Compartir en:
La fantasía de ser usada, manejada o controlada se me ha pasado por la mente. No le puedes decir eso a cualquiera porque resultaría contraproducente. Por eso esperé un poquito hasta decirlo a mi novio.
Él me contestó lo que les dije arriba.
Y añadió, te lo voy a demostrar.
Como esto es un microrrelato, trataré de ir al grano.
Las correas, las esposas y los lazos llegaron en un paquete al día siguiente. Desde entonces nos acompañan en los viajes.
Y... ¿Qué se siente?
Les digo, se siente delicioso. Los orgasmos son agridulces pero no paran de llegar.