y Alice apretó para que regresara a su lugar. Me dio una mirada perversa y la mandé con ellos con una palmada en las nalgas.
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Alice caminó lentamente hasta donde Amanda, le guiño un ojo y le dio un trago de licor desde su boca. Al cerdo lo distraje con mi escote pasando los dedos por el sostén dejando que se antojara al ver el cambio de color de mis aureolas. Necesitaba darles la mayor cantidad de tiempo posible.
- ¿Lista? --preguntó Axel--
- Totalmente, me encanta esto
- Si quieres parar solo...
- Si, ya sé. Aprieto tres veces con la mano
Alice la volvió a besar y la miró con un poco de incredulidad. Creía que ella no iba a ser capaz de aguantar el voltaje que le esperaba. La acomodó de espaldas a Axel y entre los dos la manosearon y besaron. Cuando ya estaba gimiendo colocó sus manos en los hombros y la hizo poner de rodillas. Alice se levantó la falda y Axel le empujó la cabeza para que le hiciera sexo oral a su mascota. Sorprendentemente cumplía con creces, moviendo hábilmente la lengua, abriéndose paso entre sus labios vaginales hasta apoderarse de su clítoris.
Axel y Alice se comenzaron a besar, él bajó sus manos agarrándole las nalgas con fuerza dejando sus dedos marcados, le dio unas palmaditas para indicarle que ya estaba listo y Alice dio un brinco se encaramó, pasando las piernas por detrás de sus caderas. La cogió de los muslos para ayudarle a sostenerse, aprisionando a Amanda entre su pelvis y la vagina de Alice.
Al principio Axel se movía despacito de adelante hacia atrás empujando la cabeza de Amanda suavemente, pero al paso de los minutos lo hacía con más y más fuerza, su cara empapada de fluidos resonaba al chocar contra sexo de Alice.
La verdad me sorprendió con esa maniobra y el muy puerco estaba tan emocionado de que la trataran mal que si tuviera las manos sueltas hasta estaría aplaudiendo. No paraba de reír y de gritar:
- ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Así se tratan las cosas! ¡las putas!
- Me encanta y no veo la hora de ser tu puta --le decía al oído irónicamente--
Alice al llegar al orgasmo se bajó de un brinco, se inclinó hacia adelante para levantar su cara desde la barbilla y pasarle la lengua desde el mentón hasta la frente para probar el sabor de sus jugos. Axel se quitó el cinturón y lo dejó colgando en sus manos, se abrió el cierre, dejó caer los pantalones para exhibir su miembro erecto y duro.
Alice sabía eso qué significaba y sonrió con algo de maldad, tomó a Amanda de los hombros y le hizo dar la vuelta, la empujó hacia adelante para que se lo metiera a la boca, pero Amanda tan solo le daba lametazos y eso no era lo que esperaba ninguno de los dos. Alice la cogió del pelo con fuerza, le hizo abrir la boca y empujó su cabeza mostrándole como se lo debía chupar duro, sin ternura, que resonará al entrar y salir y la saliva brotando de su boca. La empujo tan fuerte que al chocar contra su garganta y provocarle arcadas Amanda la manoteo para que la dejara en paz y Alice enfureció dándole una palmada en las nalgas.
- ¡Se la ganó esta HP! --dijo mi esposo--
- ¡Si amo!
Axel cogió el cinturón lo pasó detrás de la cabeza de Amanda y empezó a marcarle el ritmo en que quería que lo hiciera mientras que Alice se hacía detrás de ella y le metía la lengua y llenaba de saliva su apretado agujero. Se sacó la joya de su culo, la escupió un par de veces y mirando a los ojos a Axel se la metió a Amanda por detrás. Ni siquiera demostró incomodidad o dolor, definitivamente ese culito hace rato lo estaba esperando.
Axel empezó a caminar hacia atrás haciendo caminar a Amanda en cuatro sin dejar de chupárselo hasta sentarse en una cama, le soltó la cabeza para verificar si ya había aprendido la lección y ella aprovechó para darse un respiro sacándolo de la boca y solo pasándole la lengua por fuera y chupando sus bolas.
- Esta pendeja no entendió --dijo Alice--
Axel le confirmó levantando una ceja y moviendo su cabeza de manera afirmativa. Mientras la tomaba de la cabeza para meterle el miembro a la boca Alice se montó sobre ella pasando los pies a lado y lado de ella hasta montarlos a la cama. Axel colocó sus manos sobre las de Amanda para que no las pudiera mover y Alice se agarró de su cabello con ambas manos, descargó su peso sobre ella hasta meterle el miembro hasta la base. Ella trataba de escapar y corcoveando tanto como podía con su cuerpo mientras que Alice simulaba estar en un rodeo levantando su mano al aire para tratar de conservar el equilibrio.
Al ver su cara roja, la jalo del cabello levantándose, dejando una espesa saliva entre sus labios y el glande. Amanda tomó una bocanada grande de aire, aliviada y pensando que eso iba a ser todo, pero Alice volvió a dejar caer todo el peso de su cuerpo y ahora la cabalgaba mientras reía a carcajadas de forma malvada.
Axel soltó las manos de Amanda para ver si le daba la señal para detenerse, pero no se imaginaba que fuera a aguantar tanto tiempo sin quejarse y hasta dudaba si se le había olvidado la seña.
La cara de locura de Alice era única, la cabalgaba como si no existiera un mañana, tanto que sus piernas se empezaron a cansar y prefirió volver a sentarse sobre ella y empujar el miembro de mi esposo hasta desaparecer en su boca. Empujaba más y más fuerte, su cara empezó a cambiar de color al no poder respirar y al final se dio por vencida cogiendo el tobillo de Alice para darle tres apretones.
Alice levantó sus nalgas, inclinándose hacia adelante. Mientras Amanda tosía y recuperaba el aliento, Alice le sonreía a su amo y reclamaba unos cuantos besos.
- Buena chica, te has ganado un premio
- Lo se amo, te gusta que sea mala
- Me encanta ser mala para ti, amo
Se bajó de la cama, cogió a Amanda del cabello y de rodillas le hizo dar un par de pasos hacia atrás. Le metió los cuatro dedos de la mano a la boca de Amanda para llenarla de saliva y la acomodó frente a su rostro en forma de cóncava.
- ¿Eso quieres como premio cachorra?
- Si amo, quiero tu leche en mi mano y alimentarla
Axel se colocó de pie con su miembro al frente de la cara de Amanda y encima de la mano de Alice, se masturbó hasta cumplir su deseo y se volvió a sentar para verlas.
Alice levantó su mano para oler el semen y meter su lengua para darle una probada metiendo la lengua. Luego se lo ofreció a Amanda quien tímidamente y un poco asqueada apenas lo tocó con la punta de la lengua.
- No sé cómo desprecia un manjar de esos --le dije al cerdo--
- Que te lo tragues perra --le ordenó--
- ¡No quiero!
- Es una orden maldita zorra
- ¡No quiero!
Alice la cogió del pelo levantando su rostro y mirando al cerdo le refregó el semen por toda la cara y después le metió los dedos en la boca.
- ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Así se tratan las putas! ¡zorrrraaaaaaa! --gritaba entusiasmado--
Sin soltar su cabello, la hizo arrastrar en cuatro patas hasta su jefe y le empujó la cabeza con el pie para que le lamiera los pies por su mal comportamiento.
- Me gusta tu actitud
- A mi --inclinando su cabeza a un lado y sonriendo tiernamente-- complacer
Yo conocía esa mirada y de tierna no iba a tener nada, ya estaba harta de tener que seguir fingiendo. Se acercó y él abrió su boca para besarla, pero ella lo dejaba sufrir sin poder alcanzarla mientras le desabrochaba el pantalón, le levantó las nalgas y lo bajó hasta los muslos.
Le quitó el pie de la cabeza a Amanda y se puso de rodillas a su lado, cogió con sus dientes una de las botas del pantalón gruñendo esperando hasta que ella le siguiera el juego. Amanda hizo lo mismo, mes sorprendió ver que rápido le seguía las había entrenado para seguir sus órdenes, sin dudas era la líder de la manada. Alice ya lo había visto hace rato, pero creo que yo apenas estaba notando cuánto potencial tiene Amanda.
Jalando lentamente, sin dejar de gruñir, se apoyaban con sus manos en el piso para poder empujar y como un par de perras despellejando su presa no se detuvieron hasta quitarle el pantalón. Él estaba más que encantado de ver cómo regresaban en cuatro, caminando lentamente y sus caras de lujuria.
Mientras ellas le daban mordiscos dejando marcados los dientes yo le apretaba la garganta con su cinturón. Subieron hasta sus muslos y entre ambas le quitaron los boxer apareciendo una mata de pelos que a duras penas dejaba ver su miembro. Mientras se besaban entre ellas lo empezaron a masturbar y tan solo fue necesario pellizcarle una tetilla para que el muy precoz se viniera.
No lo podía creer, mi corazón se llenó de alegría al ver que no habíamos tenido que hacer algo más desagradable y nos estaba dejando a merced la excusa perfecta para destruirlo.
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- ¿Qué es esta mierda? --le daba correazos-- ¿pero qué es esta mierda? ¿no le da pena? ¿yo pensé que era un animal y me sale con esto? --más correazos le daba en la espalda--
Todos nos soltamos a reír a carcajadas y señalarlo por haberse venido sin siquiera haber empezado con lo bueno y le daba más vergüenza ver a mi esposo con el miembro ya listo para otro round mientras él por más que se esforzaba tenía el suyo flácido y caído.
Solo Amanda fue capaz de conservar su papel. Fiel a su jefe se quedó en el piso de rodillas, callada y con la mirada al suelo sin burlarse. De verdad era muy buena para disimular porque yo en su lugar estaría estallada de la risa.
- Tranquilo jefe, no pasa nada, ¿quiere que sigamos?
- Es que acaso esta basura puede jajajajaja --me le reía en la cara--
- Si puedo HP! --renegaba--
- Haber pues...
Me levanté el vestido, me di la vuelta corriéndome las tangas abriéndome el culo con las dos manos.
- ...acá lo espero, idiota
Alice con cara de decepción se quedaba mirando fijo el miembro del cerdo esperando que resucitara apoyando su mano en la barbilla y el codo en su miel miembro de Axel demostrando lo duro que estaba.
- Eso no se va levantar nunca --se burló Alice--
- Amanda en el bolsillo derecho de mi saco --gritó el cerdo enojado--
- Si, señor
Amanda le hizo caso y dentro del bolsillo sacó una pequeña cajita plana de color plateado que abrió como una polvorera con espejo y contenía una buena dosis de cocaína y un pitillo de vidrio.
- ¡Suélteme! --me gritó desafiante--
- ¿Cree que un polvo de gallo me va venir a decir que hacer? --le conteste--
- Tranquila mamacita que ya le voy a dar su merecido
- Ay no que miedo, me va destrozar jajajajajaja
- ¡Suélteme!
- Esta bien, una mano a ver si resucita ese muerto
Le solté una mano desde atrás y lo primero que hizo fue coger con fuerza a Amanda y maltratarla.
- Deme esa mierda
- Jefe mejor no, usted sabe que le hace daño
- Deme esa mierda que me voy a culear a esta HP
Ella se le sentó en las piernas, le picó un poco de polvo en el espejo y él se apresuró a aspirarlo con el pitillo de vidrio con todas las ganas. Hizo una mueca horrible, trago en seco y en efecto su miembro empezó a despertar.
- ¡Listo! ¡Suélteme HP y vemos quien ríe mejor!
Alice le agarró la mano y se la volvimos amarrar entre las dos, mientras Axel tomaba la cámara y la traía enfocando su cara, aprovechando para tomar varias fotos con su nariz llena de polvo banco.
Tenía la cara roja de la ira y para mí no era suficiente, cogía la cámara le hice un acercamiento y mientras Amanda le jalaba el pelo para que abriera la boca, Alice acercaba el miembro de mi esposo a su boca para tomarle unas fotos y se viera como si le estuviera dando una mamada.
- ¡AMANDA YA SABE QUE LE VA PASAR!
- ¡NO ME IMPORTA! ¡YA NO LE TENGO MIEDO!
Amanda le jaló tan duro el pelo que se quedó con varios pelos en la mano y Alice aprovechó para terminar de masturbar a Axel y que se viniera en su cara llenándole la boca de semen mientras yo filmaba de cerca.
Él no paraba de escupir, me senté en sus piernas, le jalé el pelo y le mostré las fotos que habíamos tomado.
- Si ve. Nosotros reímos mejor --gozando a carcajadas--
- ¡SUÉLTENME HIJUEPUTAS!
Mientras los otros nos aplaudían y decían con ironía.
- ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Así se tratan las putas! ¡ASÍ!
- ¡Los voy a matar! ¡Hijueputas los voy a matar!
Axel le metió un puño en la cara que lo dejó viendo estrellas y la nariz sangrando. Se lo tenía guardado desde que nos interrumpió en la mesa.
- La única zorra que hay acá sos vos --le dijo Axel--. Para que lo sepas Amanda acaba de renunciar. Así que esperamos este mismo lunes todos sus pagos al día, su liquidación completa
- Puff ¿están locos o qué? No le voy a dar nada a esa puta. ¡NADA!
Le mostré lo especial que soy para capturar ángulos al mostrarle como en el video se veía disfrutando de tragar semen. Me miraba con los ojos rojos llenos de rabia, pero ya sabía que no podía hacer nada.
- Bueno querido cerdo, es eso o que le entreguemos unas cuantas copias de este video a las noticias. Seguro tu conservador y recatado partido católico, no va apoyar un chupa vergas como vos estando tan cerca de elecciones
- Está bien, está bien --contestó agachando la cabeza--
Amanda se acercó de frente y le dio una cachetada con los ojos llenos de lágrimas.
- Espero que aprendas la lección idiota imbécil
- Ay Amandita te veré volver de rodillas pidiéndome trabajo
- No se preocupe "jefe"...
Se sacó la joya del trasero y yo ya me suponía que le iba a hacer y de una aliste la cámara para grabar.
- ...que hoy entendí quién es la perra
Alice y Axel le abrieron las piernas y ella le metió la joya por el culo, mientras él se quejaba con un grito desgarrador yo tomaba secuencias de fotos del maldito.
- Esto no se queda así Amanda
- Se queda así --le contesté-- y adicional le vas a dar un bono del 10% por su buen servicio y una carta de recomendación o la que va ver las fotos es tu esposa
- Está bien, lo que quieran, pero ¿cuándo me devuelven las fotos?
- El lunes cuando le pagues a ella todo
- Ah y una cosa más. No te quiero volver a ver por acá, este lugar no es para perdedores como vos
En realidad, esas fotos nunca iban a salir de nuestra custodia, todos sabíamos que ese era nuestro seguro de vida contra semejante criminal que se hacía pasar por político.
- ¡Bueno ya! ¡Suéltenme!
- Este HP si es muy iluso --le dijo Alicia--
Se acercó a él recogiendo sus boxer del suelo, metiéndoselos a la boca y amarrando su cabeza con otra tira para que no pudiera hablar.
Mientras recogíamos la ropa y nos volvíamos a vestir, Alice se quedó parada al frente de su vestido mirándolo fijamente.
- ¿Qué pasa? --le preguntó Alice--
- No me lo quiero poner, era lo que llevaba cuando me obligó la primera vez
- Déjalo ahí, no cargues con malos recuerdos
Alice la llevó cerca del cerdo, como acto simbólico se quitó el collar y se lo ofreció a Amanda.
- Esto es para que aprendas maldita basura que una mascota no se compra
Ella levantó el mentón y lo recibió con todo el gusto y una sonrisa. Lo irónico es que solo con ese collar se sentía más segura y menos expuesta que con ese vestido que le había regalado el cerdo.
- ¡Exacto! Una mascota. Se gana
Él se quedó gritando y renegando tratando que alguien lo soltara. Tomé de gancho a mi esposo y Alice, detrás de nosotros nos seguía Amanda desnuda con la correa enganchada a su cuello.
Camino a la salida pasamos a despedirnos de Maurice para pagar la cuenta.
- Mademoiselle, veo que tienen nueva mascota
- Si Maurice, una nueva adquisición
- ¿Algo les molestó que se van tan rápido?
- No Maurice, siempre es un placer venir a tu restaurante
- ¿y messie Rodolfo?
- Se quedó dormido, pidió que no lo molesten
- Les pediré que estén atentos mademoiselle
- ¿Cuánto es Maurice?
- No se preocupen, messie Rodolfo me dijo que él pagaba la cuenta
- Gracias Maurice
Antes de salir Axel se quitó el saco y se lo colocó sobre los hombros a Amanda. Nos trajeron el carro y dejamos atrás una horrible experiencia.
Afortunadamente para Rodolfo lo que pasa donde Maurice se queda donde Maurice y no iban a contarle a nadie más en el estado que lo iban a encontrar al otro día. Seguro no le iban a quedar ganas de volver por allá después de pasar la vergüenza al no poder huir de inmediato porque le tocaba esperar para pagar la cuenta.
Maurice no iba a quedar muy contento con esto y seguro nos iba a vetar de por vida, pero valió la pena. Aprendimos que por más exclusivo que sea un lugar siempre va a haber un idiota con ínfulas de superioridad capaz de destruirlo todo.
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Le ofrecimos a Amanda llevarla a la casa, pero ella solo quería cambiar la página y celebrar. La llevamos a nuestra casa a buscar ropa y seguir la fiesta, pero cuando regresamos a la sala Alice ya la tenía de rodillas enseñándole trucos.
- Creo que ustedes ya se están divirtiendo ¿no?
- Si señor
- No, no, se dice: si amo --le dijo Alice--
- Si, amo --corrigió con una sonrisa--
Axel se acercó al mueble de la sala, vació el frutero. De uno de los cajones sacó un arnés, varios dildos, un par de plug anales, un gag, lubricante, una fusta y un six-pack de energizantes de la mini nevera.
- Este es mi regalo para ti cachorra, te lo has ganado --se lo entregó en las manos--
- Adiéstrala bien para nosotros --le dije--
Ella sonrió, la tomó de la correa rumbo a su pequeña habitación de cachorra detrás de la cocina y Amanda la siguió muy feliz caminando en cuatro patas, ladrando de emoción.
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Nosotros obviamente también fuimos a hacer lo nuestro y toda la noche escuchamos gritos y gemidos desde el primer piso, sin duda se lo estaban pasando genial.
A la mañana siguiente, entraron temprano a nuestra habitación recién bañadas. Alice vestida con su ropa normal y Amanda en cuatro aún desnuda.
- Mis amos, les presento la nueva cachorra de la casa
Alice conservaba el collar en el cuello y la correa de eslabones. Un gag color rojo, una diadema con orejas largas y un plug redondito y blando con cola de conejo. Eso significaba que ya había escogido qué tipo de animal la representaba.
- Me tengo que ir a trabajar ¿la pueden cuidar por mí?
- Claro --levanté la cobija--
Le abrimos campo en el medio y ella de un brinco se metió a la cama. No había dormido ni un minuto, las ojeras eran profundas y las nalgas las tenía llenas de marcas y morados. La abracé y le cerré los ojos para que descansara, ella necesitaba dormir para recuperar energías y nosotros también.
- Excelente trabajo Alice, ya te puedes ir
- Si amo, nos vemos pronto
Despertamos casi a medio día y obviamente ella recibió un trato especial. Necesitaba sacudirse todas esas malas experiencias y volver a disfrutar del erotismo y del sexo por su propia voluntad, porque no hay nada peor que vivir siendo el esclavo de alguien más.
Ella es una delicia, completa y nos atendió muy bien, Alice ya le había sacado unos cuantos orgasmos, pero aún le quedaban algunos para nosotros... pero esa es otra historia.
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Idea: Alice + Agata + Axel
Escrita: Axel + Agata